Con un 90% de la población vacunada con la pauta completa, la población mayor recibiendo la tercera dosis y el uso del pasaporte covid, los ciudadanos auguraban unas navidades "con cierta normalidad". Lo cierto es que, ante el aumento de contagios por la alta transmisibilidad de ómicron, el Gobierno ha vuelto a imponer el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores por decreto.

Esta decisión, ha suscitado diferentes reacciones en los gasteiztarras y mientras hay quienes piensan que "es una medida necesaria", otros ponen en tela de juicio su eficacia. Es el caso de Francisco Espina, un joven que aunque está vacunado, considera que "en la calle no lo veo tampoco necesario, veo que no saben qué hacer y que han puesto esto por meter algo, lo que llevan haciendo todo el tiempo básicamente".

Para Ania, la medida no tendrá un efecto importante para contener el virus, pero es consciente que es difícil apelar a la responsabilidad ciudadana: "Habrá que acatar como siempre. Creo que al dejar las cosas a la voluntad de la gente sabemos lo que pasa, parece que no tienen demasiado sentido común. Para transitar por la calle me parece absurda la mascarilla porque ya se ha constatado científicamente que no tiene sentido".

Igualmente, Ania considera que el coronavirus "seguirá formando parte de nuestra vida" y que hay que asimilarlo, "tenemos que circular, en algún momento tenemos que empezar a funcionar ya, hay que aceptar que esto está aquí y hay que amoldarse y si hay que vacunarse cada año, se hace".

A favor de la medida reimplantada

Yerai Moya Lozano cree que "no me parece mal, la mascarilla al final es una medida para no expandir el virus, así que bien. Al final poner medidas está bien, pero si la gente no las respeta, no vale para nada. La juventud no está nada concienciada, salen de fiesta de la misma manera, se juntan en los bares un montón de gente sin mascarilla, pero bueno, habrá que ir tirando aunque vamos mejorando.

Inhar Castro, es un jóven que utiliza la mascarilla siempre que puede porque la pandemia le afectó a nivel personal y considera que está bastante concienciado: "Sí que es cierto que hay una nueva variante y que nos hemos confiado demasiado, por lo que al final todo esto es una consecuencia directa. Tenemos que llevar la mascarilla y pensar que al final todo esto es un trámite que habrá que pasar. Creo que nos tenemos que proteger porque mucha gente ha muerto".

También anima a que en medio de la situación, hay que mantener el positivismo: "Creo que a la mínima que nos vienen problemas, nos acongojamos un poco, hay que ser realistas y la situación no está bien". En ello coincide Jose Luis Guerrero, quien considera que "si es un bien para todos habrá que llevarla, es menos molestia llevarla que al final acabar en un hospital. Al final se ve que esto ya está desbordado, si las autoridades sanitarias que son los que conocen la situación nos lo recomiendan, habrá que hacerles caso, las circunstancias son las que mandan".

Ponerse la mascarilla, un gesto altruista

Yolanda Gonzáles piensa que "ponerse la mascarilla es un gesto muy sencillo que nos protege a todos, a mi me molesta la primera pero no me la quito". En la misma línea, Jose Luis Trimiño considera que "tenían que haberla puesto antes. En el curro mío han sido mogollón, han caído un montón de ellos que estaban vacunados, o sea que sigo yo que algo hará. Todo lo que ha pedido Urkullu está bien, lo tendría que aplicar".