La Cofradía de la Virgen Blanca también ha tenido que adaptar sus actos a las no-fiestas de Vitoria-Gasteiz. Sus miembros están deseosos de volver a la normalidad, pero acatan la realidad que nos ha tocado vivir y esperan con resignación.

"Querer a nuestra patrona y su fiesta nos ha hecho esperar un año y nos hará esperar dos", sentencia su abad Ricardo Sáez de Heredia que está esperanzado en que "a la vuelta de la normalidad, se puedan retomar las actividades tal y como siempre se realizan".

Con 20 años de Fiestas de la ciudad en el cargo habrá tenido de todo...

La verdad es que sí. Ha habido lluvias y suspensiones, pero también celebraciones muy emotivas como la del 2004 celebrando el 50 aniversario de la coronación de la Virgen Blanca.

En 2020 tocaba celebrar el 125 aniversario del inicio de la creación de la colección de los elementos procesionales de Procesión de los Faroles y la pandemia no deja hacerlo en condiciones.

Tenemos ganas, la verdad, porque hemos hecho cosas pero de puertas para adentro, en un ámbito controlado y cerrado, en formato pequeño y no es como nos gustaría. De todos modos, como el periodo de incorporación de todas las piezas de la colección no concluyó hasta 1897, contábamos con este año para celebrarlo también, y no está pudiendo ser, pero el 2022 también entramos en plazo. A ver si puede ser.

Será duro ir suspendiendo actos tan importantes para la Cofradía.

No hacer una celebración acorde, en la que todo el mundo tenga cabida, como queremos celebrarlo no es posible ahora y no queda otra que acatar. Tenemos muchas ganas de sacar, además, los nuevos faroles que tenemos, aunque invitamos a la gente que a acuda a ver la exposición Luces de la ciudad en el Museo de los Faroles, ubicado en la calle Zapatería 33, que estará abierta durante las 'no-fiestas' en horario de mañana (de 11.00 a 13.00 horas) y de tarde (de 18:00 a 20:00 horas).

Se ha barajado alguna alternativa para celebrar la procesión en las no-fiestas.

Hay gente que nos planteaba que se podía hacer un circuito cerrado, con control de aforo y demás medidas, pero eso no va con nuestra vocación. Nuestro interés es hacerlo para que todo el mundo lo vea y estar todos juntos en la calle y celebrar estas fiestas tan bonitas que tenemos en las que la gente sonríe mucho.

Imagino que lo mismo pasa con el Rosario de la Aurora...

Efectivamente, tu imagínate hacer el Rosario en la plaza de la Virgen Blanca, con vallas, con unos telares negros y con un acceso restringido. Para eso me quedo en casa porque, además, pierde el espíritu.

Cuando la situación es la normal, ¿qué cosas que no estén vinculadas a la Cofradía hace Ricardo Sáez de Heredia?

Pues es complicado porque tengo un calendario bastante apretado, pero alguna cosa sí que hago: desde las verbenas hasta los fuegos artificiales, las barracas, estar con tus amigos un poco más, estar con tu familia, ir al teatro... Cosas un poco más extraordinarias, o más especiales, podríamos decir. La fiesta ofrece precisamente esa oportunidad de hacer algo diferente, de hacer cosas que surgen, que no habías planeado porque estás en la calle, de encontrarte con amigos y ponerte a charlar o ir a echar un baile cuando tenías pensado marcharte pronto a casa.