La teniente de diputado general y diputada foral de Desarrollo Económico y Equilibrio Territorial insiste en destacar el "esfuerzo humano" desarrollado por los integrantes de su departamento para hacer frente a un 2020 muy difícil en el que ha sido necesario acudir al socorro de las empresas alavesas. "Somos un departamento pequeño con recursos humanos escasos y el equipo ha tenido que comprometerse, darlo todo, de verdad que es para quitarse el sombrero", enfatiza.

¿En qué medida la pandemia ha condicionado la planificación de su departamento para 2020? ¿Se ha pasado de una estrategia de desarrollo del territorio a una de supervivencia?

-Indudablemente la pandemia ha condicionado la actividad del departamento. En un primer momento nos obligó a dar una respuesta rápida, en la primera semana creamos un grupo de trabajo con la Cámara de Comercio, con SEA, con Aenkomer, Uaga o las cuadrillas para seguir de cerca las necesidades de las empresas. SEA creó el observatorio de seguimiento continuo y se elaboraron los informes periódicos de la Cámara. La primera medida aplicada fue facilitar la financiación de las empresas, la primera necesidad que nos manifestaron, y se dio respuesta desde la Diputación y el Gobierno Vasco, al que el grupo de trabajo elevó esas necesidades de las empresas.

¿En qué medida han podido mantener sus objetivos iniciales?

-Hemos tenido que priorizar, y la prioridad ha sido el apoyo directo a las empresas, las convocatorias de ayudas. Se han aplicado todas y se han incrementado económicamente. En Álava Innova ha habido 300.000 euros más con el PlanÁ, hemos creado el plan Álava Digitaliza para responder a la demanda de digitalización de las empresas, hemos potenciado las industrias culturales creativas y, en general, hemos sido rápidos.

Para 2021 el presupuesto general de su departamento crece un 10%, en la línea expuesta por el planteamiento del diputado general, Ramiro González, de volcar los esfuerzos en la incentivación de la economía y la protección social. ¿Hasta qué punto son compatibles ambas apuestas?

-Yo siempre digo que para hacer sostenibles las políticas públicas, el dedicarnos a las personas, sobre todo a las más desfavorecidas, indudablemente hay que crear riqueza. Este 10,34% que crece el departamento persigue incrementar el desarrollo económico del territorio, pero tengamos en cuenta que eso fortalece el sistema de servicios públicos. Hemos vuelto a poner el acento en los programas de ayudas a las empresas, Innova crece un 33%, un 45% las ayudas al sector audiovisual, hemos puesto recursos en el despliegue de la especialización inteligente, en el RIS3; y volvemos a hacer una importante apuesta por la industria 4.0. También en la energía y en lo sanitario, completando así las tres líneas estratégicas de la Diputación alineadas con las de Euskadi y Europa.

¿En qué proyectos concretos se va concretar esa apuesta?

-En industria 4.0 hay algo más de 100.000 euros para trabajar con Tecnalia o la Cámara de Comercio en el grupo Araba 4.0. En energía seguimos apoyando a CIC energiGUNE con 500.00 euros, porque es uno de los cinco centros reconocidos a nivel europeo en almacenamiento de energía; y en el tema biosanitario en su día apostamos por Pharmalab 4.0, y ahora con los mismos socios crearemos un centro de terapias farmacéuticas avanzadas. Es una apuesta de legislatura, arranca en 2021, Tecnalia y la UPV están cerrando su acuerdo y luego entrará la Diputación. Indudablemente está también la apuesta del departamento por la economía del vino, con el plan de posicionamiento de Rioja Alavesa ya elaborado y que hicimos junto con la comarca.

El fondo europeo Next Generation va a ser un balón de oxígeno para todas las administraciones, pero hay voces que alertan del peligro general en el Estado de destinar esos fondos a inversiones improductivas. ¿Hasta qué punto son una oportunidad de tomar la delantera para quien lo haga bien?

