o hay verano sin chapuzón. Y aunque la playa quede un poco lejos para los vitorianos, estos se han reunido durante décadas en dos de los lugares más poblados una vez comienza la temporada estival. Y este 2021 no ha sido una excepción. Las piscinas municipales de Gamarra y Mendizorro-tza han acogido a más de 156.000 usuarios en lo que va de año (cifras del 23 de julio), el doble de lo registrado en 2020. Por ello, hasta el cierre del recinto de Gamarra el 5 de septiembre, y el del Paseo de Cervantes el 19 del mismo mes, esa cifra irá en aumento para reflejar una de las principales maneras que tienen los gasteiztarras para refrescarse con la llegada de las altas temperaturas este mes de agosto.

"Estamos muy contentos, no hemos dejado de venir ni el año pasado ni este", apunta María Beotegi, acompañada de su familia durante la tranquila mañana que vivió ayer Mendizorroza, aún dando la bienvenida de forma esporádica pero consistente a los usuarios que aprovecharon los 23º C que marcaban los termómetros para un sosegado comienzo de jornada. "Se ve que hay tranquilidad", asegura, una observación que comparte con el socorrista que, bajo la sombrilla, se protege del deslumbrante sol que disfrutan el aproximadamente centenar de bañistas que se situaron en sus respectivos círculos delimitantes. "Yo creo que este año se podrían haber quitado", opina Beotegi sobre estas zonas, "la gente controla más y guardan las distancias, son muy educados", remarca, a lo que añade que también comprende el punto de vista del Consistorio gasteiztarra al mantener esta medida para certificar que se respeta la distancia de seguridad.

Por otro lado, hay quien sí considera un acierto la repetición de las medidas establecidas para controlar tanto el espacio entre bañistas como el control del aforo. "Cuantas más medidas de estas haya, mejor", sostiene otro usuario frente a la piscina más grande del recinto, que a las 11.00 horas aún aguardaba la llegada de los atrevidos nadadores, más numerosos a partir del mediodía y primera hora de la tarde.

Con la previsión de que más alaveses se aventuraran a zambullirse en las piscinas municipales, y la esperanza que gobernaba durante la primera mitad del año de poder hacerle cara al virus , el Ayuntamiento flexibilizó ciertas restricciones para adecuar y facilitar la llegada y salida de los usuarios. Una de las más notorias, en comparación a 2020, fue la eliminación del requerimiento de la cita previa. "De maravilla, todo lo que se flexibilice, muy bien", califica Beotegi. Respecto a novedades más funcionales, como la comprobación del aforo en tiempo real a través de la web municipal, o en los mismos recintos, cumplen una función más ociosa que informativa. "Yo lo miro por cotilleo, a primera hora, por ejemplo, y digo las 9.30, ¡y ya hay cinco locos!", reconoce el usuario frente a la piscina. Aún así, también aprecia los datos, "cuantos más mejor, estamos en la era de la información", recuerda.

Por su parte, Beotegi admite que no utiliza este recurso. "Nada, cero, siempre venimos por la mañana a esta hora y siempre hay sitio. Además, como nunca nos quedamos más de tres horas, no tenemos problema", explica. En ese sentido, tampoco cree que el actual límite de cinco horas por día por usuario sea efectiva. "Hacen muchas cosas para que esté todo controlado y bien, pero en realidad da igual si estás cinco o seis horas si estás dentro de tu espacio", razona, con el mismo argumento que comparten algunos usuarios que han presentado quejas a lo largo de la temporada por mantener el límite horario aún en jornadas con poca afluencia.

Ya sea con delimitaciones, tanto de espacio como de tiempo, no hay verano en el que los gasteiztarras no aprovechen la oportunidad de escapar del abrasador sol saltando al agua, o le den la bienvenida mientras se refrescan en las piscinas municipales de la ciudad.

Limitación horaria. Los usuarios podrán permanecer en las instalaciones municipales un máximo de cinco horas por día, que se pueden repartir entre ambas piscinas de Gasteiz.

Sin cita previa. Como contraste a 2020, quienes deseen acudir a los recintos, no necesitarán avisar con antelación.

Tres avisos. Si los responsables municipales se percatan de que un usuario ha vuelto a infringir las reglas, cuando este intente abandonar las instalaciones los tornos no cederán y deberá pasar por la zona de agentes de control. El proceso conllevará una semana de penalización de no acceso.

La usuaria, visitante asidua a la piscina de Mendizorroza, argumenta que el límite horario establecido por el Ayuntamiento se podría haber flexibilizado.

El bañista califica como una buena decisión mantener las restricciones vigentes teniendo en cuenta la actual situación sanitaria en Gasteiz.