El complejo residencial Arabarren, que será un recurso “de y para los alaveses”, de ahí su nombre, puso ayer su primera piedra en la parcela de la calle Blas de Otero, a la altura del número 33, en el barrio de Lakua, que ha cedido de manera gratuita el Ayuntamiento de Vitoria para su construcción. Aunque, más que una piedra, lo que se depositó fue una cápsula del tiempo que contenía media docena de ejemplares de periódicos, entre ellos la edición de ese día de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Este nuevo centro sociosanitario contará con 150 plazas residenciales y de centro de día destinadas a personas mayores y con discapacidad. La totalidad de las plazas serán públicas y concertadas por parte de la Diputación Foral de Álava con la cooperativa Arabarren, que tiene el mismo nombre de la residencia, y que será la encargada de gestionar este centro que se estima que entre en funcionamiento en 2023.

El proyecto también cuenta con la colaboración de otra cooperativa, la de Krean de Mondragón Corporación, que ha diseñado el edificio y se encargará de su construcción, y de IMQ Igurco, una empresa referente en la gestión de servicios sociosanitarios y que ha aportado su conocimiento en la materia.

El acto de colocación de esta cápsula del tiempo estuvo presidido por el diputado general de Álava, Ramiro González, que aprovechó para rendir homenaje a las personas mayores que han fallecido en las residencias alavesas como consecuencia del coronavirus, cuando expresó su agradecimiento al conjunto de residentes, familiares y profesionales del sector sociosanitario “por el ejemplo que han dado en estos meses aciagos”.

Durante su intervención, González subrayó que Arabarren es “más que una residencia. Es un proyecto único e innovador en el cuidado de las personas con el objetivo de mejorar su calidad de vida, que ofrecerá una respuesta diversificada a los distintos perfiles de personas mayores, promoverá la investigación, estará preparado para la era poscovid, está caracterizado por ser un modelo de colaboración-público-social, y gestionado por una cooperativa de iniciativa social”.

Son estos, por tanto, los pilares en los que se asentará Arabarren, “un proyecto inclusivo que apuesta por la autonomía de las personas”, y que van en la línea del modelo en el que quiere avanzar la Diputación, hacia uno más cercano a un hogar, para que en las residencias se creen entornos que traten a los mayores más como a personas que a pacientes. “Miramos al futuro de Álava, al reto demográfico que tenemos a la vista. Por eso, este gobierno foral está haciendo ya una fuerte apuesta por incrementar la oferta de plazas residenciales”, añadió el diputado general.

Precisamente, si algo destaca en Arabarren es la modularización o sectorización de las residencias en unidades convivenciales más pequeñas, para atender a los diferentes perfiles de usuarios, y el de un mayor número de habitaciones individuales, en concreto un 75% de ellas será de este tipo, para dificultar la transmisión de la infección y el riesgo de contagio.

Así, la parte residencial para mayores tendrá 100 plazas divididas en cuatro módulos de 25 plazas cada uno. En dos de los módulos (50 plazas) se atenderá a los que tienen deterioro cognitivo, mientras que en los otros dos habitarán mayores con enfermedad mental (25) y se complementará con un centro de día para 25 mayores.

A ello se añaden vestuarios adaptados para el personal, con circuitos diferenciados de entrada y de salida para reducir el riesgo de contaminación y terrazas exteriores, que permitan un paseo seguro.

Otra de las grandes novedades será un jardín terapéutico, que facilitará que sus usuarios tengan un lugar de esparcimiento seguro, lo que ayudará también a mejorar su salud física y mental.

En el acto también intervinieron la presidenta de la cooperativa Amagoia Barandiaran y el vicepresidente de Mondragón Corporación, Alberto Gorroñogoitia, quien señaló que “el sector sociosanitario es donde las señas de identidad de Mondragón, centradas en la persona y su dignidad, cobran mayor sentido, por tratarse de una actividad de personas y para las personas”.

Por su parte, Barandiaran puso en valor que se trata de una cooperativa que nace en Álava. “Somos una cooperativa para las y los alaveses y que trabaja para nuestras personas mayores y personas con discapacidad física severa. Como cooperativa de trabajo asociado, nacemos con la vocación de incorporar más de cien personas como socios de trabajo de la cooperativa. A partir de ahora este será nuestro mayor reto: presentar nuestro proyecto para ilusionar a los que quieran acompañarnos en crear la familia Arabarren”, resaltó.

Arabarren. La nueva residencia de la calle Blas de Otero (Vitoria) echó a andar ayer colocando su primera piedra. Contará con 150 plazas públicas y se espera que esté lista en 2023.

Sus pilares. Es el primer centro de Álava que atenderá a personas mayores con diferentes perfiles, incluidas personas con enfermedad mental y discapacidad intelectual que han envejecido. Promoverá también la investigación, estará preparado para la era poscovid, estará caracterizado por ser un modelo de colaboración público-social, y estará gestionado por una cooperativa de iniciativa social.

El diputado general de Álava dijo que Arabarren “es más que una residencia” para mejorar la calidad de vida de sus usuarios.