-Los fondos son una herramienta histórica de Europa y una gran oportunidad para transformar el territorio. Los departamentos hemos trabajado para presentar propuestas para optar a esos fondos y hemos tenido mucho cuidado de que estén alineadas con las prioridades que establece Europa. El departamento tiene dos grandes proyectos, uno que tiene que ver con la creación de un centro de fabricación avanzada en automoción, que ya trabajamos con el Gobierno, con Mercedes y con empresas de la cadena de valor; y otra apuesta es Araba Smart Lurraldea, que tiene que ver con la conectividad integral del territorio. La pandemia ha puesto de manifiesto que la digitalización es prioritaria, hace al territorio más competitivo y proporciona más igualdad de oportunidades.

En el caso de Álava y la Diputación, con un Presupuesto para 2021 de poco más de 500 millones de euros, aspira a obtener casi 800 millones de Europa. ¿Habría sido inviable la recuperación sin ese pacto internacional?

-Por eso digo que los fondos son clave para la transformación del territorio, que son una herramienta histórica. Si acertamos con los proyectos y nos empeñamos en hacerlos posibles Álava puede vivir un gran cambio en los próximos años. Además, las generaciones que nos han precedido supieron dar lo mejor de sí mismas y salir de las situaciones de crisis y no tengo ninguna duda de que ahora también sabremos salir de ésta.

Dirige usted la estrategia en torno al reto demográfico en un territorio especialmente afectado por la macrocefalia, y en ese sentido la Diputación ha iniciado un trabajo de diagnóstico con la Universidad del País Vasco y Eusko Ikaskuntza. ¿Cuándo contarán con ese análisis? ¿Qué objetivo concreto tiene?

-Hemos trabajado con la Universidad en un estudio para identificar el nivel de riesgo de despoblamiento de cada uno de nuestros núcleos. Las políticas de estos años han sido las mismas para todos los tipos de pueblos, y ahora se trata, con una fotografía muy precisa de cada núcleo, de identificar el nivel de riesgo para poder adoptar políticas públicas dirigidas a situaciones concretas. Tendremos una fotografía de situaciones diversas en lo rural y así podremos aplicar políticas más ad hoc, y ser más eficientes en el uso de los recursos públicos.

En cualquier caso, ya hay problemas detectados, como la huida de las entidades bancarias de los pueblos. ¿Qué gestiones está realizando la Diputación para revertir esa situación?

-Hemos estudiado el tema de los cajeros con las entidades, pero poner un cajero en Maeztu si hay que bajar de Onraita para usarlo no es una solución. Estamos hablando con los ayuntamientos, y alguno ya lo hace, de poner un servicio a los mayores de 65 años para que además de ir al médico puedan ver satisfechas sus necesidades bancarias. Son ideas que se están trabajando.

La digitalización del entorno rural es fundamental para su despegue económico. ¿Qué balance hace de la extensión de la banda ancha de Internet por el territorio y qué queda por hacer?

-Ya hay banda ancha en el 99% o más de los polígonos industriales, y a nivel de hogares estamos también por encima del 99%, contando Vitoria. Quedan por tanto cuestiones muy específicas en la zona rural. A principios de diciembre el Gobierno Vasco sacó una convocatoria para poder continuar con el despliegue de la banda ancha en núcleos a los que no se había podido llegar por cuestiones de permisos. La Diputación está identificando además empresas y hogares alejadas de los núcleos o fuera de los polígonos para poder acometer el despliegue. Nuestra intención sigue siendo llegar al 100% de las empresas y los hogares, y no cejaremos hasta que sea así, hasta que se llegue al último hogar o la última empresa alavesa. Estamos en una fase quirúrgica, yendo al punto concreto, y tenemos a una persona trabajando en identificar esos puntos.

La pandemia ha puesto de manifiesto una vez más lo irracional de la situación de Trebiño, que a efectos de la crisis sanitaria ahora es Álava. ¿Cree que los nuevos equilibrios de poder en el Estado pueden abrir la puerta a una solución definitiva para el enclave?

