Visitas con final dispar del Granada a Mendizorroza

La lotería del calendario, aunque cada año es menos aleatoria, ha provocado que, por tercera temporada consecutiva, la visita del Granada a Mendizorroza sea un partido decisivo para el Deportivo Alavés. Tras la derrota en el Ciutat de València, donde la imagen del equipo no estuvo a la altura, los babazorros necesitan superar a los nazaríes para, con esos tres puntos, mantener intactas sus opciones de lograr una de las dos primeras plazas.

No será una tarea sencilla, pues el conjunto gasteiztarra es el aspirante al ascenso que menor rédito ha sacado de sus enfrentamientos directos, pero el mero hecho de jugar en Mendizorroza, donde seguro habrá un gran ambiente, debería ser suficiente para ver una actuación mejor que la del duelo ante el Levante. Sobre todo, teniendo en cuenta que, ahora sí, no parece haber margen de error. Solo restan cuatro jornadas por delante.

Además, la atmósfera del Paseo de Cervantes no será lo único favorable al Alavés, lo cierto es que los números en casa también le acompañan. Pese a sufrir varios pinchazos recientemente (Lugo y Andorra), los albiazules siguen entre los mejores locales de la categoría. Solo el propio Granada, con 49 puntos en 19 partidos, ha sido más eficaz ante su afición que los pupilos de Luis García (42), quienes solo han perdido un duelo en todo el curso.

De todas formas, tal y como se ha comentado al principio, que la visita del cuadro nazarí llegue en un momento decisivo de la temporada no es nada nuevo en Mendizorroza. Hace poco más de un año, cuando el Glorioso aún sobrevivía en la Primera División, se señaló este partido como una de las grandes finales por la permanencia y, por desgracia, el desenlace no fue el deseado. Y eso que, cabe recordar, el partido se puso muy a favor.

Por aquel entonces, el Alavés de José Luis Mendilibar era penúltimo y se encontraba a tres puntos de la salvación, la cual limitaba el propio Granada. Es decir, un triunfo les habría permitido dar un paso importante en su objetivo. Sin embargo, después de remontar, con goles de Escalante y Vallejo, el 0-1 de Escudero, el equipo se vino abajo y terminó cayendo por 2-3 (Puertas y Luis Suárez). Muchas esperanzas volaron en aquel momento.

Asimismo, dicho enfrentamiento fue el que, seguramente, marcó la posterior destitución del técnico de Zaldibar, quien, ahora triunfando en el Sevilla, aguantó solo una jornada más en el banquillo. La decisión de, con el 2-1, retirar a Joselu Mato, la principal arma de los gasteiztarras en ataque, fue muy cuestionada por las gradas de Mendizorroza y, después de caer días más tarde en el Metropolitano, Julio Velázquez tomó las riendas. 

UNA PERMANENCIA EN SILENCIO

Un año antes, en el quinto consecutivo del Glorioso en la máxima categoría, la visita del Granada terminó con un regusto muy diferente. Los andaluces llegaron a Vitoria en la penúltima fecha del campeonato liguero y, por medio de los tantos de Pons, Duarte, Joselu y Rioja (4-2), los babazorros pudieron asegurar de manera matemática su continuidad en la élite. Importante fue, para ello, vencer en el Martínez Valero una semana antes. 

En aquel momento, Javi Calleja dirigía la plantilla del Alavés y, entre otras cosas, es digno de mención que, como consecuencia de la pandemia del covid-19, ningún aficionado albiazul pudo disfrutar in situ de la permanencia de su equipo. Algo que, por fortuna, ya parece ser cosa del pasado, si bien es cierto que, en la actualidad, hay otros muchos factores que dificultan sobremanera la asistencia de la afición al Paseo de Cervantes. 

Ahora, una vez recordadas las dos últimas visitas del Granada, solo falta descubrir cómo acabará la de este viernes, en la que uno y otro pelean por conseguir uno de los dos billetes de ascenso directo. Quien caiga derrotado no se quedará fuera de la batalla, pero sí partirá con una desventaja importante en las siguientes tres jornadas. Tanto el Levante como el Eibar y Las Palmas, citados en Ipurua, sabrán el resultado antes de jugar sus partidos.