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El Alavés acusa su 'mandíbula de cristal'

El conjunto vitoriano no levanta cabeza debido a su noveno duelo consecutivo sin dejar su portería a cero

En imágenes: Así ha sido el Alavés - Celta

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El Deportivo Alavés desperdició anoche otra oportunidad para alejarse de la zona roja y meter al Celta de Vigo en la terna de rivales en una situación clasificatoria comprometedora. Y eso que el equipo de Coudet tuvo en su mano la posibilidad de lograr tres puntos de suma importancia, pero acabó acusando su ‘mandíbula de cristal’ y se tuvo que conformar con un punto agridulce en Mendizorroza.

Poco, o más bien nada, ocurrió durante el primer tiempo en el recinto del Paseo de Cervantes, marcado por la adversa climatología y, sobre todo, por el horario, que derivaron en la peor entrada del curso (13.612 espectadores). En cualquier caso, todo lo que aconteció sobre el césped de Mendizorroza, al menos en el primer asalto, resultó favorable para los intereses albiazules. Como el penalti señalado a los cinco minutos tras la llamada desde la sala VAR de Figueroa Vázquez a Hernández Maeso, quien no vio la mano de Fran Beltrán en primera instancia, y sirvió para poner de cara el encuentro.

Como no podía ser de otra manera, Kike García, el hombre de moda en el Deportivo Alavés, materializó desde los once metros su novena diana del curso en el campeonato doméstico. El manchego, junto a Carlos Vicente, fue la única amenaza del equipo babazorro frente al Celta de Vigo en una noche soporífera en la que el Glorioso le costó enormemente hilvanar jugadas de peligro sobre el área de Guaita.

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De hecho, entre ambos contendientes solo se registró un disparo entre palos en el primer tiempo, el de Kike García, quien fue sustituido en el tiempo de descuento por Toni Martínez, el último en la rotación de Coudet. Lo cierto es que el Celta apenas intimidó en el primer tiempo, síntoma del sobrio control que ejerció el equipo de Coudet sobre su rival, que no encontró la manera de romper el ordenado planteamiento del técnico argentino. De hecho, el Alavés ejecutó a la perfección su plan defensivo: no le incomodó ceder la posesión del esférico al Celta, pues recuperó el balón en el centro del campo para evitar cualquier tipo de acercamiento.

No en vano, lo que se echó en falta durante el primer tiempo fue la precisión en el último pase. El Glorioso no tuvo problemas para interceptar el esférico, pero le costó hilvanar acciones al contragolpe para rematar a un rival que mostró síntomas de desesperación en su puesta en escena en Mendizorroza.

De más a menos

Sin embargo, el paso por vestuarios, lejos de revitalizar al Deportivo Alavés en su búsqueda del segundo gol, cambió las tornas del partido, y fue el Celta de Vigo el equipo que se mostró más incisivo en ataque. A los tres minutos de la reanudación llegó el primer aviso para Owono, que detuvo con éxito, pero el guardameta albiazul pudo haber hecho más en el tanto del empate, que llegó como un mazazo a la hora de juego tras un disparo de Pablo Durán, sin oposición alguna, desde la frontal.

A raíz del empate, afloraron los miedos en las filas albiazules. El único acercamiento del segundo tiempo fue un contragolpe de Carlos Vicente que Guridi fue incapaz de resolver dentro del área, que además llegó antes del empate del Celta y pudo haber sentenciado el encuentro. Pero poco más, ya que el equipo de Coudet se mostró especialmente espeso con el balón y careció de la contundencia defensiva exhibida en el primer tiempo.

El bagaje del Deportivo Alavés en los últimos tiempos es trágico en lo que a la solvencia se refiere. El conjunto vitoriano ha encajado goles en sus últimos nueve partidos de liga, una losa para un equipo que anoche se tuvo que conformar con un insuficiente punto, en casa, ante un rival directo como el Celta de Vigo