A todo el mundo le gusta competir y ganar. Hoy en día, en el deporte profesional la inmediatez y la victoria en cada partido parecen lo más importante e incluso, a veces, lo único. En ocasiones los aficionados tan solo tienden a fijarse en el primer equipo del club, ya que lógicamente es el referente al que seguir. Sin embargo, de lo que no suelen percatarse las hinchadas –en este caso del Kutxabank Araski– es que ese primer equipo es la punta de un iceberg gigante y para que las victorias lleguen, todos los engranajes deben de encajar a la perfección.
En toda esa maquinaria entran muchos factores a tener en cuenta y uno muy importante, sino el que más, es el económico. Este último aspecto nos hace olvidar muchas veces que el deporte no solo es dinero y victorias, ya que también puede servir para mucho más, como para transmitir valores o ayudar a la gente. Aunque esta sociedad capital nos quiera hacer ver lo contrario, estos factores intangibles son los más importantes.
Por suerte, el Kutxabank Araski sí lo percibió desde su nacimiento. Además de intentar, lógicamente, obtener los mejores resultados deportivos, la entidad presidida por Iratxe Rodríguez también cuida los pequeños detalles. La cantera es un ejemplo de ello y esa transmisión de valores que realiza en su día a día es casi más importante que los éxitos deportivos. O así debería ser.
Una de las acciones más emblemáticas puesta en marcha por el club vitoriano perteneciente a la Liga Femenina es la visita a los diferentes colegios de Álava para poder estar cerca de las estudiantes más pequeñas, algunas de las cuales quizás quieran dedicarse algún día al deporte de la canasta y vestir de verde.
Es cierto que ya existe esa unión entre las jugadoras profesionales y las jóvenes alavesas, y prueba de ello es cada encuentro disputado en Mendizorroza, donde se puede observar la cercanía y la admiración que profesan. El objetivo de estas visitas no es otro que extrapolar esa unión que existe, y que se puede ver en Mendizorroza, a los colegios de Gasteiz y Álava. Cuando se acude a los centros, las jugadores siempre lo hacen por parejas y hablan en tres idiomas diferentes: euskera, castellano e inglés.
Además, esa relación es recíproca, ya que las jugadoras acuden a los colegios para contar sus experiencias personales y su sabiduría profesional, pero es que las más pequeñas también les entregan sus regalos. Y es que ya no solo en Mendizorroza, sino también en los colegios, las estudiantes les ofrecen sus dibujos y pancartas, donde demuestran todo el cariño que les tienen.
Actividades variadas
Por otro lado, la pareja de jugadoras que acude al centro de enseñanza siempre lleva sus postales firmadas para que las niñas también tengan su recuerdo. Lógicamente, estas bonitas acciones tienen sus consecuencias positivas. Y es que la masa social del club no está dejando de crecer, ya que quien va por primera vez a Mendizorroza, siempre repite.
Las actividades alejadas del baloncesto puestas en marcha por el Araski no terminan ahí. No en vano, las jugadoras del primer equipo también acuden durante toda la temporada a los entrenamientos de las categorías inferiores del club. En dichas visitas, las profesionales también aportan su granito de arena con diferentes juegos y ejercicios.
Además, hay jugadoras de la primera plantilla a las que ya les ha picado el gusanillo de querer ser entrenadoras. Por ejemplo, Natalie Van den Adel ya dirige el cadete de Liga Vasca junto a Txomin Alfonso. Aquí, cabe recordar que la alero holandesa también ejerció de preparadora en su primera etapa como araskizale. Otra jugadora del primer equipo que también lleva las riendas de otra plantilla de las categorías inferiores es Maider Castellano, que junto a Ane Irati del Primera Nacional entrenan al Alkartetxe Araski.
Al final, como buenas profesionales, las jugadoras no dejan de ser ese espejo para las más pequeñas y con su buen hacer han logrado crear una estrecha relación. Y quién sabe si el día de mañana serán ellas las que realices las visitas y jueguen en el primer equipo de Liga Femenina.
