Un once de carrerilla
El ‘Chacho’ Coudet ha hallado en la fase clave del curso la combinación titular que mejores resultados le ha dado
Eduardo Coudet es un entrenador de convicciones claras, tal y como está dejando patente desde que se puso al frente delDeportivo Alavés. Cuando un jugador le responde, el argentino tiende a mantenerlo. Tanto es así que, ahora mismo, su once ideal se puede recitar de memoria. Solo los contratiempos, por lesiones o sanciones, parecen capaces de hacerle cambiar de idea sobre cuál es el equipo más competitivo que puede sacar.
Otra jornada de la que el Alavés sale reforzado
Esa estabilidad, eso sí, le está viniendo bien al conjunto babazorro, sobre todo a nivel defensivo. Los once teóricos titulares se entienden bien sobre el césped y eso ayuda a minimizar ciertas carencias. Ocho puntos de los últimos 15 posibles –y solo dos goles en contra– es la racha de un Glorioso que, a falta de cuatro intensas jornadas para el final del campeonato, cuenta con un colchón de tres créditos sobre los puestos de descenso.
Bajo palos, no hay y nunca ha habido debate: Antonio Sivera es el guardián de este Alavés y, cuando no ha estado, se ha notado. No es que Jesús Owono o Adrián Rodríguez lo hayan hecho mal, simplemente no han llegado aún al punto de ser tan decisivos. El de Jávea, sin necesidad de tener el nombre de otros, es un portero que da puntos al equipo, y eso supone aportación directa a la salvación. Será clave que no vuelva a caer lesionado.
Un poco más adelante, Coudet ha encontrado a su retaguardia de confianza en Nahuel Tenaglia, Facundo Garcés, Santi Mouriño y Manu Sánchez. En cinco partidos se han logrado las mismas metas a cero que en el resto del ejercicio, lo cual habla muy bien de los cuatro. Ahora bien, ese notable desempeño no hubiera sido posible sin el paso al frente de los que, por distintas circunstancias, parecían condenados a lastrar al grupo.
Que Tenaglia y Mouriño rindieran era de esperar, no así en el caso de Garcés y Manu Sánchez. El central argentino venía de más de un año sin jugar un partido oficial y el lateral madrileño venía de no dar el nivel en la primera vuelta. Afortunadamente, el primero ha hecho olvidar gracias a su jerarquía y solidez y el segundo ha mejorado sus prestaciones sobremanera, sumando tanto en labores defensivas como de ataque.
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SALA DE MÁQUINAS Y ATAQUE
En la sala de máquinas, pese a la aportación de Ander Guevara recientemente, lo cierto es que mucho deberían cambiar las tornas para que el Chacho no continuara apostando por el doble pivote formado por Antonio Blanco y Joan Jordán. Siempre que han estado disponibles han jugado. No obstante, que el gasteiztarra esté recuperando su mejor versión siempre es una buena noticia, pues su perfil es diferente al de los otros.
El Deportivo Alavés da un paso al frente desde la defensa
Por detrás del delantero, Jon Guridi ha encontrado al fin la continuidad que no le estaba dando el técnico argentino entre febrero y marzo. Aun con aspectos a mejorar, en especial su llegada al área, lo que ofrece a nivel táctico y en las triangulaciones es algo de lo que el Alavés no puede prescindir. Menos todavía si la alternativa es un Carlos Martín que sigue sin mostrar todo ese talento que se le vio la temporada pasada en el Mirandés.
Tampoco hay apenas dudas en la bandas: Carlos Vicente, ya a buen nivel tras su paso por el banquillo, es indiscutible. Y así debe serlo. No hay otro futbolista en el equipo capaz de generar por sí solo tanto peligro como lo hace él. Una carencia que el Chacho ha sacado a la palestra más de una vez. Asimismo, el ala contrario es para Carles Aleñá. El de Mataró no aporta verticalidad, pero sí es clave al combinar y buscar el último pase.
"No me gustó quedarme en el banquillo, pero lo asumí con naturalidad"
Y en punta, si bien podrían cambiarle en momentos avanzados de los encuentros, Kike García es el rey. Más allá de sus doce goles, que ya serían motivo suficiente como para mantenerlo siempre de titular, lo que aporta el de Motilla del Palancar al juego del Alavés no está pagado. Su lucha incansable y veteranía para los duelos es un auténtico incordio para los defensores rivales. Se ha ganado renovar si se logra la permanencia.
REVULSIVOS
Aunque, como se ha comentado, el once de Coudet puede recitarse de carrerilla –y debería seguir siendo así hasta final de curso–, no es de recibo restar importancia a los revulsivos. Para que el trabajo de los que salen de inicio dé sus frutos, es fundamental que los que entran de refresco mantengan el nivel e, incluso, les mejoren. Además del mencionado Guevara, Carlos Protesoni, Tomás Conechny, Carlos Martín y Toni Martínez.