El mundo que rodeaba a Mercedes, con apenas 13 años, no tenía colores. Lo veía en blanco y negro, como la guerra que le arrebató la infancia. Con esos mismos tonos dibujó los aviones soltando bombas –en realidad en sus dibujos soltaban lágrimas–, a los niños huyendo con el terror en los ojos, y a los adultos alzando los brazos en un gesto de rendición o desesperanza.

Este es solo uno de los cientos de dibujos de niños que vivieron la guerra; no sabían que estaban haciendo historia, solo intentaban entender el horror que los rodeaba. Eran niños, con lápices en lugar de armas, que plasmaron en papel los demonios de una guerra que les robó la infancia.

Hoy, casi un siglo después, sus dibujos vuelven a hablar: testigos inocentes convertidos en reporteros gráficos del miedo, el exilio y la supervivencia. En el centro cívico El Pilar, desde el pasado martes día 17 y hasta el próximo día 29, Vitoria acoge la emotiva exposición Y además dibujan que ofrece una lectura de la historia reciente, reflejando el drama que supuso la Guerra Civil Española. Este conflicto marcó la infancia de muchos menores.

La muestra reúne medio centenar de dibujos realizados por esos niños y niñas, quienes plasmaron lo que sentían durante aquel periodo tan cruel.

En el centro cívico El Pilar, desde el pasado martes día 17 y hasta el próximo día 29, Vitoria acoge la emotiva exposición Y además dibujan que ofrece una lectura de la historia reciente, reflejando el drama que supuso la Guerra Civil Española

Cabe destacar que las obras fueron creadas tras su traslado a colonias refugio habitadas por el Gobierno de la República en zonas más seguras, como el Levante español, así como en varios países de Europa y la URSS, alejándolos de los bombardeos. Estos dibujos pertenecen al Ayuntamiento de Benalmádena. Vladimir Merino, comisario de la exposición e hijo de una de aquellos menores trasladados a la URSS, comenta que “fue un drama lo que estos niños sufrieron”. “Por ellos, no tienen filtros: pintan lo que ven. Esa es la razón por la que sus dibujos transmiten tanta emoción”. 

VALORACIÓN

“Como organizadores de la muestra, es un orgullo presentar esta exposición de dibujos. Lo hacemos tanto en homenaje a los niños y niñas que, sobre sencillos papeles de cuaderno, hicieron los dibujos, como a los llamados cuáqueros, hombres y mujeres, en su gran mayoría norteamericanos, que dejando atrás la comodidad de sus hogares no dudaron en recorrer miles de kilómetros hasta España para ofrecer su ayuda, con el único objeto de socorrer a unas criaturas desamparadas e indefensas ante el avance de los militares golpistas durante nuestra guerra civil de 1936 a 1939”, explican los organizadores.

En el centro cívico El Pilar, desde el pasado martes día 17 y hasta el próximo día 29, Vitoria acoge la emotiva exposición Y además dibujan que ofrece una lectura de la historia reciente, reflejando el drama que supuso la Guerra Civil Española. Este conflicto marcó la infancia de muchos menores. Cedida

“Ramón, Mercedes, Juana, Luis…, niñas y niños retratando la injusticia que irrumpió en su infancia, tendrán ahora 90, 95, 100 años… La mayoría habrán fallecido. En cambio, su testimonio es ya inmortal porque, como reivindicaba Walter Benjamin, “es necesario escribir la historia de los vencidos”.

En el centro cívico El Pilar, desde el pasado martes día 17 y hasta el próximo día 29, Vitoria acoge la emotiva exposición Y además dibujan que ofrece una lectura de la historia reciente, reflejando el drama que supuso la Guerra Civil Española. Este conflicto marcó la infancia de muchos menores. Cedida

Este es el caso de los niños y niñas del curso escolar de 1937-1938, que respondieron con entusiasmo cuando se les pidió que realizaran dibujos con lápiz y papel sobre su experiencia de la guerra, y con su quehacer dejaron marcada la historia, con sus trazos relataron —quizás por primera vez—, una guerra ampliamente representada desde una visión infantil”, explica Vladimir Merino.

legado La muestra continúa el legado de un pequeño libro publicado en plena Guerra Civil por el escritor británico Aldous Huxley, cuyo objetivo fue concienciar sobre el sufrimiento de los niños y recaudar fondos para brindarles ayuda. Huxley reunió una selección de dibujos infantiles que, con el tiempo, pasaron a formar parte de los fondos documentales de universidades en Estados Unidos y Canadá, así como de la Biblioteca Nacional de España. La recopilación que se expone en Monforte proviene precisamente de la Biblioteca Nacional y del Arxiu Nacional de Catalunya.

