- La pandemia provocada por el coronavirus está causando una crisis sanitaria sin precedentes, pero las siguientes fases, una vez la propagación de le enfermedad pueda controlarse, no serán mucho menos duras. A la crisis sanitaria le sustituirá el golpe económico a las empresas, que ya lo están sufriendo realmente, y tras él vendrá otro socavón no menos importante, el de la recaudación para las arcas públicas del territorio. Actualmente, 3.314 empresas de Álava han presentado ya un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), un goteo que sigue y que en Euskadi alcanza a un total de 23.178 empresas. El diputado general, Ramiro González, mostró ayer su preocupación “no sólo por la rapidez” con la que el territorio pueda salir de este “duro golpe”, sino por la forma, tratando de evitar las desigualdades que va a generar una crisis sin precedentes.

“El impacto de esta crisis ha sido muy duro. Se han perdido y se seguirán perdiendo vidas, por lo que la prioridad es la salud de las personas. La crisis sanitaria va a tener un impacto muy importante en nuestra economía, en los autónomos que no tienen ingresos, en pymes y grandes empresas, y por tanto en los empleos. Los datos dicen que el 98% de nuestras empresas se están viendo afectadas por la crisis sanitaria, un 90% de manera muy importante”, subrayó el mandatario foral en una comparecencia por Skype dentro de la comisión permanente de las Juntas Generales.

“El parón económico va a acarrear una importante afección en la recaudación y nos veremos obligados a contener el gasto. Dispondremos de menos recursos y habrá que reorientar las prioridades presupuestarias”, insistió González.

El mandatario foral desgranó ante su equipo de gobierno y la oposición las medidas tomadas por la Diputación desde el inicio de la pandemia, centradas principalmente en el trabajo de contención del virus en las residencias públicas y privadas del territorio. González puso sobre la mesa algunas de las medidas tomadas para reforzar la labor de los profesionales de estos recursos. Entre ellas, en marzo el gobierno foral realizó 380 contrataciones para reforzar las plantillas y sustituir las bajas laborales, aunque el diputado general apuntó que el porcentaje de trabajadores del Instituto foral de bienestar social (IFBS) que ha sufrido el covid-19 es del 3%, un total de 45 personas.

Hasta la fecha, la Diputación ha gastado “más de un millón de euros” en material sanitario, en una tarea que definió como “una auténtica odisea, al igual que está sucediendo en otras partes”. La compra ha incluido, detalló, 80.000 mascarillas, 3.000 batas, 1.000 gafas, 170 buzos y 2.000 delantales, “y estamos a la espera de 180.000 mascarillas, 100.000 guantes, 60.000 batas y 2.000 gafas”. Con todo, González lamentó que estas y otras medidas “no han sido suficientes para impedir un alto porcentaje de muertes en nuestro territorio”. “Acepto la crítica, no puedo asegurar que hayamos acertado en todo”, aseveró.

Por su parte, desde la oposición, Kike Fernández de Pinedo (EH Bildu) censuró que el diputado general haya tardado “un mes” en dar explicaciones, y recordó que antes de la pandemia “en el IFBS ya había síntomas claros de colapso, con condiciones precarias en los servicios sociosanitarios y carencias que ahora han aflorado”. Iñaki Oyarzábal (PP) criticó la “falta de autocrítica” del ejecutivo foral. “Álava perdió una semana clave sin tomar decisiones, que llegaron cuando ya era tarde”, aseguró. Finalmente, Arantxa Abecia (Elkarrekin Podemos) explicó que aún a día de hoy “hay situaciones muy complicadas” en las residencias “que siguen sin ser solventadas”.

diputado general, sobre el gasto de un millón de euros efectuado por la Diputación en material como guantes o batas para las residencias.

“Habrá que replantearse muchas cosas en el futuro, pero lo crucial hoy es resolver esta crisis”

Diputado general

“Los servicios sociales ya daban síntomas de colapso antes, ahora han aflorado las carencias”

EH Bildu

“¿Por qué permitieron los vuelos entre Vitoria y Bérgamo hasta el 10 de marzo?”

Partido Popular

“Adquirir el material de protección sanitario ha sido

una auténtica odisea”