l domingo 10 de marzo de 1963 la expectación es máxima en Mendizorroza. Es la 24ª jornada del campeonato de Segunda División de la campaña 1962-63 y el Deportivo Alavés va eludiendo los puestos de descenso y promoción, dos en cada caso, en el Grupo I (Norte) del citado campeonato liguero. ¿Pero a que se debe tanta expectación por el partido? ¿Por el rival?
El contrincante de los albiazules es el CD Orense que, pese a que está realizando una gran temporada para sus aspiraciones de comienzo de campaña, camina sexto en la tabla, no es un equipo con tirón para el público como los otros conjuntos gallegos del Celta o Deportivo. El CD Orense, entrenado por el ondarrés Juanito Urquizu, se sentará una temporada más tarde en el banquillo de Mendizorroza, ha logrado mantener el bloque de anteriores campañas y el equipo destaca por su conjunto.
Entre las individualidades sobresalen el portero Ibarreche, luego haría carrera en el Celta; el central Batalla, posteriormente defensa en el Pontevedra del “hai que roelo”; Melchor Barrio, padre del jugador albiazul de los noventa Carlos Barrio; el argentino Arcángel, de larga trayectoria en el fútbol español y el orensano de Barco de Valdeorras, uno de los delanteros más letales que hayan jugado nunca en el Deportivo Alavés, Wilson Jones. A este gallego, con nombre y apellido inglés se debe la expectación que hay para el partido de Mendizorroza.
Wilson Alfredo Jones Rodríguez, para el mundo del fútbol Wilson Jones o Wilson a secas, defendió la zamarra albiazul en la temporada 1954-55, en Primera División, y en 22 partidos jugados marcó diecisiete goles, que da una media de 0,7727 goles por encuentro en la máxima categoría de nuestro fútbol. Al cabo de sesenta y seis temporadas, esta media sigue siendo récord en Primera División en la entidad del Paseo de Cervantes, por delante de otros históricos como Olivares (14 partidos / 10 goles / 0,7142 de media) y Sañudo (9/5/0,555), exceptuando, como siempre matizo, al vitoriano Murua (1/1/1).
La llegada de Wilson a Mendizorroza -recala junto al madrileño Julio Roth, ambos cedidos- se produce de manera solapada dentro de la operación Berasaluce, que firmará por el Real Madrid a comienzos de la temporada 1955-56. Al conjunto que preside Santiago Bernabéu le llegaron informes de un delantero centro que no hace más que marcar goles en el Club Lemos de Monforte de Lemos en Tercera y adelantándose a otros equipos lo firman. Con 19 años, el Real Madrid decide foguearle y le cede primero a la UD Lérida y Deportivo Alavés después.
Sus comienzos como albiazul son complicados, cae lesionado junto a Roth en el debut oficial de ambos en San Mamés frente al Athletic, pero paso a paso va demostrando su clase y sus dotes goleadoras, que le convierten en uno de los ídolos más queridos por el público de Mendizorroza en toda su historia. Wilson es el autor del gol número 100 del conjunto albiazul en Primera. El gallego, tras su paso por Vitoria, volverá al Real Madrid, será cedido en noviembre de 1956 al Real Zaragoza, luego traspasado, y con los de La Romareda será internacional B con España en 1958. Tras cuatro temporadas, llegará al Racing de Santander y acabará su trayectoria futbolística en el equipo de la capital de su provincia natal. Y por primera vez, tras su marcha, el nieto de Mr. Edward Jones va a jugar en Mendizorroza, desde que lo hiciera por última vez el 24 de abril de 1955 en encuentro de vuelta del Campeonato de España frente al Deportivo gallego (2-0). Los dos goles llevaban la firma de un estudiante de Derecho, gallego y depredador de redes.
La entrada de espectadores que registra el campo de Mendizorroza es excelente, sorprendiendo a la Directiva albiazul. La salida al campo del CD Orense es recibida con una gran ovación por parte del público asistente, ovación personificada en la figura de su delantero centro, Wilson.
El Alavés de Román Galarraga se impone por 2-0. Los goles albiazules son logrados por el jugador visitante Bouso (en propia meta) y por Joaquín Antón. El capitán albiazul Gorospe, realiza un impecable marcaje a Wilson.
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