DETALLES

En esta misma línea, Vladimir Merino Barrera, comisario de la exposición junto a Gloria Martínez, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA detalles sobre los contenidos de la muestra y la selección de dibujos, realizados por niños y niñas evacuados durante la Guerra Civil a colonias escolares en el Levante o trasladados a la Unión Soviética. Destacar que Merino es también hijo de una de las menores enviadas a ese país con el apoyo de la República Española y la Cruz Roja Internacional algo que de manera personal le añade valor testimonial de estas obras .

En el centro cívico El Pilar, desde el pasado martes día 17 y hasta el próximo día 29, Vitoria acoge la emotiva exposición Y además dibujan que ofrece una lectura de la historia reciente, reflejando el drama que supuso la Guerra Civil Española. Cedida

La idea de hacer esta exposición itinerante nace del deseo de rendir homenaje a aquellos niños y niñas de la guerra, pero también a quienes hicieron todo lo posible por protegerlos”, valora Merino. Añade además que la muestra tiene un propósito doble: mantener viva la memoria histórica y promover una reflexión colectiva sobre el pasado reciente, “y sobre cómo queremos que transcurra nuestro futuro”.

Como curiosidades de esta exposición, cabe mencionar que 40 de estos dibujos son copia digital de los 1.171 originales que se conservan en la Biblioteca Nacional de España en Madrid.

Todos ellos fueron dibujados por niños y niñas evacuadas, sobre todo, de las grandes ciudades hacia las colonias escolares del Levante, lejos de los frentes de guerra y del asedio del ejército rebelde. Los 40 seleccionados fueron adquiridos en formato digital de alta definición (300 dpi) por el Ayuntamiento de Benalmádena, bajo cuyo patrocinio se realizó la copia actual de los mismos.

Como curiosidades de esta exposición, cabe mencionar que 40 de estos dibujos son copia digital de los 1.171 originales que se conservan en la Biblioteca Nacional de España en Madrid

Otros ocho, realizados por niñas y niños españoles, sobre todo, asturianos, cántabros y vascos, que primero fueron refugiados y luego forzosamente exiliados en la URSS, pertenecen a la colección de dibujos que, procedentes del Centro Español de Moscú (CEM) y gracias a la iniciativa de la Asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE), actualmente están depositados en el Arxiu Nacional de Catalunya’ (ANC). El formato de los 48 dibujos es en PVC de 0,70 x 0,50 metros, con el necesario soporte para ser ubicado en la pared.

Cada uno de ellos va acompañado de una cartela, también en PVC y de 0,15 x 0,10 metros, con breve descripción del contenido del cuadro, así como del nombre y la edad del niño o niña que lo realizó. 

SENTIMIENTOS

Son muchas las ocasiones en que se puede comprobar que, para los niños y niñas, resulta más sencillo plasmar sus sentimientos con un dibujo que con palabras; cuando estas se bloquean, la creatividad busca nuevos caminos para expresarse. “Contemplar estos dibujos conmueve y estremece profundamente”. No en vano, no cuesta imaginar esas pequeñas manos que, a pesar del horror vivido, se aferran a los lápices de colores como último refugio de una infancia truncada.

Cada dibujo, nacido desde la mirada más inocente, está impregnado de un sentimiento profundamente humano, pero también refleja la comprensión, quizás no tan infantil, de lo que significa la guerra

Explosiones, aviones con su ruido infernal, huidas desesperadas, heridos y lágrimas… La muestra es amplia y desgarradora: ataques aéreos y marítimos, combates en campo abierto, refugios improvisados, escapadas. Cada dibujo, nacido desde la mirada más inocente, está impregnado de un sentimiento profundamente humano, pero también refleja la comprensión, quizás no tan infantil, de lo que significa la guerra.

“Varios fueron los fotógrafos que inmortalizaron la Guerra Civil acaso Robert Capa el más prestigioso. Pero ellos, con el disparador de la cámara, captaban lo inmediato; los niños, por el contrario, aprehendían en sus dibujos recuerdos, imágenes de su memoria, sentimientos plasmados con creatividad artística, lágrimas que, en algunos casos, emulaban la metralla de los aviones. Ya Pablo Picasso reconocía que una vez dibujé como Rafael, pero me ha llevado toda una vida dibujar como un niño. Bien podríamos decir, como lo expresan Xavier Cortés y Amanda Gascó en un magnífico documental producido por la RTVE y la RTVV en 2003, que la Guerra Civil de 1936-1939 fue “la primera guerra moderna dibujada” 1 por niños y niñas que ejercían de reporteros de guerra y ponían en valor un episodio que nunca debió producirse”.