- La sociedad vasca “no se ha divertido más de lo que debiera” y, en general, ha cumplido las restricciones y medidas establecidas para contener la pandemia. No obstante, en las últimas horas Euskadi ha registrado un repunte de contagios -hasta los 817 nuevos casos- y un empeoramiento de los índices como consecuencia del “efecto navideño” y del “proceso de escalada” que se vive en otras comunidades autónomas y países de nuestro entorno.

La negativa evolución de la tasa de positividad, que pasa del 5,2% del domingo al 6,7% del lunes, se suma a una cifra de contagios que no se veía en casi dos meses -desde el 20 de noviembre, cuando se registraron 867 casos-, en plena segunda ola de la pandemia. Y también sigue creciendo la tasa de incidencia acumulada en 14 días por 100.000 habitantes, que si el domingo superó la barrera de los 300 casos y llevó la comunidad autónoma a zona naranja, ya alcanza los 326,77 casos por 100.000 habitantes.

Este incremento de casos refrenda la necesidad de medidas más restrictivas, como las que hoy han entrado en vigor y que limitan la movilidad al territorio histórico de residencia o al municipio en el caso de las localidades vascas con mayores tasas de incidencia. En este sentido, el Gobierno Vasco permitirá los desplazamientos entre municipios colindantes de distintos territorios, siempre que ninguno de ellos esté confinado por estar en zona roja -con una incidencia acumulada en 14 días por encima de 500 casos-.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, opinó ayer que Euskadi no ha entrado en una tercera ola de la pandemia del coronavirus, sino que se encuentra inmersa todavía en la segunda ola, que “está siendo más larga que la primera”. Además, aseguró que se esperan todavía unos días de “evolución al alza”.

Sagardui apuntó que los contagios provienen de los contactos sociales, y considera que “hay que tener claro que hay que cumplir las medidas preventivas” y las individuales, entre las que se encuentran las de mantener los grupos burbuja, reducir la movilidad en lo posible o la ventilación de los locales cerrados, “sobre todo, ahora con una climatología tan adversa”, aunque cueste más.

Por su parte, el coordinador de la comisión técnica del LABI, Jonan Fernández, dijo que “preveíamos que esto pudiera ocurrir, lo que queríamos es que el cambio de tendencia se produjera cuando estuviéramos en el punto más bajo posible en la incidencia acumulada y ahora se trata de contener al máximo esta tendencia ascendente y que no se acerque a las cifras que tuvimos en noviembre”.

Ante la situación actual, con elevadas cifras de incidencia, Jonan Fernández insistió en la necesidad de disminuir la movilidad “al máximo posible” y reducir las “relaciones continuadas” al “núcleo de convivencia” de cada persona con el objetivo de alcanzar reducir la tasa de incidencia del virus hasta los 60 casos por cada 100.000 habitantes.