Como un castillo de naipes que se viene abajo tras el menor soplido. Así se mostró la retaguardia albiazul en la visita al Heliodoro Rodríguez, donde el Glorioso volvió a estar lejos de su mejor versión no sólo en el último tercio del campo, sino también en las tareas defensivas.

Si bien es cierto que durante el mes de noviembre el buen hacer en la zaga brindó al Deportivo Alavés la consistencia requerida para ocupar la zona noble de la clasificación, los hombres de Luis García sumaron una segunda actuación –tras la última en Granada– endeble en la retaguardia. La baja de Abqar en el eje de la zaga obligó a realizar varios ajustes en dicha demarcación y, pese a la entrada de Sedlar, de sobra experimentado en la categoría, la expedición albiazul no se mantuvo firme en su área.

CINCO GOLES EN DOS PARTIDOS

Ya desde el pitido inicial, los de Luis García no dieron señales de encontrarse cómodos sobre el tapete tinerfeño. El cuadro rival superó a los gasteiztarras en las disputas y estas pequeñas derrotas en el barro mermaron a un equipo que extrapoló su aciago día a la retaguardia, que permitió al Tenerife amenazar la portería de Sivera prácticamente sin oposición

El duelo ante el conjunto chicharrero estaba marcado en el calendario como una oportunidad de oro para dejar atrás el varapalo sufrido ante el Granada hace escasos días y mantener el pulso a los primeros clasificados. Sin embargo, el Alavés entró adormecido a la contienda y fruto de esta pasividad Sivera encajó dos tantos. Y eso que el guardameta valenciano detuvo un penalti, pero los atacantes del Tenerife camparon a sus anchas sobre el área albiazul.

Es cierto que el Glorioso afrontó la contienda en el Heliodoro Rodríguez con un parte de bajas que condicionó la convocatoria, pero a nivel colectivo el Alavés volvió a dejar dudas en ambas áreas. Apenas asumió la iniciativa del juego y dio alas a un Tenerife que llegaba a la decimonovena jornada en una situación clasificatoria más que apretada.

En este sentido, Luis García ofreció una lectura del partido asegurando que su equipo fue superado en los duelos individuales. Y es que el Alavés apenas cometió faltas que pudieran ralentizar el juego y elevar la exigencia física al Tenerife, que supo manejar su superioridad.

Al día de la marmota en defensa se le añadió, una vez más, el desacierto en los metros finales. El Glorioso lo intentó hasta el final y trató de embotellar al rival en las postrimerías de la contienda con unos cambios que surgieron efecto. Sin embargo, el Tenerife fue superior en las disputas y el Alavés sumó así su tercera derrota del curso.