La plataforma Memoria Gara ha apostado por gestionar el futuro Centro Memorial de las Víctimas del 3 de marzo de 1976 en Vitoria de forma "social y colectiva" porque considera que "es lo que dotará de legitimidad" al proyecto que se ubicará en la Iglesia San Francisco de Asís de Zaramaga.

La Comisión de Derechos Humanos, Igualdad y Justicia del Parlamento Vasco ha acogido este miércoles la comparecencia de los portavoces de la plataforma, Julen Diaz de Argote y Josu Santamarina, quienes han dado su opinión sobre la conversión de la iglesia de San Francisco del barrio vitoriano de Zaramaga en un centro de memoria.

El Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Alava, el Ayuntamiento de Vitoria y la Diócesis de Vitoria hicieron público el pasado mes de febrero un acuerdo para ubicar en la Iglesia San Francisco de Asís de Zaramaga el Centro Memorial de las Víctimas del 3 de marzo de 1976 en Vitoria. Cinco trabajadores murieron por disparos de la Policía Armada contra los participantes en una protesta laboral y más de cien personas resultaron heridas en Zaramaga.

Los portavoces de Memoria Gara han recordado que se constituyeron como plataforma civil en septiembre del año 2018 para pedir que la iglesia de Zaramaga se convirtiera en un espacio abierto para la Memoria y los Derechos Humanos.

Asimismo, han presentado a los grupos parlamentarios es el proyecto 'M3 San francisco espacio para la memoria- Bases para la construcción de un espacio para la memoria en la Iglesia de San Francisco de Asis en Zaramaga-', que recoge las conclusiones de las Jornadas 'Martxoak 3: Memoria(s), Espacio(s), Colectivo(s)' que se desarrollaron en Vitoria en febrero del año 2020 sobre este proyecto de memoria.

Los portavoces de Memoria Gara han recordado que este pasado lunes el consejo de dirección del Instituto Vasco de la Memoria-Gogora presentó en Bilbao su Plan de Actuación para esta legislatura que recoge la creación del memorial de las víctimas del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, con el nombre 'Martxoak 3 Memoriagunea', en colaboración con el Ayuntamiento de Vitoria, la Diputación Foral de Alava, el Obispado alavés y Memoria Gara, con la creación de una fundación.

La plataforma ha apostado por gestionar este espacio de forma "social y colectiva" porque considera que "es lo que dota de legitimidad" a este centro memorial. No obstante, ha subrayado que en este proceso es necesario contar con las instituciones públicas, "tanto por los recursos como por dar legitimidad y reconocimiento" al proyecto.

"Creemos que Martxoak 3 Elkartea, que es quien lleva décadas en los diferentes ámbitos (judicial, social, simbólico) trabajando por el reconocimiento, denunciando la impunidad, tiene que estar presentes", ha defendido.

Según ha explicado, Memoria Gara se ha creado "con la vocación de intentar aunar diferentes visiones para trabajar esta memoria" y han señalado que si se hace este "espacio de memoria obrera", esto "implica hablar no solo de las luchas obreras del pasado sino también de las del presente".

"Hemos intentado buscar el apoyo total de todas las fuerzas sindicales. Creemos que son los órganos que representan a la clase trabajadora actualmente, aunque el 3 de marzo no fue un movimiento tan sindical sino que fue una experiencia asamblearia, muy única, y por ello tan valiosa a nivel histórico", ha señalado.

Además, ha pedido que el proyecto tenga coherencia "en fondo y forma" y ha citado como "líneas rojas" la "gentrificación de la memoria", por la que "se asigna una papel pasivo a los grupos o asociaciones, víctimas que han reclamado este espacio durante tanto tiempo".

Un espacio vivo

Memoria Gara ha afirmado que contar con el apoyo de las instituciones para crear este recurso "valioso e importante", no tiene por qué significar "desempoderar a los colectivos que han estado en la brecha durante décadas".

También solicita que no sea un "museo al uso", sino que apuesta por que sea un "espacio vivo", con exposiciones temporales y aprovechando la "significación" que tuvo el lugar, para que sea una reivindicación "no solo de derechos humanos, sino también de derechos sociales, económicos y culturales".

"El reconocimiento debe ser algo activo, en nuestra opinión, lo que significa que seguramente tendremos que salir de una visión de despachos de la Memoria para que no se debilite el empoderamiento colectivo", ha defendido.

Por otro lado, ha explicado que han trasladado a las instituciones sus dudas respecto a las metodologías que se van a establecer en el trabajo que se va a realizar porque ha recordado que "hasta ahora han sido muchos los colectivos que han ido recogiendo el patrimonio, compuesto por documentación, canciones, libros, testimonios orales y por objetos que la ciudadanía guarda en sus casas".

"Todo este patrimonio colectivo todavía, en gran medida, creemos que es desconocido, exige un trabajo. Son precisamente sus protagonistas quienes mejor lo conocen y queremos saber si esto solo se va a reducir en pedir que se les ceda todo o el donante de la memoria va a poder ser dueño de ello", ha señalado.