Una pareja de águilas Bonelli, reintroducida por la Diputación alavesa hace tres años, cría desde abril un pollo en el entorno del parquenaturalde Izki, el primero que nace en Álava como consecuencia del proyecto AQUILA a-LIFE para la recuperación de esta ave rapaz, una de las más amenazadas en Europa.

La pareja, liberada hace tres años, se ha reencontrado en Kanpezu, tras haberse desplazadopor separadoa Portugal en un principio y a Palencia y Navarra posteriormente.

El programa AQUILA a-LIFE, que impulsa la Diputación Foral de Álava, financiado por la Unión Europea, para la recuperación del Águila Bonelli, ha dado su primer gran fruto con el nacimiento del primer pollo de esta ave rapaz en el Territorio alavés.

El nacimiento se ha producido en la Montaña Alavesa, el primero en los últimos 40 años y el primero en los últimos 18 años en el Territorio, o, lo que es lo mismo, en Euskadi. La historia de Zélie, que así ha sido bautizada la hembra nacida en abril, comenzó hace tres años cuando el Servicio de Patrimonio Natural de la DFA introdujo en la Montaña Alavesa 5 pollos de Águila Bonelli.

A todos ellos se les monitoriza diariamente mediante los emisores GPS-solares de los que fueron provistos. Leo, el padre del pollo nacido en abril, procede de un centro francés de reproducción de rapaces, mientras que Soraia, la madre de Zélie, fue extraída por GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Fauna) de un nido en la provincia de Málaga, con la colaboración de la Junta de Andalucía que,junto a Álava, Navarra, Baleares, Francia e Italia,colaboran en el proyecto AQUILA a-LIFE.

Tras ser liberados en el valle de Kanpezu, Leo y Soraia se dispersaron y pasaron el primer invierno en Portugal, pero alejados varios cientos de kilómetros el uno del otro. Soraia se asentó en el Alentejo y Leo en el estuario del Tajo. Día a día, técnicos de la DFA seguían su evolución a través de las señales de los emisores GPS-solares.

En la primavera de 2019, tanto Soraia como Leo, todavía inmaduros, realizaron diversos viajes de regreso a su territorio de origen, pero no se asentaron en Álava; mientras ella se instaló en el valle del Duero, en Palencia, él se ubicó en la Ribera de Navarra. Con la llegada de la primavera de 2020, la pareja de Águila Bonelli regresó a Álava y coincidió en Kanpezu, donde dos años antes había sido liberados.

A los pocos días ya se pudo observar que se habían emparejado: volaban juntos, defendían el territorio frente a otras rapaces, compartían el alimento y se cedían las presas en vuelo. El equipo técnico de la Diputación observó ya el pasado año a Soraia y a Leo preparando un nido en la zona, aunque no hubo puesta de huevos.

La pareja siguió junta, hizo un nuevo nido en el entorno del parque natural de Izki y, por fin, el pasado mes de febrero Soraia realizó la puesta. A comienzos de abril se pudo observar que habían tenido descendencia, pero solo a finales de mes se pudo comprobar que había una única cría. Pasados 46 días, cuando la cría estaba suficientemente desarrollada, se pudo acceder al nido.En el acceso al nido se contó con la ayuda de expertos en la escalada y en transmisores de radio, comprobándose que se trataba de una hembra, a la que se puso el nombre de Zélie.

Desde el año 2015, la Diputación Foral ha reintroducido 30 ejemplares de águila Bonelli en el Territorio, concretamente en Valdegobia, Kanpezu y Laguardia. El águila Bonelli es una rapaz territorial y el dispositivo GPS que se les coloca permite conocer sus movimientos y las principales amenazas para su conservación.