Durante el mediodía de este sábado, el centro de Vitoria-Gasteiz se ha convertido en un gran comedor solidario de la mano de la ONG Zaporeak y con la colaboración de Diario de Noticias de Álava. El Farolón y Los Arquillos han acogido este proyecto con el que se han recaudado fondos para mantener el comedor que Zaporeak gestiona desde hace nueve años en la isla griega de Lesbos, donde proporciona una comida “digna y nutricionalmente equilibrada” a personas refugiadas que huyen de las múltiples crisis que sacuden Oriente Medio.
Si bien el plato fuerte del día fue la comida popular, servida a partir de las 15.00 horas en Los Arquillos, desde las 13.00 la jornada estuvo amenizada por una txaranga y por el sabor del pintxo-pote solidario, en el que participaron cuatro establecimientos hosteleros de la capital alavesa. Sagartoki, Toloño, PerretxiCo y Kotarro sirvieron 200 pintxos cada uno. El precio del pack —pintxo y copa de vino— fue de 5 euros, destinados íntegramente a la causa.
"El primer objetivo es recaudar fondos y el segundo, visibilizar. Es muy importante estar en el corazón de Vitoria, un punto neurálgico por el que pasa mucha gente; que se nos vea ayuda a que más personas se hagan socias y colaboren”
Javier Mendigutxia, voluntario de Zaporeak, explicó a este periódico que este tipo de jornadas tienen un doble objetivo: “El primero es recaudar fondos y el segundo, visibilizar. Es muy importante estar en el corazón de Vitoria, un punto neurálgico por el que pasa mucha gente; que se nos vea ayuda a que más personas se hagan socias y colaboren”.
Más de 200 comidas vendidas
A media mañana, ya se habían vendido unas 200 comidas. El menú tenía un precio de 30 euros, que se traduce en una enorme aportación. Dado que preparar una comida en Lesbos cuesta aproximadamente un euro, cada ración vendida en Vitoria equivale a alimentar a 30 personas refugiadas. Desde la organización recuerdan que han llegado a repartir hasta 3.000 comidas en un solo día.
El plato principal de esta edición fueron garbanzos con bacalao, elaborados por el restaurante del Hotel Jardines de Uleta, servido en formato plato combinado y tupper, en un guiño al modelo que utilizan en Lesbos. De postre, la pastelería Txistu ofreció una deliciosa goxua; el pan fue proporcionado por Artepan, el vino por las Bodegas Luis Cañas y el café por La Brasileña, todas ellas firmas del territorio alavés.
Al ser preguntado por los orígenes del proyecto, Mendigutxia recordó que comenzó en 2016. “Un grupo de amigos de Donosti estaba en Oriente Medio y fue testigo del desastre humanitario provocado por la guerra de Siria. Se preguntaron qué podían hacer, y como eran cocineros, empezaron a preparar comidas”, rememora.
Poco después, la iniciativa se extendió por distintos puntos geográficos. “Cuando llegaron a Vitoria, a muchas personas les pareció útil el proyecto, y se fueron creando delegaciones en distintos territorios”. Actualmente, cada grupo se encarga de diversas actividades que permiten sostener el trabajo humanitario de Zaporeak. “El año pasado repartimos más de 800.000 comidas y en un solo día llegamos a las 3.200”, detalló el voluntario.
Mendigutxia también subrayó la buena acogida que tienen este tipo de eventos en la capital alavesa: “Afortunadamente, hay mucha solidaridad en Gasteiz. Los hosteleros y colaboradores aportan el material de forma gratuita, el trabajo lo realizamos personas voluntarias y todo lo recaudado va íntegramente a la causa”. “La ciudadanía se vuelca y eso tiene mucho mérito, porque Vitoria es una ciudad muy activa y con muchísimas propuestas. Este es el tercer año que organizamos esta comida solidaria y la respuesta siempre es positiva”, concluyó con gratitud.