- Las protestas del personal de atención primaria por la elevada presión asistencial que padece vienen de atrás y han tenido en la plataforma Lehen Arreta Arnasberritzen (LAA) su punta de lanza reciente. Sin embargo, el compromiso de Osakidetza de reforzar el servicio y la propia pandemia han reducido en los últimos meses la intensidad de estas reivindicaciones. Hasta que, a mediados del pasado septiembre, los sindicatos de la sanidad retomaron unas movilizaciones que en primera instancia llegaron a las puertas de los centros de salud y culminaron después con una masiva manifestación por las calles de Bilbao.

La respuesta de Osakidetza y el Departamento vasco de Salud al llamamiento de los representantes de los trabajadores, que durante toda la pandemia han sufrido una evidente sobrecarga de trabajo, estuvo llena de buenas palabras. Las autoridades sanitarias coincidieron a través de una nota pública en que la pandemia “ha puesto de relieve la necesidad de reforzar el Servicio vasco de Salud para dar una respuesta adecuada a las nuevas amenazas sanitarias que afronta la ciudadanía”. Además, remarcaron que su “compromiso” por reforzar tanto la atención primaria como la sanidad pública en general es “sincero y total”, a través de la creación de 4.000 plazas durante los próximos cuatro años, y que seguirán “avanzando en la estabilización de la plantilla y la modernización de los equipamientos sanitarios”.

Osakidetza defiende que uno de cada tres euros de las inversiones ordinarias que realiza se destina a día de hoy a la atención primaria, y que entre 2019 y 2020 se han creado en la CAV 145 plazas nuevas en atención primaria. También, que la próxima OPE sanitaria contempla 953 plazas de nueva creación, “la mayor ampliación de la plantilla estructural hecha hasta el momento”.

El Servicio vasco de Salud ha renovado además el parque de sistemas de atención primaria con la instalación de más de 5.000 ordenadores o 215 equipos de configuración especial, ha modernizado varios centros de salud y ha creado nuevos equipamientos. El último ejemplo en Álava lo representa el centro de salud de Murgia, que encara ya la recta final de su construcción.