-Trebiño ha sido más Araba que nunca en la pandemia y en 2021 toca renovar los convenios con Burgos para que las políticas públicas se apliquen como en el resto de Álava, pero no hemos renunciado al Trebiño Araba da. La Diputación estará en cualquier iniciativa que propicie la integración de Trebiño en el territorio. Y pienso que sí, que ahora hay una oportunidad con esas mayorías en el Congreso y más pronto que tarde habrá una iniciativa y los partidos tendrán que posicionarse. Probablemente no va a ser un debate solo sobre el enclave de Trebiño, hay situaciones muy similares en el Estado, y en esa salida global puede venir la solución para Trebiño.

En los últimos años el aeropuerto de Foronda ha vivido un importante impulso en materia de pasajeros, pero en 2020 el tráfico ha caído un 73,9% por la pandemia. ¿Puede terminar cayendo en saco roto todo el esfuerzo realizado?

-Hay una incertidumbre que no es solo nuestra, pero es verdad que nos ha tocado hacer nuevos concursos en pandemia y tenemos de nuevo a Ryanair y Binter. Indudablemente la pandemia ha sido un obstáculo para el crecimiento del aeropuerto, en 2019 hubo 174.00 pasajeros, pero el frenazo ocurre en todas partes. Le pasa a Binter y Ryanair y, aunque no consuela, esperamos que la mejora en la situación sanitaria modifique este obstáculo. Se ha hecho un gran esfuerzo, la inversión de las instituciones vascas va a rondar los 8 millones de euros, pero es una inversión que tiene un valor multiplicador, cada persona que entra por el aeropuerto deja recursos que hacen que esa inversión merezca la pena.

En materia de carga las cosas parecen ir mejor, el tráfico apenas se ha reducido un 0,2%.

-Las instituciones vascas tenemos la convicción de que es una infraestructura estratégica incluso para el Estado, como se ha visto ahora con las vacunas, falta que Aena se dé cuenta de que todo esto es así. En estos momentos se está modernizando la terminal, hay previstas nuevas inversiones en el DORA y desde hace tiempo la Diputación traslada a Aena la necesidad de ampliar la plataforma de estacionamiento de aviones. El mérito de que Foronda sea el cuarto aeropuerto carguero del Estado es de DHL o de UPS o Fedex, las compañías que han optado por operar desde aquí, pero en todo caso UPS no se instala hace dos años porque sí, hay una labor para conseguirlo.

¿De qué manera se han adaptado los contratos con Binter o Ryanair para afrontar la nueva situación o lo que pueda venir en el futuro?

-Solo pagamos por lo que se hace, si no hay actividad de conexión no se paga a las compañías. En todo caso, tenemos confianza en que en 2021 crecerá la movilidad y nos moveremos en avión también, y en los aeropuertos se reflejará.

El sector de la aviación está en clara crisis y por tanto también la industria aeronáutica, con mucho peso en Álava y muchas personas que se están yendo al paro. ¿Qué margen de actuación tiene la Diputación para actuar en esta situación?

-El problema es muy complejo y doloroso, cada puesto de trabajo que se pierde lo es, en primer lugar para quien pierde el trabajo y para su familia, pero también para el conjunto de la economía del país. En la Diputación hemos escuchado a las partes siempre, y procuramos utilizar la influencia que tenemos para estar en contacto con el resto de instituciones, pero también para intentar que las decisiones se tomen con diálogo y a poder ser con consenso. Hay un papel de la Administración, el de mediación, no desde aquí, pero para eso las partes lo tienen que pedir.

¿Sobrevivirá a la pandemia la industria aeronáutica en Álava?

-Alemania y Francia han invertido grandes cantidades en el sector aeronáutico, porque junto con la automoción es el corazón o los pulmones de la transición tecnológico-digital y energetico-climática. Va a evolucionar y a mantenerse. Va a seguir habiendo sector aeronáutico y de la automoción, y en este territorio también.

"Queremos hacer una fotografía muy precisa de cada pueblo para adoptar políticas más eficientes"

"Los sectores aeronáutico y de la automoción van a evolucionar y mantenerse, y en este territorio también"

"Foronda es una infraestructura estratégica incluso para el Estado, lo hemos visto con las vacunas"