Vitoria - Los quince alumnos y alumnas del centro de formación profesional básica Adsis Gasteiz que participan en el programa de educación de calle del barrio de Sansomendi y que hace ya unos meses comenzaron la creación de un mural, lo dieron ayer por finalizado con una celebración.

El objetivo de esta creación situada en la puerta del centro, que ha contado con la ayuda de la artista Irune Santamaría, es la rehabilitación de los barrios, “hacer los espacios más bonitos”, explica la orientadora laboral de la fundación Adsis Vitoria, Teresa Gastón. Es un proceso que ha surgido desde la relación que existe entre la fundación y el programa de educación de calle. La idea seleccionada para embellecer la fachada fue los oficios, y el proceso -cuentan- no ha sido sencillo, especialmente en los meses de octubre y noviembre debido a la lluvia. “Habría sido más bonito si lo hubiéramos podido pintar del tirón, pero es Vitoria”, ríe la orientadora, que recuerda que estos jóvenes han querido plasmar en este proyecto el camino hacia el empleo y la inserción laboral.

Para el proceso de selección de la idea se juntaron y los jóvenes hicieron las propuestas de aquello que querían reflejar. “Al final, lo hicieron con un camino a través de un cable eléctrico en el que van surgiendo los distintos talleres”, explica. Fue Santamaría quien les hizo el boceto que después se votó y se decidió realizar. Han sido los más mayores quienes han participado en la elaboración, dedicándole cada día hora y media, un trabajo que “ha facilitado mucho la relación entre los educadores y los chavales”. Estos alumnos que están rondando los 18 son los que más cerca están de la inserción laboral. Por lo tanto, Gastón reconoce que están “un poco nerviosos”, porque es el momento en el que se acaba este espacio más “cómodo” y ahora “toca salir al mundo”. En ese sentido, la orientadora asegura que ya se va definiendo quiénes quieren intentar regresar al mundo educativo mediante los ciclos formativos de grado medio y quiénes quieren hacer un proceso de prácticas para quedarse en el mundo laboral.

El futuro aún está por llegar, y en su recuerdo siempre estará el día de ayer, el orgullo que ha sentido y siente al haber podido compartir estos ratos con ellos, las últimas pinceladas, la “aportación desinteresada” de Santamaría a la que están muy agradecidos y a quien ayer le hicieron un pequeño regalo, y el almuerzo en el que compartieron risas e historias todos juntos. “Ha sido un rato agradable, de compartir con los chavales el trabajo mano a mano, porque no es mi función fundamental -yo me encargo de la orientación- y a mí trabajar con los chavales y ver cómo trabajan me parece agradable y gratificante”, concluye Gastón.- S. Cabrera