Luis García no se equivocó en su pronóstico sobre lo que depararía la visita al Getafe en el Coliseum: el conjunto azulón afrontó el encuentro como una auténtica final para escapar de la zona baja de la clasificación. Los vitorianos, por su parte, no lograron imponer sus señas de identidad y cayeron con estrépito en un partido donde Sivera fue el mejor y en el que dos desafortunadas acciones a balón parado sellaron la sentencia.

El Alavés no se encontró consigo mismo en un choque de altísimo voltaje, incapaz de igualar el oficio y el fútbol más directo de su contrincante. El Getafe fue superior en las disputas, dominó las segundas jugadas y, debido a las constantes interrupciones, el Glorioso no tuvo ocasión de generar peligro real. El equipo vitoriano se vio arrastrado al estilo que quiso su rival, y el Getafe, como era de esperar, se movió con total comodidad en un escenario incómodo para los de Luis García.

Una vez más, el Alavés se vio obligado a desplegar un ejercicio de madurez y supervivencia a domicilio. Pero no lo logró. El Getafe, con buenas dosis de fortuna, se adelantó en el marcador tras un lanzamiento de falta de Arambarri que desvió Protesoni. Previamente, Sivera había evitado el gol en un mano a mano con Uche, un jugador que desquició a la defensa albiazul tanto por su dureza física como por los constantes engaños a Díaz de Mera.

El Alavés intentó reaccionar tras encajar el primer golpe y encerró a su rival en su área durante los últimos cinco minutos de la primera parte. Fue en ese momento cuando el VAR impidió que los vitorianos dispusieran de un penalti, pese a que Uche tocó el balón con la mano dentro del área. La jugada fue polémica, ya que, según el reglamento, al tratarse de un rebote de un compañero, no se decreta la pena máxima, pero el disparo claramente iba dirigido entre los tres palos.

Luis García movió el banquillo en la segunda mitad, insatisfecho con la actuación inicial. Carlos Martín, discreto ayer, dejó su lugar a Kike García en el descanso, y poco después, Protesoni, Sedlar y Abqar fueron sustituidos por Blanco, Mouriño y Manu Sánchez.

Sin orden tras el 2-0

Sin embargo, el balón parado volvió a ser el verdugo del Deportivo Alavés. En el minuto 56, una falta lateral lanzada por Luis Milla impactó en el brazo de Toni Martínez. Tras revisar la jugada en el VAR, el colegiado no dudó en señalar penalti.

El 2-0 fue un golpe del que el Alavés no pudo recuperarse, sumido en un mar de dudas. Eso sí, Sivera evitó una derrota más abultada al detener tres ocasiones claras: un potente disparo de Diego Rico desde la frontal, otro remate dentro del área de Pérez y un cabezazo de Álvaro Rodríguez en los últimos minutos.

El Glorioso no mostró ni el orden defensivo ni la capacidad de reacción que lo han caracterizado en el inicio de la temporada. Y tampoco igualó a su adversario en un estilo de juego que domina. A diferencia del reciente partido en el Bernabéu, no hubo mentalidad ni fortaleza para sobreponerse. Los cambios desesperados desdibujaron por completo a un Alavés sin ideas en el Coliseum.

Pese a los esfuerzos de Sivera por mantener vivo al equipo, el Alavés no logró recortar distancias ni incomodar al Getafe. Así, tras una semana de doble jornada en Madrid, el equipo vitoriano cerró su incursión en la capital sin sumar puntos.