Hasta hace treinta años, los agricultores cultivaban un poco de todo en sus campos. Sin embargo, las últimas décadas ha habido una tendencia hacia la especialización, que no es buena. Quien así se pronuncia es Orkatz Pagola, uno de los formadores de los cursos sobre agricultura regenerativa que imparte el organismo EIT Food.

La agricultura regenerativa viene a ser el eslabón superior a la ecológica. Como su nombre indica, se trata de regenerar el suelo, sanarlo para hacerlo más fértil. Su aplicación supone una mejora en el medio ambiente y se traduce en alimentos de más calidad. No obstante, "hay que tener siempre presente que lo primero es no perder la cosecha", puntualiza Pagola.

Y, al mismo tiempo, no olvidar que el suelo es el capital del agricultor. "Si lo labra, se va la capa fértil, pierde materia orgánica. Hay que darle vida. La agricultura ecológica es de mayor calidad que la normal, eso sí, pero la regenerativa es más sana. Ya ha habido muchos agricultores que han pasado de la convencional a la ecológica. Ahora tenemos que dar el siguiente paso y lo más lógico es que quienes ya practican ecológica evolucionen a regenerativa. Subir peldaño a peldaño", sostiene Pagola. Para practicar una agricultura regenerativa, lo primero es romper el monocultivo, es decir, plantar sólo viña o sembrar únicamente cereal. Y hay que hacerlo sin necesidad de comprar maquinaria nueva, para que no se disparen los gastos y la producción siga siendo asumible económicamente.

Ahí entra la agricultura regenerativa, porque el suelo va a nutrir a la planta, que da de comer a animales y a los seres humanos. La microbiología es fundamental y hay semilleros de microbiología local, lo que permite acercarse a la naturaleza lo máximo posible.

En Montaña

Ejemplos cercanos de agricultura regenerativa hay en Montaña Alavesa, en Campezo, Azazeta y San Vicente de Arana, por ejemplo. "Algo se está haciendo y en unos años va a haber un boom de agricultura regenerativa, ya que el sector lo demanda", vaticina Pagola. Los pioneros ya han hecho sus pinitos aunque, de momento, hay trabas porque la legislación no ayuda, indica el experto.

Raúl Rituerto empezó hace dos décadas a cultivar sus tierras de Azazeta de forma ecológica y desde hace ocho o diez se ha sumado a la regenerativa. Para ello, combina agricultura y ganadería, utiliza a los animales para nutrir, abonar y sanar la tierra.

Llevamos cuarenta años matando el suelo y tenemos que recuperarlo porque, al final, la tierra es el verdadero soporte de los agricultores. En nuestro caso hacemos especial hincapié en los animales porque creemos que la agricultura y la ganadería no se pueden desvincular, tienen que ir de la mano, pese a que las hemos separado", sostiene Raúl Rituerto.

Y lo hace mediante el pastoreo rotativo, una técnica que consiste en dirigir el ganado donde el agricultor quiere. Al final, todas las especies pasan por todas las fincas de las cien hectáreas de centeno, avena, cebada habas, guisantes, forraje... Tanto en verano como en invierno, ovejas, cabras vacas, yeguas y caballos son los encargados de nutrir, abonar y sanar el suelo de forma natural y de mantenerlo equilibrado para evitar plagas.

"Aunque el invierno es más duro por las bajas temperaturas también alimentamos al ganado en las campas, al aire libre, con el forraje recogido en primavera, salvo en casos excepcionales, como que haya caído una nevada de cuatro metros", apunta.

Ni dar labor

"Si lo que buscamos con la agricultura regenerativa es que el suelo se recupere lo antes posible, que esté vivo, sano e impactar lo menos posible en la tierra, creemos que ésta es la forma más coherente", explica. Por eso, apenas toca el suelo, no le da labor, ni utiliza pesticidas o herbicidas, simplemente realiza siembras directas y, después, recoge la cosecha con la que alimenta el ganado, ya que lo cultivado es para autoconsumo. El objetivo es que la tierra esté viva, que produzca todo lo que puede producir en las mejores condiciones posibles.

a la búsqueda de productores

Para Raúl Rituerto, el futuro del sector está en la agricultura regenerativa. Al igual que Pagola piensa que en pocos años habrá un boom, como en su día ocurrió con la agricultura ecológica. "No queda otra, la agricultura convencional, como tal, tiene poco recorrido, cada vez es más costosa, necesita mayor cantidad de energías, y al precio que están va a ser necesario poner en práctica formas de producir más sostenibles, pero también más rentables, como en cualquier negocio", indica.

El programa de agricultura regenerativa de EIT Food busca productores en Álava. Precisamente, en otoño, impartirán un curso sobre viñedo. Será los días 3 y 5 de noviembre en Lanciego sobre viñas. Antes, organizarán una charla previa, seguramente a finales de agosto en Logroño. "Íbamos a hacer un curso dentro del programa de EIT Food en Maeztu pero, al final, con la pandemia, tuvo que ser online. "Se trata de que los agricultores ecológicos oigan hablar de la agricultura regenerativa", aprecia Orkatz Pagola, formador de EIT Food.

"El agricultor tiene que estar convencido para dar pasos hacia la agricultura regenerativa. Algunos se adentraron en la ecológica por tener un sello que les ayuda a vender, pero en la regenerativa es fundamental que se lo crean, porque aquí no hay un sello como tal", añade el formador, con mucha experiencia laboral en Álava y Navarra.