La relación de los delanteros con el gol va por rachas. A veces marcan todo, incluso lo más inverosímil, y otras veces, aun esforzándose mucho más que en el escenario anterior, no encuentran la manera de enviar el balón a la red. Esa es la vida del nueve. Una vida probablemente injusta, pero durante la que, si se aprende a afrontar los altibajos, la gloria está asegurada, pues nadie acapara más miradas que el killer en el mundo del fútbol.
En ese proceso, el de trabajar la mente para saber potenciar los buenos momentos y también hacerse fuerte en los malos, se encuentra ahora Samu Omorodion. Y no le está yendo nada mal, si se echa un vistazo a los datos. Aun habiendo estado dos meses negado de cara a gol, el melillense suma ya siete dianas con el Deportivo Alavés y tres de ellas las ha logrado en las dos últimas jornadas. Todo ello, además, siendo un debutante en la élite.
Dicha cifra, a la que hay que añadir el tanto que anotó con el Granada en la primera jornada, le ha convertido en el futbolista sub-19 más goleador de las cinco grandes ligas europeas. Algo honorífico, pero que sirve como muestra de lo productivo que está siendo su paso por Vitoria-Gasteiz. En esa lista, por ejemplo, puede encontrarse a otras grandes promesas como Evan Ferguson (Brighton), Savinho (Girona) o Garnacho (United).
Tres nombres a los que, visto lo visto, nada tiene que envidiar La Mamba, como se le ha apodado en redes sociales. Samu es un diamante en bruto y así puede comprobarse cada vez que, aprovechando su físico prodigioso, supera a defensores con mucha más experiencia que él como si fueran ellos los novatos. Es muy difícil de parar tanto en carrera como en las disputas, y eso que ya todos le conocen y han podido estudiar la mejor forma para hacerlo.
Su tarea pendiente, la misma que la gran mayoría de los delanteros jóvenes, es afinar la puntería, aunque esto último también tiene su parte positiva. Falla bastantes ocasiones claras, es una realidad, pero muchas de ellas no nacerían si él no estuviera sobre el césped. Es un nueve capaz de generar varias oportunidades de peligro durante un mismo encuentro, aun cuando el equipo está espeso en ataque, y eso es impagable, en especial para el Alavés.
Lo positivo para Samu es que se ha encontrado en Mendizorroza un escenario sin igual para su crecimiento. Aparte de coincidir con un entrenador que confía mucho en él y no tiene miedo a darle continuidad, como lo es Luis García Plaza, cuenta a su lado a un veterano como Kike García, del que seguro está aprendiendo mucho a lo largo de esta temporada, y ha dado con una afición que le va a llevar en volandas en los buenos y malos momentos.
Si nada se tuerce por el camino, considerando cómo está rindiendo en la máxima categoría con solo 19 años, Samu tiene cualidades de sobra para convertirse en un punta dominante a nivel mundial. Y eso lo sabe el Atlético de Madrid, quien, nada más verle sobre el césped del Metropolitano, se apresuró a pagar su cláusula de rescisión, de seis millones de euros, para arrebatárselo al Granada, muy debilitado, lógicamente, en esa operación.
Vista esa enorme capacidad de crecimiento, al Glorioso y su afición no les queda otra que disfrutar al máximo del melillense durante el tiempo que le quede en el Paseo de Cervantes, pues, como ocurrió en el pasado con otras promesas como Theo Hernández o Marcos Llorente, volver a verle con la zamarra albiazul una vez deje el club va a ser una utopía. No sería mala despedida que alcanzara las 15 dianas que pronosticó a su llegada.
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Samu Omorodion, eso sí, no solo está brillando en el Alavés. Esta misma campaña ha podido estrenarse con la selección sub-21 y, pese a ser suplente en la mayoría de partidos, ha sido capaz de dejar su huella a las órdenes de Santi Denia. Entre septiembre y diciembre, el delantero babazorro participó en cuatro jornadas de clasificación para la próxima Eurocopa, que se disputará en 2025, y marcó dos goles, frente a Kazajistán y Bélgica.
