Edurne, tras 42 años al frente de la carnicería-pollería Acebo, estaba convencida de que se iba a poder jubilar en este histórico puesto del mercado de Zaramaga. Y lo mismo creía Josefina, de la parada de frutas y verduras que tienen a escasos metros de ella. E igual le pasaba a Lorenzo García Tudero, de la carnicería situada a la entrada de la calle Senda de los Puertos. Pero nada más lejos de la realidad porque lo que iba a ser un tranquilo retiro se ha convertido en todo un sobresalto tras enterarse de que la actual propietaria ha puesto un anuncio en un conocido portal inmobiliario de internet para sacar a la venta este popular complejo, de 1.200 metros cuadrados, por 390.000 euros, alegando que no es rentable debido a la media docena de puestos que quedan ahora en pie frente a los 26 que puede albergar.

"Yo pensaba que me iba a jubilar aquí, pero las circunstancias han cambiado. Nos hemos enterado de la venta del mercado por el anuncio que han puesto en el Idealista y porque poco a poco la gente lo ha ido diciendo, pero no porque nos lo hayan comunicado oficialmente los dueños", lamenta Edurne, de la carnicería-pollería Acebo.

Se trata para ellos de la peor de las noticias, aunque preguntada sobre si le ha sorprendido que pongan a la venta este emblemático mercado, Edurne afirma que desde que murió la dueña "ya sabíamos que la hija (su heredera) no tenía intenciones de seguir con esto porque vive en Madrid y no quiere este mercado porque al estar medio vacío, dice que ya no es rentable".

Por eso los Acebo han sido previsores. "Hemos comprado una lonja en este barrio, en la calle Reyes de Navarra, justamente enfrente del mercado, cuando empezamos a ver lo que pasaba para tener un por si acaso, pero no lo hemos hecho por nosotros (dice en alusión tanto a ella como a su marido Rafa), sino por nuestro hijo Alberto", que ya lleva trabajando en ese negocio familiar desde hace 16 años. "Ahora estamos haciendo obra en la lonja y la estamos preparando por si algún día nos tenemos que marchar", añade esta mujer que recuerda que tenía otro puesto en este mismo mercado, también de carnicería y pollería, "pero cuando empezó la cosa a bajar, decidimos irnos hace unos 18 años a la entrada, cuando vimos la oportunidad de coger estos dos puestos".

No en vano, la mayoría de los seis puestos alquilados que quedan, desde que este mercado abriera sus puertas en 1976, lo hacen con renta antigua. "Nuestra intención es estar aquí hasta que nos digan algo, así que imagino que si nos echan, nos tendrán que indemnizar por el tipo de contrato que tenemos", precisa esta mujer. Pero mientras tanto seguirán en él, porque "gracias a Dios", como señala, no paran, "porque en este mercado se trabaja bien. Ya estamos recibiendo pedidos de Navidad. Lo que más nos demandan es cordero lechal, cabrito o solomillo, que es lo que se vende ahora".

De ello daban cuenta la media docena de clientes que desde primera hora aguardaban su turno. Una de estas personas que durante este tiempo les ha acompañado ha sido Conchi. "Claro que me da pena, pero esto es así. Llevo comprando aquí desde que vivía en el barrio y sigo viniendo aunque ahora resido en Santa Lucía". "Sí, Conchi viene todas las semanas. Y mira desde dónde lo hace", resalta con orgullo Edurne. Y en el caso de que cierren el mercado, también lo seguirá haciendo. "Yo voy a seguir exactamente igual. Viviendo a comprar como hoy, la carne y el embutido, aunque sea al nuevo local, pero lo de Navidad todavía no me he animado porque estamos en el aire, si va a venir mi hija de Madrid o no", precisa Conchi.

Cerca de allí, otra media docena de clientes espera frente a Frutas y Verduras Josefina, alguno sentado en el banco y otros haciendo cola respetando la distancia de seguridad anticovid. "Desde que la dueña del mercado murió este año, creo que fue por septiembre, sabíamos que la hija lo iba a vender", declara Josefina, que lleva 37 años al frente de este puesto. "Yo pensaba que me iba a jubilar aquí, pero si cierran el mercado lo haré igualmente porque ya tengo la edad: 65 años", detalla esta vendedora que también tiene un contrato indefinido de alquiler.

Felipe Sánchez, uno de sus clientes, vecino de la calle Reyes de Navarra, no daba crédito a la noticia. "Precisamente, ahora mismo, un amiguete me acaba de decir que estaba a la venta. Llevo viniendo a este mercado desde que se fundó. Recuerdo que antes tenía dos plantas y este puesto estaba abajo, donde ahora está el garaje. Casi siempre vengo al de Josefina. Hoy, por ejemplo, venía a comprar naranjas, uvas, mandarinas, vainas... Y ahora me da pena", explica este amable señor quien descarta en todo caso que el centro comercial El Boulevard diera la puntilla a este mercado de barrio. "No creo que sea el que haya hecho mella a este mercado porque haces la compra más rápido viniendo aquí que en El Boulevard", agrega.

En Pescados Mari Pili también no paraban ayer, con otra media docena de clientes que aguardaban su turno para que Juan les atendiese. "Me ha parecido mal que cierren el mercado, pero si lo hacen, yo seguiré con mi actividad en otro sitio porque tengo desde hace 25 años otro local en Lakua-Arriaga, pero en este barrio ya no creo que me quede porque aquí ya no hay locales y los que quedan hay que reformarlos y ya no hay edad para eso", cuenta este hombre que lleva ocho años en este puesto del mercado de Zaramaga con un contrato de alquiler de dos años.

El anuncio de la puesta en venta de esta tradicional superficie tampoco ha sorprendido a Ángela, una de las clientas de Juan, que contaba que "ya había oído que se va a vender este mercado, pero a mí me da mucha pena que lo vayan a hacer. Soy clienta de toda la vida".

A su derecha, a Lorenzo García Tudero, tras 32 años al frente de la carnicería L. G. Tudero, tampoco le ha sentado bien que cuelgan el cartel de se vende. "Hace muchos años ya intentaron hacerlo, pero ahora nos ha caído por sorpresa la noticia. A mí, oficialmente, nadie me ha dicho nada", resalta. Al igual que otros, también tiene renta antigua, "pero, yo, hasta que no me comuniquen nada voy a seguir aquí. Luego ya veremos a ver". Y es que de momento le van muy bien las ventas. "Y menos mal -como dice- porque aquí comemos tres familias". Preguntado por el motivo por el que se fueron los inquilinos de los locales vacíos, responde que fue porque se fueron jubilando "y las nuevas generaciones no han querido seguir". Pese a ello, tiene claro que "a la gente del barrio le viene muy bien este mercado y aquí, sobre todo, vive gente mayor, a la que no le gusta ir a los supermercados y ahora, ¿a dónde van a ir a comprar? Si estamos fomentando el comercio pequeño, hay que ayudarlo", propone.

"Hasta que a mí no me comuniquen nada de forma oficial, voy a seguir trabajando"

Carnicería L. G. Tudero

"Hemos comprado una lonja enfrente de este mercado, por si nos tenemos que marchar"

Carnicería-Pollería Acebo

"Yo pensaba que me iba a jubilar aquí, pero si cierran el mercado lo haré igualmente"

Frutas y verduras Josefina

"Si cierran el mercado seguiré con mi actividad, pero no creo que sea en este barrio"

Pescados Mari Pili

"Es una pena que lo cierren porque vengo a este mercado desde que se fundó en 1976"

Cliente del mercado de Zaramaga