a pobreza es un fenómeno minoritario”, pero empieza a “afectar en mayor medida a la juventud que al total de la población”. Así lo indicó el Diagnóstico de la situación de la juventud de Euskadi del Eustat en 2019, pero en 2021 la situación sigue siendo preocupante. Tras más de un año de pandemia, muchos jóvenes siguen perjudicados por la situación sanitaria de una o varias formas, a la que se le añaden problemas ya presentes en la sociedad alavesa como el desempleo (situado en 11,8% en el primer cuatrimestre de 2021), o el incremento en la ansiedad o estrés en el confinamiento (un 32,5%, informe del Observatorio vasco de la Juventud).

La situación respecto a la falta de recursos se encontraba especialmente agravada en el territorio alavés en 2016, donde la mayor tasa de pobreza real entre jóvenes de 16 a 29 años del País Vasco era del 17,8% (frente al 6,8 de Gipuzkoa y el 6,3 de Bizkaia, según informó el diagnóstico previamente mencionado). En 2018 este porcentaje descendió de forma considerable (hasta el 8,8%), pero los datos han ido en aumento desde 2008 para este sector de la población en términos globales, alcanzando los registros más altos en 2018 de este milenio.

Tras viajar desde su Colombia natal hace dos años hasta Vitoria, Carol, usuaria de la Cruz Roja alavesa, se encontraba en una situación de fragilidad a la que la organización dio respuesta con varias “ayudas importantes”, como “consejos y formación” que van más allá de las prestaciones económicas. Un punto clave en el funcionamiento de esta organización son los servicios más allá del dinero, que como explican Noelia Rodríguez y Sara Sánchez, responsables del área de la atención urgente a necesidades básicas de la entidad, se trata de “crear un vínculo entre usuarios y voluntarios”. Para ello, se realizan diferentes talleres , por ejemplo, de “alimentación saludable o uso doméstico”, explica Sánchez.

Otra organización que atiende a personas con necesidades básicas es Cáritas, la cual informó que en 2020 atendió a más de 16.400 personas durante un “escenario condicionado por la incertidumbre que impuso la emergencia sanitaria”, según explicó Ramón Ibeas, secretario general de esta entidad. Entre ellas, varias personas jóvenes han abierto la puerta de la parroquia en busca de un lugar donde cobijarse durante el último año. “Cáritas intenta acompañar a los jóvenes en busca de su sitio en el mundo” asegura Ibeas, que subraya que no se trata solo “de repartir bocadillos”, sino de buscar qué situaciones se dan en la capital vasca y encontrar una justificación para su posterior actuación. No todos los atendidos comparten las mismas circunstancias, ya que “no es lo mismo que venga un joven con una sonrisa y toda la ilusión a que venga tras muchos fracasos escolares o laborales”, explica el secretario general.

Desde la Cruz Roja de Álava informan que se ha atendido a 108 personas menores de 30 años en lo que va de año en el área previamente mencionada, lo que, en comparación a 2019, con 154 usuarios, denota un “incremento bastante importante”, explica Rodríguez. De ese modo, con el objetivo de “orientar según las demandas de cada persona”, como indica su compañera, se intenta apoyar para dar solución a las problemáticas de cada individuo. En la experiencia de Carol, esto se ha cumplido de forma excelente, puesto que ha obtenido ayudas de las colaboradoras de Cruz Roja para realizar los trámites necesarios para sus cuestiones personales.

“Cada trabajo es distinto”, afirma Ibeas, ya que se tienen en cuenta varios factores como la procedencia de cada individuo. “El porcentaje de personas inmigrantes es mucho mayor que los de aquí, aunque de estos últimos también hay”, informa, y destaca la “posición de mucha más vulnerabilidad” que presentan las personas procedentes de otros países. Del mismo modo, casi un centenar de personas de nacionalidades extranjeras fueron atendidas en el área de la Cruz Roja de Álava donde actúan Rodríguez y Sánchez. Esta última también quiso dar luz al proceso de documentación que se lleva a cabo para asegurarse de que las personas atendidas no reciben ayudas de otras instituciones o no haya duplicidades en los beneficios.

