Vitoria. Incertidumbre e inseguridad. Estas son las palabras más repetidas por las familias vascas ante la posibilidad de que los alumnos de cuarto de ESO, Bachiller y Formación Profesional vuelvan este próximo lunes a la actividad presencial, una decisión del Gobierno Vasco que podría contravenir el estado de alarma.

El Departamento de Educación ha pasado en unos días de plantear la obligatoriedad de la vuelta escalonada a las aulas para estos cursos a partir del 18 de mayo a dejar esta decisión en manos de los centros, lo que ha provocado el rechazo de sindicatos y preocupación en las asociaciones de familias.

El delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, ha advertido incluso de que este retorno solo está previsto en la fase 2 de la desescalada y que no ha sido consensuado con el Ministerio de Educación.

Con este panorama, los hogares están a la espera de saber qué decisión adoptarán los centros de sus hijos, en qué condiciones y para qué tipo de alumnado, y reclaman más claridad a las autoridades educativas de la comunidad autónoma.

En esta tesitura se encuentra Amelia, con una hija que estudia en un instituto de Vitoria en cuarto de la ESO. "Se habla de retomar el curso la semana próxima y todavía no sabemos nada", comenta esta madre, que percibe que el Gobierno Vasco "va rectificando de un día para otro".

Advierte de lo que supone dejar en manos de los centros la decisión porque puede provocar hacer distinciones importantes entre el propio alumnado. "Dos centros parecidos. Uno decide abrir y otro no. Unos alumnos vuelven y otros no. Falta un directriz clara desde Educación", lamenta.

Aunque reconoce que no le preocupa que su hija retome las clases "normales" al seguir sin problemas la actividad de forma digital, sí que alerta de que falta claridad en cuanto a las medidas de seguridad que se deben adoptar para reabrir los institutos.

"No sabemos todavía si las mascarillas serán o no obligatorias, quién las tiene qué poner...demasiadas ambigüedades", opina.

María es madre de un hijo matriculado en el último curso educación secundaria. "Incertidumbre" es la primera palabra que le viene a la cabeza al ser preguntada por la falta de concreción. Su centro ya ha tomado una decisión: En caso de volver, no sería hasta el 25 de mayo, una semana después de la fecha planteada por el Gobierno Vasco.

"La sensación es que las instituciones se están quitando un poco de responsabilidad. El Gobierno lo deja en manos de los centros y los centros lo preguntan a las familias. ¿Al final quién decide?", plantea.

María lo tiene claro. Sin medidas claras de seguridad para prevenir el contagio del COVID-19 su hijo acabará un curso que lleva bien de forma telemática. El problema, recuerda, es que hay chavales que arrastran asignaturas o que no tienen los medios tecnológicos suficientes y que de alguna manera se van a ver obligados a retomar las clases presenciales. "Una discriminación", opina.

A todo ello se le suma que este instituto está ubicado en un pueblo a las afueras de Vitoria y que el acceso se hace en autobús. "Otro tema a resolver aún con el Departamento de Educación", concluye.

La seguridad es para Jesús Mari un tema clave en la vuelta a las aulas. Su hija, que cursa primero de Bachiller es asmática. "¿Hay alguna excepción por motivos como el asma para volver a clase?", se pregunta este padre, que echa en falta directrices claras y liga la decisión del Gobierno Vasco a trasladar una imagen de "aparente normalidad para convocar elecciones".

Defiende el trabajo de los profesores durante el confinamiento y, a pesar de sus dudas, tiene claro que su hija volverá a las aulas si el centro así lo decide. "Me gustaría tener más información, pero volvería", ha zanjado.

Una de las incógnitas que más inquietan a las familias ya se ha resuelto a cuatro días de reabrir estas aulas, ya que el Departamento de Educación ha anunciado a última hora de la mañana de este miércoles las medidas de seguridad que se van a adoptar. Ahora falta que las familias sepan si sus centros retomarán o no la actividad y conocer el desenlace de la conferencia sectorial en la que el Ministerio y las autonomías hablarán mañana sobre el final del curso.

La reorganización educativa para septiembre será otro capítulo.