Diez días seguidos son los que lleva amaneciendo con heladas Álava. Un ejemplo claro es el concejo de Barrundia de Ozaeta, donde el 12 de enero se batió la mínima del territorio, con siete grados bajo cero, cifra que superó tres días después, cuando el 15 de enero alcanzó -8,4 grados. Ayer, jornada en la que el Departamento vasco de Seguridad activó la alerta amarilla por heladas en el interior, su termómetro registró -6 grados.

Sin embargo, la estación meteorológica de Iturrieta fue donde más se desplomó el mercurio, con -7,8 grados. Otras zonas del territorio que no se quedaron atrás en este sentido fueron Roitegi (-7,2), Agurain (-6,7), Herrera (-5,5), Kapildui (-5,5) y Abetxuko, en Vitoria (-3,1).

Pero en los pueblos alaveses ponen al mal tiempo, buena cara, puesto que, como dicen, están ya "acostumbrados al frío". Y una buena manera de capear este temporal es socializándose con los vecinos, tal y como se veía en la taberna Isasmendi, con clientes tanto en su terraza, aprovechando los rayos de sol de esa mañana despejada, como en su interior. Nagore Beltrán de Heredia, vecina de Ozaeta y copropietaria de este local junto a Itsaso Martínez, preguntada por cómo estaban llevando estos gélidos días, destacaba que "estamos acostumbrados al frío, pero sí que es cierto que llevamos muchos días seguidos de heladas fuertes, pero la verdad, es que como por el día sale el sol, pues estamos contentos".

Hasta en la terraza

No en vano, el frío no ha amedrentado a los clientes de su negocio, "lo que pasa es que en invierno abrimos de jueves a domingo, pero el movimiento que hay los fines de semana es muchísimo porque como durante el día hace sol, la gente se anima a salir. Los clientes lo primero que hacen nada más entrar es comentar el frío que está haciendo. Un caldo o un café bien caliente es lo que nos piden", agrega Beltrán de Heredia que es de las que prefiere "que haga este frío a que llueva".

Peor lo lleva Ane Fernández de Barrena Ormazabal, que vive en Araia y los fines de semana es dependienta en el economato de Ozaeta. "Estos días que ha hecho tanto frío los llevo muy mal porque normalmente lo paso fatal cuando hace estas bajas temperaturas. Soy friolera y encima estos días para coger el coche, que siempre se te congela, fatal. Solo queda abrigarse. No te queda otra", explica.

De ahí que prefiera estar en sitios cerrados: "Voy de la universidad a casa y de casa a sitios cerrados, pero el viernes por la tarde sí que salí y pensé que hacía tiempo que no sentía ese frío".

En cuanto a la actividad del economato, las primeras horas de la mañana suelen ser más tranquilas, "porque yo creo que la gente hasta que no suban un poco los grados, no sale de casa, pero el resto de la jornada vienen como siempre". Eso sí, tampoco ha notado que les pidan productos específicos para combatir este gélido invierno, "porque básicamente no vendemos cosas calientes". Su consejo para sobrellevar mejor las heladas, es el de "abrigarse y aguantar".

A un grado a las 10.30 horas

A Leire Ruiz de Eguino, titular de la farmacia de Ozaeta de la calle Uría, cuyo termómetro ayer, a las 10.30 horas, marcaba un grado de temperatura, no le han pedido estos días más productos específicos para combatir gripes y resfriados. "Más que por el frío son todos los relacionados por la situación que estamos viviendo", detalla en clara alusión a la pandemia por coronavirus. "Aquí, lo más reseñable, es que como de vez en cuando hay que tener la ventana abierta para ventilar, me quedo helada", dice señalando a la misma.

Ella misma nota que hace más frío de lo habitual cuando cierra por la noche su establecimiento o lo abre a primera hora de la mañana. De hecho, el primer comentario de sus clientes son las heladas de estos días. "Llevamos ya como dos semanas con muchísimo frío y aunque el frío es habitual en esta época del año, no lo es que haga tanto y tantos días seguidos", aclara esta mujer que, por suerte, no se ha encontrado su coche cubierto con una capa de hielo porque lo deja aparcado durante la noche en un garaje.

En Larrea

A pocos kilómetros de allí, en Larrea, la mayor actividad social de ayer se concentraba en la taberna Aldaia, tal era el caso de José Ignacio González de Heredia, que en su interior tomaba algo con su cuadrilla. "Nosotros combatimos el frío al lado del fuego o trabajando", declara entre risas este hombre que lleva más de medio siglo viviendo en esta localidad.

Como dice, estas temperaturas no son normales, pero también las ha habido más fuertes. "Me acuerdo, por ejemplo, de cuando hizo 16 grados bajo cero hace unos veinte años, pero ahora estamos a -6 o -9 y la novedad es que son demasiados días seguidos helando. Por las mañanas está blanco el campo y cuando sales, se nota", recuerda este agricultor jubilado. "Y ha habido épocas en las que hemos estado a 25 bajo cero pero ahora, como no ha habido humedad, no ha habido problemas de hielo en la carretera", puntualizaba uno de sus compañeros de mesa.

Y pese al frío, se puede hacer vida normal: "A pasear también se puede salir. Aquí estamos acostumbrados al frío. Cuando así lo hace, te abrigas más y ya está", resaltaba.