A pesar de las dificultades que acompañan a personas como Carol tras su llegada a la capital alavesa, esta expresó su deseo de formar parte de la entidad en la que está integrada actualmente, una actitud que, según Sánchez, es bastante común entre los usuarios. Además, Rodríguez apeló a la solidaridad que se respira entre los beneficiarios. “A la hora de recoger alimentos se echan una mano entre ellos”, asegura, lo cual ambas garantizan que es de vital importancia. En ese sentido, desde Cáritas, se da especial valor a la presencia de un núcleo de apoyo “con el que se intenta trabajar” para cumplir los objetivos de cada individuo. En algunas ocasiones puede ser la familia, “fundamental” para personas con adicciones, indica Ibeas, pero en otras “es todo lo contrario porque está completamente desestructurada”. En cuanto a sistemas de ayudas se puede destacar las impulsada por las instituciones alavesas , que para la Cruz Roja son “envidiables”, afirma Rodríguez. “En el País Vasco, y especialmente en Vitoria, hay muy buena red de recursos asistenciales”, aboga, de una manera similar a Carol, que sostiene que “no hay comparación con la de otras comunidades”.

Aunque los datos sobre la pobreza en el País Vasco denotan preocupación, organizaciones como Cáritas y Cruz Roja reafirman su postura como claros faros de esperanza para los más necesitados.

- Para conocer más de cerca la situación de los jóvenes en el País Vasco, el Observatorio vasco de la Juventud del Gobierno Vasco presenta de forma periódica el Diagnóstico de la situación de la juventud. Con los resultados del último informe de 2020, se dan a conocer datos vitales con los que se acerca a uno de sus principales objetivos, “profundizar en el conocimiento del colectivo de personas de 15 a 29 años que residen en Euskadi” en relación a varias áreas como el empleo, la educación, el ocio o la cultura.

Entre los resultados ofrecidos se pueden destacar varios datos, como, por ejemplo, el desempleo juvenil: “El año 2020 terminó con una tasa de paro del 22,2 % para la juventud de 16 a 29 años”, señala el informe. Del mismo modo, aunque en 2017 y 2018 la distancia entre la tasa de paro de este rango de edad respecto al de la población “se redujo de forma notable” (esta última situada en 10,5% el pasado año), en 2020 “la brecha vuelve a ensancharse”. Respecto a la salud, a pesar de que ocho de cada diez jóvenes realizan actividad física saludable, un quinto de ellos presenta problemas crónicos en este ámbito, y aproximadamente un 10% sufre ansiedad y/o depresión. También cabe destacar que, entre las personas participantes en la Encuesta sobre adicciones en la CAPV, más del 20% asegura que había consumido alcohol de forma excesiva o de riesgo el mes previo a ser encuestadas. Este dato se sitúa como el más bajo registrado en la serie, muy distanciado del 39% de 2004. Por último, en este rango de edad, casi una quinta parte de la población es fumadora habitual de tabaco, casi 20 puntos porcentuales menos que hace 15 años. También desciende el consumo de cannabis, situado en 4,2% en 2017.

Pobreza real. El Instituto vasco de Estadística (Eustat) la define como “circunstancias de insuficiencia de recursos económicos para hacer frente a gastos de alimentación, vivienda, vestido y calzado”.

El secretario general de Cáritas indica que “cada trabajo es distinto” a la hora de atender a personas de este colectivo.

La responsable de la Cruz Roja en Álava incide en el fomento de la relación con actividades como talleres de alimentación.

Desde Cruz Roja afirman que las instituciones alavesas desempeñan una buena labor para apoyar a las personas desfavorecidas.

La usuaria de Cruz Roja manifiesta su satisfacción respecto al apoyo recibido en la organización.

8,8%

Es el índice de pobreza real entre los jóvenes en Álava en 2018. El Diagnóstico de la situación de la juventud de Euskadi del

Eustat, del año 2016, establecía que ésta era del 17,8%.