Durante 40 años Ricardo Gaisán ha dedicado buena parte de su tiempo a Apdema y durante los últimos 16 años también a la Federación Alavesa de Deporte Adaptado. En diciembre, con 63 años, ha firmado su jubilación anticipada y ahora tiene más tiempo para dedicar al estamento deportivo y centrar sus fuerzas en facilitar más la inclusión de personas con discapacidad en cualquier disciplina deportiva que quieran practicar.
El trabajo por el deporte adaptado en el caso de Ricardo Gaisán es un compromiso.
Totalmente, tanto a nivel personal como a nivel federativo hay una apuesta por que las oportunidades, los derechos y los deberes de las personas con discapacidad estén encima de la mesa. Es una cuestión de justicia social que las personas que quieren hacer deporte estén en los espacios que quieran estar.
¿La inclusión en el deporte es otro paso más al frente?
Avanzar en la inclusión en algunos casos es muy complicado y las barreras que puede tener una persona con discapacidad siguen siendo importantes a nivel social, humano y deportivo. Se ha avanzado bastante, pero hay gente que cree que a las personas hay que atenderlas por su discapacidad, porque son los pobrecitos, y no es correcto. Las personas con discapacidad tienen que tener las mismas oportunidades que el resto, atenderlas porque son personas y adecuar todos los medios y recursos para que su discapacidad no suponga un freno.
¿Cómo se trabaja todo esto desde la Federación Alavesa de Deporte Adaptado?
Para la gente que tiene alguna discapacidad existe el deporte recreativo, que es un poco el deporte salud, y el deporte federado que tiene un componente de competición y que es el que abarcamos en la Federación. Andamos sobre las 110-120 licencias en las diferentes modalidades deportivas: boccia, goalball, fútbol adaptado, baloncesto en silla de ruedas… Somos un estamento multideportivo y multidiscapacidad y a nivel estatal los estamentos son específicos, de cada una de las discapacidades. Esto nos provoca desajustes cuando tenemos que tratar temas o buscar interlocutores.
A nivel alavés es más conocida la labor de los clubes que la de la propia Federación.
Los clubes de nuestra provincia hacen una gran labor y tienen una trayectoria muy importante y hay que reconocérselo. Nuestro trabajo es complementar la labor que los clubes están haciendo en este momento, apoyar en aquello que demanden, hacer un servicio administrativo de licencias y promover acciones que no choquen con lo que ellos hacen. El día a día cada club es autónomo y la gente está más implicada en ellos.
¿Qué labor hacen en el deporte escolar?
En deporte escolar nuestro trabajo es promocionarlo, apoyarlo y supervisar y orientar en el cumplimiento del convenio. Los clubes como Zuzenak, Itxaropena y Apdema nos proponen acciones en este marco, las defendemos y echamos una mano en lo que necesiten cuando se ponen en marcha. Además, hacemos el seguimiento porque es una de las condiciones que plantea la Diputación para la firma del convenio y cuando nos enteramos de algunas oportunidades, las comunicamos y ayudamos a gestionarlas.
Han iniciado reuniones con otras federaciones y clubes para ver posibilidades de colaboración.
Así es. Estamos teniendo reuniones para que vean que estamos a su lado y las posibilidades que existen cuando les llegan chavales y chavalas con una discapacidad. Queremos que apuesten por la inclusión. Hemos tenido una buena acogida y nos lo agradecen porque, en esos casos, muchos no saben qué pueden hacer y nosotros nos pasamos por los entrenamientos, apoyamos a entrenadores y monitores, les comentamos cómo pueden apoyarles para que incluyan a esos niños y niñas con una discapacidad, como cualquier otro niño o niña, que quiera jugar al baloncesto, rugby, pelota mano o lo que sea.
¿Hacéis también de enlace entre personas y clubes?
Por supuesto. Cualquier persona con discapacidad que quiere hacer deporte se puede acercar a la Federación, nos dice qué quiere hacer y vemos dónde y cómo se puede llevar a cabo. Lo más importante es que nadie se quede con las ganas de desarrollar una actividad deportiva porque le da miedo un posible rechazo o porque no encuentra dónde. Hay que animar, además, a los padres y madres con niños o adolescentes con una discapacidad para que no los dejen en casa. Hay muchas opciones para hacer deporte ajustado a sus posibilidades y sin crear falsas expectativas. Y estamos ahí para ayudar en lo que sea posible.