- Es este el sexto año consecutivo en el que BTI resulta ser la empresa española con mayor número de publicaciones en revistas científicas de impacto, según el 'Informe AseBio 2020', que recoge los datos del sector biotecnológico en el Estado español. ¿Cómo valora esta continuidad?

-Al final es un dato que demuestra que hay un equipo sólido de investigación que lleva veinte años trabajando, publicando mucho también desde hace muchos años, y en este caso liderando el ranking nacional de empresas en un momento en el que las publicaciones científicas han estado muy sujetas a ver qué pasaba con la pandemia. También es importante que coincide este ranking con el histórico de la Universidad de Stanford. Hemos sido el número uno a nivel nacional, y a nivel internacional, en el de Stanford, en el 62. (El Consejo General de Dentistas dio a conocer este reconocimiento el pasado 9 de marzo).

Menciona usted lo especial que ha sido el año 2020 como consecuencia de la pandemia ligada al coronavirus. ¿De qué manera ha condicionado el trabajo en BTI Biotechnology Institute?

-Nosotros precisamente lo que hicimos fue centrarnos a tope en el covid, en cómo todo esto que estaba sucediendo podía repercutir, y ver qué podíamos aportar nosotros. Hicimos varias publicaciones a este nivel, y realmente durante todos estos meses de la pandemia hemos tenido la misma actividad científica o incluso mayor que antes.

¿Qué implica publicar en una revista científica? ¿Qué requisitos y exigencias se han de cumplir para lograr el aval de estas publicaciones a una investigación?

-Para publicar en una revista de impacto tienes que tener algo novedoso que contar, un trabajo nunca publicado, y por supuesto que aporte algo a la comunidad científica. Son trabajos que siempre van a tener que pasar un examen por pares, varios científicos lo van a leer y corregir, van a hacer sus valoraciones, y luego ya la revista decide publicarlo. Es un proceso largo y técnicamente exigente.

Y en un momento en el que cualquiera puede publicar lo que quiera en Internet, como se ha comprobado con la pandemia y el auge de los bulos pseudocientíficos, ¿hasta qué punto es importante dar a cada fuente la relevancia que le corresponde?

-Es muy importante, y más en nuestro caso. Nosotros publicamos tanto en revistas indexadas como en otras más de divulgación científica, que muchas veces también están revisadas por pares, pero que son más clínicas. Este ranking de la asociación española de bioempresas mide revistas científicas, pero nosotros también publicamos sobre casos clínicos, técnicas quirúrgicas, cuestiones que tienen más que ver con lo clínico que con la ciencia.

Vivimos un momento de crecimiento exponencial de las nuevas tecnologías vinculadas con la información y el tratamiento de datos. ¿Son aplicables estas tecnologías a los ámbitos de investigación de BTI?

-Nosotros tenemos ya matemáticos en nuestros equipos, todos estamos muy enganchados con todo lo que es la valoración de datos. Por supuesto que cada día más el equipo de informáticos va creciendo en nuestros equipos de investigación, porque el análisis exhaustivo de los datos da muchísima información.

Al margen del Plasma Rico en Factores de Crecimiento o la implantología oral, trabajan en ámbitos como el de la apnea del sueño. ¿Cuáles son los avances en ese campo?

-En todo lo que tiene que ver con trastornos del sueño ha sido nuestro grupo, hemos sido pioneros en el mundo, en relacionar la influencia que hay entre las apneas del sueño y los desgastes dentarios, y por lo tanto la gran relación que tiene la apnea del sueño con los dentistas. Al mismo tiempo hemos desarrollado un tratamiento de apnea del sueño y un equipo electrónico que lo que nos hace es favorecer tanto el diagnóstico como valorar la eficacia del tratamiento. En estas líneas estamos trabajando muy intensamente desde hace diez años.

"Para publicar en una revista de impacto tienes que aportar algo a la comunidad científica"

Fundador de BTI