el Gordo vuelve a engordar un año más las ilusiones de todas las familias y por eso los alaveses continúan probando suerte. La venta de décimos, de hecho, se mantiene similar a la de años anteriores. Así lo explican, al menos, varios loteros que han hablado con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA para asegurar que la perseguida suerte sigue empujando a comprar más de un décimo a todas las familias. Eso sí, cada familia tiene sus costumbres y gustos diferentes, también sus supersticiones y, por eso, y para eso, están las diferentes administraciones de lotería de la ciudad. Los que acuden a la de Marta Corcuera, de la administración número 14 de Aranzabal son, sobre todo, los amantes del mismo número de esta oficina, ya que se han vendido hasta 1.700 décimos al 14. Las ventas comenzaron en pleno verano, en julio, y para noviembre, esta terminación ya se había agotado. Pero los clientes que se han quedado sin este número también han tenido una opción b y otro número al que recurrir que, precisamente, lo vende esta lotera: "los números 25.036 y 20.822 triunfan, son nuestros números fijos desde hace casi 40 años, y los clientes lo saben; por eso enseguida vienen a comprarnos estos décimos", explica Marta. Aunque, para gustos los colores, y por eso, otros tantos clientes prefieren no elegir un número y dejar que sean los loteros los que repartan la suerte con un número al azar. "Algunos clientes no nos piden ningún número en concreto, dejan que seamos nosotros los que elijamos el número por ellos para ver si les damos un poco de suerte", confiesa Marta. Y lo cierto es que intentar, lo intentan porque, según dice, no hay mejor premio para un lotero que repartir una parte del Gordo con sus clientes, con su ciudad: "Mamá dice que todo lotero no debería jubilarse nunca sin haber repartido un premio", declara con ilusión Marta mientras mira a su madre y saben de lo que hablan porque en 2004 esta administración repartió el segundo premio de la lotería nacional de Navidad. "Es una emoción increíble, ojalá este año podamos repetir y repartir la suerte que tanto hace falta", dice Marta mientras su madre y ella atienden a la clientela que hace cola desde fuera del establecimiento.

Y es que, si algo tiene la lotería es que reparte ilusión y esperanza entre todos los jugadores. También ayuda a combatir las supersticiones porque, sin ir más lejos, "el número 13 vuela". Quien lo afirma es Daniel Ollora, de la administración de loterías nº 11 La oca, situada en Sancho el Sabio. "El número acabado en 13 es el primero en venderse, lo vendemos completo, incluso nos piden desde fuera que hagamos envíos con ese número, pero no podemos abarcar tanto y ese número no siempre podemos venderlo fuera porque si no no abarcaríamos a todos los clientes de aquí", explica. Tras el 13, los otros dos de los números más vendidos también son el 5 y 7, según Daniel Ollora. Sea cual sea el número, por paradójico que parezca, los que no son superticiosos con el número 13 sí que lo son con otras costumbres porque "casi todos nuestros clientes pasan su décimo por el pico de la oca, que es una tradición de la casa". Este año, además de pedirle la suerte a la oca, esta administración también ha decidido poner la alfombra roja, tal como lo hizo en el año 2016, -año en el que repartió un segundo premio con el número 04536-, y en el 2017, -este año también habían vendido el número de la suerte con el décimo 95379 y repartieron un segundo premio-. En 2018 no hubo alfombra roja. Tampoco hubo premio ganador. "Este año la hemos puesto, a ver si conseguimos la satisfacción de repartir premios y alegrías a nuestros clientes, porque eso también es una satisfacción para nosotros increíble". Por el momento, hace tres semanas ya repartieron el premio ganador de la lotería del jueves que era de 30.000 euros al décimo, es decir, el gordo del jueves. "A ver que pasa el domingo -por hoy-", se ilusionan entre los loteros de esta administración aunque sus clientes, los que aguardan en la cola mientras fichan sus números, lo tienen claro: "En esta administración va a caer seguro, quédate en la cabeza con alguno de los números que ves expuestos ahí, que serán los ganadores del Gordo", dice una señora con rotundidad justo cuando abandona el establecimiento con número en mano.

