Alavés 0-0 Valencia: un punto muy escaso

El Deportivo Alavés volvió a ser claramente superior a su rival, en este caso el Valencia, en Mendizorroza; pero fue incapaz de cosechar los tres puntos. La falta de puntería de otras jornadas apareció de nuevo y así los babazorros se quedaron con la sensación de haber dejado de sumar dos créditos. Ahora bien, paso a paso es la forma de conseguir el objetivo, dando la cara cada jornada y siempre cerca de ganar.

No se complicó el Chacho al decidir su once inicial para el duelo contra el cuadro che. Como lo que funciona suele ser mejor no tocarlo, el técnico argentino dio continuidad al mismo equipo que comenzó ante el Elche antes del parón, con Sivera en portería; Jonny, Tenaglia, Pacheco y Yusi protegiéndolo; Blanco e Ibáñez en la medular; Calebe y Abde como bandas; y Boyé y Toni Martínez en la doble punta.

La velada comenzó con susto para el Alavés. Aprovechando un desbarajuste defensivo de los babazorros, Javi Guerra recibió en posición muy favorable, aunque con bastantes metros por delante, y cedió el balón a Danjuma para el 0–1. Por fortuna, el disparo del delantero valencianista no fue certero, pudiendo Pacheco despejar sin apuros. Todavía muchos aficionados estaban buscando su asiento.

Y esa ocasión clara no fue más que un anticipo de lo que ocurriría después. Con los albiazules dubitativos con la pelota, incapaces de llevar la pelota a zonas de peligro, el Valencia solo tuvo que esperar a las pérdidas en la medular para montar rápidos contragolpes. Ninguno de ellos, eso sí, tuvo tanto peligro como el primero. Mientras tanto, Abde fue el único que, entre líneas, exigió un mínimo a la zaga che.

Ese guion cambió cerca de la media hora de juego. El Alavés fue haciéndose con la posesión y sus combinaciones, que al comienzo no salían, empezaron a dar frutos. Boyé, asistido por Calebe tras un pase interior de Blanco, dispuso de la mejor ocasión para el 1-0: su disparo, a la media vuelta y cayéndose, se marchó alto. Y esa relación entre el argentino y el brasileño funcionó muy bien hasta el descanso.

Calebe demostró otra vez que cuenta con una calidad diferencial, capaz de romper con el orden defensivo de los rivales. Además, el físico le aguantó por fin. Boyé, por su parte, aprovechó genial su corpulencia, si bien pecó de individual en varias jugadas. Hubo una doble ocasión en la que, una vez despejado Agirrezabala su primer intento, pudo haber buscado el punto de penalti en vez de volver a tirar.

IDÉNTICA NARRATIVA EN LA 2ª MITAD

Al final, el Alavés tomó el túnel de vestuarios con mejores sensaciones que el Valencia, aunque con un sabor algo agridulce por no haber podido materializar su dominio. Lo positivo fue la capacidad del equipo para mantener esa superioridad ya en la segunda mitad. Y cerca estuvo de llegar el gol en un lanzamiento de falta que cabeceó bien Toni, encontrándose con la intervención salvadora de Agirrezabala.

Para dar un poco más de chispa al ataque babazorro, y también finura a la sala de máquinas, el Chacho dio entrada a Denis (Ibáñez), Aleñá (Abde) y Carlos Vicente (Calebe) cuando se cumplió la hora de juego. Más tarde, también tuvo su oportunidad Guridi (Toni), dejándose el argentino un cambio en el tintero. El Glorioso afrontó el epílogo del encuentro dibujando el 4-2-3-1 tan habitual de las últimas temporadas.

Los revulsivos, sin embargo, no dieron el punch suficiente al Alavés como para romper la igualdad. Tampoco hubo ocasiones claras para ello. La única fue obra de Denis, en una falta envenenada que se marchó al palo. Por lo demás, la presencia constante de los gasteiztarras en el área che fue estéril, y eso que las gradas de Mendizorroza hicieron lo posible por llevar a sus futbolistas en volandas.