Todo aficionado del Deportivo Alavés sabía que la racha de su equipo tendría que terminar en algún momento, pero nadie quería que ocurriese en El Plantío. Allí, ante los latidos de más de 2.500 corazones babazorros, los hombres de Luis García Plaza no consiguieron imponer su juego y, pese a su esfuerzo, terminaron chocándose contra la muralla burgalesa. Además, de la manera más cruel, porque no solo no la pudieron echar abajo, sino que terminaron rindiéndose con una goleada en contra (3-0).

Tal y como adelantó el propio técnico madrileño en su comparecencia previa al encuentro, el once con el que la escuadra vitoriana se plantó sobre el césped blanquinegro fue el mismo que pudo superar a la Ponferradina la semana pasada. Es decir, Sivera repitió en la meta; Tenaglia, Abqar, Maras y Duarte formaron la línea defensiva; Benavídez, Salva Sevilla y Guridi se encargaron de la sala de máquinas; y Alkain, por la derecha, Rioja, en el lado contrario, y Miguel, como único punta, completaron la parcela ofensiva.

Afición del Alavés en El Plantío Área 11

Una zona de ataque que acaparó todas las miradas vitorianas, pues en sus botas estaba la labor de acabar con la espectacular racha defensiva del Burgos, pero que apenas tuvo protagonismo en el arranque. Contra todo pronóstico, aunque seguramente motivados por el gran ambiente, los locales tomaron la batuta durante los primeros compases del partido y, de esta manera, consiguieron merodear la portería alavesista, donde, eso sí, el guardameta de Jávea no llegó a sentirse demasiado intimidado en ningún momento.

Sin embargo, dicha narrativa no tardó demasiado en cambiar por completo. Con el paso de los minutos, el Glorioso le tomó el punto al encuentro y, dada la intermitente presión de los blanquinegros, comenzó a manejar el balón casi a su antojo. Algo en lo que fue fundamental la labor de Salva Sevilla y Guridi, muy participativos en todo momento, y también la de los extremos, pues las arrancadas por las bandas fueron el arma más utilizada para tratar de crear ocasiones en el área burgalesa.

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En imágenes: La afición del Alavés toma Burgos con el ánimo a tope Alex Larretxi

Ahora bien, sin demasiado éxito esto último. Las oportunidades de gol, tanto para el Alavés como para el Burgos, brillaron por su ausencia a lo largo de la primera mitad y, en consecuencia, Caro batió el récord de Claudio Bravo, quien, hasta que se superó el minuto 35, había mantenido la marca de mayor tiempo imbatido en el fútbol español gracias a sus actuaciones con el FC Barcelona en la campaña 2014-15. Un hito que, pese a su esfuerzo y propuesta de verticalidad, no pudo evitar la escuadra babazorra.

Tras el paso por los vestuarios, el guión parecía que se iba a mantener de la misma manera, con ambos contendientes anulándose mutuamente, pero este sufrió un giro inesperado cuando, en una acción sin aparente peligro, el Burgos encadenó un tres buenos pases en la frontal del área con los que, ante la mirada atónita de Luis García en la banda, se adelantó en el electrónico (1-0) por medio del extremo Gaspar Campos, que definió con mucha calidad en el mano a mano con Sivera.

De la Fuente trata de robar el balón a Artola durante el encuentro disputado ante El Burgos Área 11

A partir de ese momento, el Alavés se vio obligado a dar un paso al frente y, poco después del tanto, estuvo muy cerca de marcar el empate en una acción a balón parado en la que Rioja, a escasos metros de la portería, envió el balón por encima del larguero de forma inexplicable. Una ocasión que, eso sí, no provocó inmediatamente el paso atrás de los locales, cuya intensidad en las disputas llegó a ser mayor que la de los jugadores albiazules durante varios minutos de la segunda parte.

Quien sí trató de cambiar esto último fue Luis García. El técnico madrileño dio entrada, inicialmente, a Toni Moya y Taichi Hara, por Benavídez y Miguel, y así formó un centro del campo más creativo al que poco después se unió Rober. Sin embargo, la idea no surtió efecto y, cuando los babazorros trataban de marcar a balón parado, el Burgos sentenció el choque por medio de un contraataque que definió Miki Muñoz después de recorrer más de 50 metros él solo.

Un 2-0 que pudo recortar el atacante japonés, ya con Jason y Abde también sobre el césped, pero que terminó quedándose corto para los burgaleses, ya que, con el Alavés volcado al ataque, marcaron un tercer tanto, de Curro, que arruinó definitivamente el fin de fiesta de la hinchada albiazul presente en El Plantío.