La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Álava condena a 21 años de prisión a Agustín Herrero por asesinar con alevosía y agravante de violencia de género a Ana Belén el 3 de octubre de 2017 en la casa que ambos tenían en la localidad alavesa de Turiso. Los jueces también le obligan a indemnizar a sus dos hijos y a las hermanas de la víctima.

De esta manera el fallo recoge el veredicto del jurado popular que acredita que el asesino golpeó a su mujer en varias ocasiones “con intención de matarla”. Según el fallo, todo sucedió tras haber mantenido una discusión entre ambos en la vivienda en la que residían juntos, y “estando en la cocina (Ana Belén) de espaldas a Agustín Herrero, éste la atacó de forma sorpresiva e inesperada golpeándola en la parte posterior de la cabeza, no habiendo nadie más en la vivienda”. Una vez que la víctima yacía inconsciente en el suelo, y según el fallo, “siguió golpeándola en la cabeza” por lo que Ana Belén “no tuvo oportunidad de defenderse”. El sexto golpe fue mortal. Tras el asesinato, Agustín limpió la escena del crimen y abandonó el cadáver en uno de sus vehículos ubicado en Miranda de Ebro.

Después intentó fingir que la mujer había sido atacada por la espalda por un agresor que asaltaba a mujeres. Según se recoge en la sentencia, inicialmente, negó su implicación en el asesinato, pero, finalmente, después de llevar varias horas detenido, reconoció ser el autor del mismo mostrando el arma homicida, un martillo, a los agentes. Pese a este relato, sin embargo, ni el jurado popular ni la magistrada de la sala han considerado que el asesinato se llevara a cabo con saña. Por lo tanto, no queda probado que Agustín golpeara con ensañamiento a su víctima con el objetivo de causarle un “innecesario sufrimiento”. Tampoco queda probado que el condenado buscara deliberadamente incrementar el sufrimiento “ni que conociera que alguno de los golpes que le dio no fueran necesarios para matarla”.

Además de estos hechos, la sentencia también repasa las pruebas que confirman que la mujer murió por violencia de género, fruto de la negación de separación por parte del asesino. Y es que a pesar de la ruptura sentimental y “la firme determinación” de separarse por parte de la mujer, Agustín “no aceptaba tal decisión, llegando a dirigirse a Ana Belén diciendo que era de él o no era de nadie”. Por todo ello, la Audiencia Provincial le ha condenado a una pena de 21 años de prisión acusado de matar con alevosía a Ana Belén y deberá indemnizar así mismo a los dos hijos de ambos y a las hermanas de la víctima con 120.000 euros a cada hijo y 20.000 euros a cada uno de los tres hermanos de la víctima. Asimismo no podrán acompañar ni acercarse a estos familiares ni tampoco podrá lograr la tutela del menor de sus hijos.

Durante el juicio Durante el juicio que se celebró la primera semana de diciembre en la Audiencia Provincial de Álava, también declararon los familiares y amigos de la víctima. En la segunda jornada, una de las hermanas y una amiga coincidieron en calificar a Agustín como “celoso”, “controlador” y “agresivo”. Aseguraron, de hecho, que la relación sentimental de la pareja yacía rota, al menos, un año atrás ya que la relación de ellos era “insostenible” porque, según las declaraciones, el asesino “controlaba su teléfono, la espiaba, la acusaba de infiel, la insultaba y la aislaba de sus familiares y amigos”.

Para respaldar y dar claridad a estos adjetivos, relataron un episodio anterior ocurrido con una perra que Ana Belén había acogido y que según el acusado ella tenía “muy consentida”: “La lanzó contra la pared rompiéndole una pata porque había hecho sus necesidades en casa después haber estado horas sin salir a la calle”, relataron durante el juicio.