Respecto al número de décimos que se compra por persona, si hace unos años los clientes se acercaban a la ventanilla y pedían un sólo décimo o como mucho dos, lo cierto es que la crisis estos años no está afectando tanto en esta participación, y aunque "hay de todo" y también hay personas que sólo juegan a una única participación, son muchos los clientes que compran más para repartir: "comprar décimos para repartir en familia o para cambiar con amigos es una tradición muy común que se sigue haciendo mucho", explica Daniel. Muchas familias también van a medias con los décimos y así llegan a más números diferentes.

Jóvenes y mayores Intentar que la diosa fortuna se acuerde de nosotros es una costumbre de mayores... pero también de jóvenes. Así lo confirman desde la administración de loterías número 1, situado en la calle Postas 32. Detrás de la ventanilla, Juan Carlos de Quintana reparte números y décimos a todos sus clientes y empresas. "El perfil del comprador es muy diferente. Hay de todo, también vendemos a muchas empresas, algunas de ellas compran para que todos los empleados puedan comprar el mismo número, pero otras muchas empresas compran un montón de décimos al mismo número para regalar uno a sus empleados en la cesta de Navidad", explica. Por eso, este lotero no sabría determinar cuántos décimos de media compra el cliente. Desde uno, hasta cientos, afirma. Y, al igual que en las otras administraciones, en esta también hay clientes de última hora, que aún queriendo un número fijo, han esperado hasta el último momento para hacerse con él. "¿Hay lotería de este número?", le pregunta una señora mientras le da un papel. "No, ya lo siento, pero lo hemos vendido todo, se ha agotado", le responde. Unos segundos después esta misma escena se repite. "Estas cosas pasan mucho, los que quieren un número en concreto es mejor que sean previsores porque a medida que pasan las semanas se agotan", dice. Aunque para los más rezagados todo vale: "vendemos lotería hasta el último momento, los que vienen el último día ya no hacen ascos a nada, te dicen claramente: dame lo que te queda, que los últimos seremos los primeros, vacila el lotero entre risas. Como costumbres, también los hay que no quieren ni ver su propio número: "se tapan los ojos y se lo tengo que poner boca abajo así ellos lo guardan sin verlo". Costumbres varias pero mismo ilusión en cada décimo de lotería.

Y si después de hacer largas colas para adquirir el décimo, resulta que hoy a muchos ciudadanos no les ha tocado, quedará un pequeño consuelo, una ligera esperanza puesta en la lotería del Niño. De hecho, desde la administración de loterías La casa del puro, en la calle Florida 26, aseguran que, con calma, pero que ya han empezado a venderse la lotería del Niño. Aunque la ilusión puesta en el Gordo hace que los ciudadanos esperen un poquito más para comprar la del Niño, ya que el nerviosismo de que este año sí, este año tocará con el décimo comprado, hace que la gente espere un poco más: "Ya se ha empezado a vender la lotería del Niño, pero lo cierto es que mucha gente espera a que pase la lotería de Navidad y si no les ha tocado es cuando compran la del Niño", explica Lorena Tobalina. En esta administración en 2013 también repartieron un quinto premio, en 2014 un segundo y en 2015 un cuarto premio. Juan Carlos de Quintana también tiene una sensación similar: "muchos clientes me vienen para comprobar los décimos a ver si les ha tocado algo... cuando no toca nada... ¡ay que disgustos veo yo desde la ventanilla!", dice. Y a estos clientes que se les viene abajo toda la ilusión nos les queda más que la esperanza de recuperar algo de lo perdido: "Al final me dicen: no voy a comprar más que uno del Niño, a ver si recupero algo". Cuando la lotería reparte algo más, al Niño también se le da un poco más.