l grupo de belenistas de Elciego, junto con el Ayuntamiento y una empresa de instalaciones eléctricas, Selen Norte, han vuelto a exponer el belén monumental de esta localidad, que ocupa todo el salón de actos de la Casa de Cultura. La muestra supone, en la realidad, una reproducción de los edificios más notables de la villa medieval, algunos de ellos ya desaparecidos, pero recuperados de fotos o dibujos antiguos.

Como relata un integrante del grupo, Víctor Entrena, su origen se remonta al año 2002, cuando un pequeño grupo de vecinos, picados por los belenes con movimiento que organizaba el entonces párroco, don Marcelino, ideó realizar un belén pero con elementos patrimoniales de Elciego.

Para ello se recrean rincones como la Picota o la fuente con el pilón y se muestra en los bajos del Ayuntamiento. Con el paso del tiempo fue creciendo en nuevos edificios y por lo tanto de ubicación, pasando por el local del antiguo hogar del jubilado, la Casa de los Maestros y, en las últimas ediciones, en la que se ha llegado a los 58 metros cuadrados de exposición actuales, en la Casa de Cultura. Allí fue expuesto por última vez en 2015 y después se guardó durante cinco años hasta que ahora se ha creado un grupo dispuesto a trabajar a lo largo del año y especialmente en su montaje en navidades.

Realizado con poliespán, cartones y mil materiales más, el belén es Elciego en chiquito, aunque generoso en dimensiones. Uno de los espacios más espectacular es la plaza y con ella el Ayuntamiento, con su suelo empedrado bajo los soportales y hasta el hueco para los anuncios oficiales y el escudo de su fachada. En la otra punta está la ermita de la Virgen de la Plaza, con su Barrihuelo colgado dispuesto a comenzar el descenso de las fiestas patronales. Y como no podía ser menos, en el centro está el quiosco de la música y los árboles que proporcionan la sombra durante los numerosos actos que se celebran en el lugar. Como no podía ser menos, no faltan ni los gaiteros de Elciego, ni el grupo de danzas o la banda de música, que se ubican delante de la fachada del edificio de Sindicatos, también en la plaza, quienes por el módico precio de una moneda de 50 céntimos bailan la danza de la villa. Se trata de un grupo de figuras compradas en una tienda de elementos de Euskadi que retocó la vecina Marisa Miranda, las coloreó, y las puso los mantones y así bailan.

En el conjunto sobresale por su tamaño la iglesia parroquial de San Andrés, así como numerosas casas y huertas que permiten ofrecer el interior de bodegas, viñedos labrándose, olivos, huertas tradicionales y hasta un punto de venta y degustación de vino.

Impresiona también la Bodega Valdelana, tanto por su semejanza como por el mecanismo de remontado del vino que han instalado. También están el rincón de la gallega, la balconada de la señora Socorro, las ermitas de San Roque y de San Vicente, el antiguo cuartel de la guardia civil, la Casa de los Hierros y otras muchas más

Entre las últimas novedades antes de guardarse en 2015 se incorporaron el paseo del Peine y sus chalets adosados, así como el antiguo matadero, el viejo depósito, la Casa del Médico, las escuelas, el viejo cuartel de la Guardia Civil, el parque de Gallarza, el frontón, alguna casita tradicional del grupo Gallarza, la plaza de Buesa, la plaza del Crucero, el parque de la Encina y la Picota. Es decir, son los edificios más representativos y son como están. También se representa el mercadillo semanal de la plaza, y allí se colocaron figuras peculiares de Elciego, como Jacinto con la cabra y el pato.

La lista, muy amplia, se completa con la fonda antigua que ponía Nazario como bar y fonda, la bodega de Pichillas o de Pablo Urarte, la bodega de Pepe Murua que ahora es el restaurante La Cueva, la fuente antigua con el abrevadero y el lavadero, el antiguo hospital, la barriada de Chisco o la plaza de la Verdura o de la Florida.

Lo que se ve en la exposición es parte del trabajo que se ha hecho durante años, pero no todo. Y es que, al principio, tras las navidades, se regalaban muchas piezas. De esa manera, en la actualidad, hay edificios y figuras repartidos por Anguciana, en la residencia de mayores de Samaniego, en Agoncillo o en Navaridas. En cualquier caso, el monumental belén da para disfrutar un buen rato.

El belén se puede visitar en la Casa de Cultura desde el 19 hasta el miércoles 6 de enero con el siguiente horario: laborables de 18.00 a 21.00 horas y festivos de 13.00 a 15.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas. Para poder realizar la visita con todas las garantías se han tomado las medidas necesarias de control de aforo e higiene. Con las entradas se sorteará un pequeño belén y los beneficios irán destinados a las labores sociales que desarrollan las parroquias de Rioja Alavesa a través de Cáritas, Manos Unidas y las misiones diocesanas.