El Alavés, intranquilo en el epílogo

Recuperar la solvencia en el último tramo del encuentro (del minuto 80 hasta el pitido final) se ha convertido en la indiscutible tarea pendiente para una escuadra que, eso sí, es la octava de LaLiga con menos goles recibidos. De los 32 tantos encajados por el Alavés, nueve han sido después de superar los 80 minutos de juego. Una losa que ha impedido en más de una ocasión certificar varias victorias o, al menos, empates.

El varapalo más reciente fue en la última jornada frente al Mallorca. El equipo de Luis García, sin llegar a ofrecer su mejor versión debido a la sólida puesta en escena del conjunto bermellón, hizo valer el notable trabajo a balón parado para abrir la lata. Sin embargo, cuando el Alavés saboreaba ya la conquista de los tres puntos, Nastasic, en el minuto 88, se erigió como el verdugo que propició el empate.

Un precedente que, por la forma en la que se originó, recuerda al empate del Reale Arena en el último duelo de la primera vuelta. En aquella ocasión, el Deportivo Alavés también fue capaz de llevar la delantera en el marcador, pero sufrió el tanto de la igualada, en superioridad numérica, en el minuto 96, prácticamente cuando el partido estaba visto para sentencia.

Nervios al final

En concreto, el Alavés es después del Celta (13) y Almería (12) el equipo que más goles ha encajado desde el minuto 80 hasta el final del encuentro. El Cádiz, rival que marca el descenso, ha recibido siete goles en ese mismo tramo y tanto el Mallorca como el Sevilla han sufrido otros cuatro goles respectivamente.

Eso sí, no todos los goles sufridos por el Alavés durante el epílogo han tenido el mismo impacto. En un par de ocasiones, en las victorias frente al Sevilla y Granada en Mendizorroza, los tantos de los equipos visitantes llegaron con el partido prácticamente finalizado. Rafa Mir recortó distancias (4-3) en el 97 y Uzuni hizo lo propio desde los once metros (3-1) en el minuto 86.

En otras ocasiones, los de Luis García han recibido el tanto de la sentencia en el epílogo, cuando el equipo más se volcó en busca de igualar la contienda. Esto mismo ocurrió en la derrota frente a Osasuna con el gol de Budimir en el 90’ (0-2), donde el Alavés se vio claramente perjudicado por una desproporcionada expulsión a Antonio Blanco. Ídem en la expedición a Vallecas (2-0), donde un penalti inventado en la primera mitad obligó al equipo a remar a contracorriente.

Lucas Vázquez marca el gol de la derrota del Alavés frente al Real Madrid Iñigo Foronda

No en vano, el Deportivo Alavés ha vivido en reiteradas ocasiones la crudeza de recibir el tanto de la derrota en el último suspiro. Por ejemplo, el Real Madrid derrotó al Glorioso en el minuto 92 tras un gol de Lucas Vázquez, quien aprovechó un despiste defensivo en la zaga vitoriana para provocar un enorme disgusto en Mendizorroza. El Getafe, por su parte, venció por la mínima al equipo babazorro después de un penalti muy riguroso transformado por Borja Mayoral en el minuto 84.

Las decepciones que se ha llevado el Alavés en este curso durante el epílogo no son pocas, pero lo cierto es que el conjunto albiazul también ha mostrado buenas dosis de fe en los últimos compases. La titánica victoria lograda en el Sánchez Pizjuán llegó tras un zarpazo de Rubén Duarte en el minuto 90 y, por ejemplo, también sentenció los tres puntos en Almería en el 88’. Dos triunfos que, a la postre, han llevado al conjunto vitoriano a ocupar la 12ª posición con 29 puntos y mantener a raya a los rivales directos por la permanencia.