o han llegado aún las vacaciones, pero sí ha tocado a su fin el estado de alarma, y con él la prohibición de moverse por todo el territorio nacional; un turismo que muchos están aprovechando ahora que pueden volver a salir de sus municipios y territorios. Por eso, no es extraño -tampoco en las carreteras alavesas-, ver cada vez más vehículos parados con las luces de emergencia puestas porque han sufrido alguna avería.

Ante esto, desde Adeada (Asociación de empresarios de automoción de Araba) recuerdan que ya durante el confinamiento recomendaron que se moviera el coche de vez en cuando para evitar que esto ocurriera, pero también animan ahora -especialmente si el vehículo ha permanecido parado mucho tiempo- a no dilatar más la visita al taller para una puesta a punto.

Y es que muchos conductores han permanecido semanas, incluso meses, sin mover el coche, con lo que ello le acarrea al vehículo. Juan Carrero, miembro de la junta directiva de esta asociación y responsable de Jusabi Motor en Vitoria, confiesa a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que llevan tiempo lanzando ese tipo de mensajes a la ciudadanía desde Adeada en redes sociales, marcando que se va a retomar la conducción. "Muchas veces no vas a poder cogerlo porque va a estar sin batería, y si lleva tiempo parado hay cosas que hay que mirar", explica el experto.

En principio, indica que si arranca sin problemas algo básico que hay que revisar es la presión de los neumáticos. "En tres meses, el tamaño del neumático puede bajar hasta medio kilo la presión sin que tenga ninguna pérdida", señala. Por lo que si lleva más tiempo parado es recomendable mirarlo, algo que puede hacer el propio usuario en una gasolinera. Si no se ha conducido con él, los niveles deberían estar correctamente, pero también hay que mirar las luces. "Es como cuando salimos de viaje; básicamente hay que hacer esa misma revisión". Tampoco es lo mismo que el coche haya permanecido todo este tiempo durmiendo en garaje que en la calle. En el segundo de los casos, si no hay golpes es recomendable mirar los limpiaparabrisas. "La goma que lo conforma puede estar dura, acartonada, y eso es externo. Todo lo exterior en la calle se deteriora mucho más rápido, al fin y al cabo", añade Carrero.

Las averías, muchas veces, tienen que ver con que el coche haya estado parado. El responsable de Jusabi Motor afirma que hay sistemas electrónicos en coches modernos que tienen que estar funcionando para estar al día. "Si no funcionan o el coche no tiene batería, hay sistemas que se tienen que reactivar, y muchas veces eso provoca fallos cuando comienzas a andar con él. Igual te pones a conducir en Vitoria y no pasa nada, y sí cuando sales a carretera", explica.

En otro orden de cosas, Carrero ha hablado con este diario también para trasladar su percepción sobre la limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora que entró en vigor el pasado martes 11 de mayo. Con esta novedad, se establece que el límite genérico de velocidad en vías urbanas es ahora de 20 km/h en aquellas que dispongan de plataforma única de calzada y acera; 30 km/h donde haya un único carril por sentido de circulación y 50 km/h en aquellas vías de dos o más carriles por sentido de circulación. El propio consistorio anunció a principios de semana que la Policía Municipal iba a estar todo un mes haciendo además controles en las vías donde se ha cambiado la señalización para garantizar que los conductores la respetan. Carrero explica, en conversación con DNA, que estas limitaciones van a traer consigo "trabajos incómodos. Antes de esto, ya teníamos este tipo de problemas con determinados tipos de vehículos", asegura.

Ahora resalta que han cambiado la forma de medir las emisiones y han cogido los valores que en teoría tenían que tener. Tiene anécdotas de clientes que han comprado el coche en el concesionario, especificando que lo querían solo para ciudad, y que les han explicado cuando les ha salido la luz de fallo que tienen que salir a carretera para que el filtro de partículas -uno de los elementos anticontaminación del coche- haga su trabajo. Si no se hace, se acumulan los residuos y el coche se atasca. "Eso antes de las restricciones de velocidad. Con ellas, más todavía", añade.

En estos últimos días, ante el anuncio de estas nuevas limitaciones, asegura que ha estado saliendo con diferentes coches para mirar la marcha en la que se va a cada velocidad. "Antes para ir a 50 km/h en un coche manual era en tercera y prácticamente sin acelerar. Si llevas un coche de los modernos, que te está diciendo que cambies de velocidad, te obliga a ir en sexta enseguida", explica. Ahora, para ir a 30 km/h, en un coche manual es en segunda, y "si metes tercera ya te pasas. Hay muchos vehículos que están a muy pocas vueltas, que llevan el coche casi muerto. Estás atascando el sistema, porque cuando vas a la ITV a medir las emisiones te dicen que aceleres a fondo, y ahí es cuando ven si se ha atascado porque toda la carbonilla sale. Si es así, hay que hacer una descarbonización o cambiar alguna pieza".

Otro elemento que puede verse dañado es también el embrague. "Es lógico que se quiera bajar la velocidad por cuestiones de seguridad. Eso está claro", añade por otra parte, porque es más fácil prever cuándo va a llegar un coche a 30 que a 50 km/h. "Ese es un argumento importante, pero no todos los pros que le dan son reales; el ruido del motor no es igual en segunda que en tercera, tampoco las emisiones o el consumo, porque no es el mismo en todas las revoluciones". También reflexiona que hay que optimizar el tráfico, adaptar a esta nueva regulación, por ejemplo, el tiempo en el que cambian los semáforos. Sea como fuera, reitera que "la inmensa mayoría de los vehículos que circulan hoy en día se han diseñado para otra cosa". Por eso, ven el futuro de las ciudades con vehículos pequeños eléctricos, y los tradicionales para circulación interurbana.