El Alavés sigue vivo. Los pupilos de Julio Velázquez salvaron un match ball en la visita del Villarreal a Mendizorroza y uno de los nombres propios del conjunto albiazul no fue otro que Manu García. El mediapunta asturiano ha dado un paso al frente tras la llegada del técnico salmantino y se ha erigido como uno de los argumentos de peso para que el Glorioso luche hasta el final por una permanencia que será agónica en Vitoria. La confianza por parte de su nuevo técnico ha sido, además, el principal motivo por el que Manu García asume galones en la sala de máquinas del Alavés.

Al partir desde una posición más adelantada respecto a Loum y Escalante -dos pilares indiscutibles-, el futbolista cedido por el Sporting de Gijón se puede permitir asumir riesgos con el esférico. Además, Velázquez parece haber dado con la tecla respecto a los encargados de dirigir el centro del campo ya que, al mismo tiempo que Loum y Escalante fortifican el carril central gracias a su músculo en el continuo ida y vuelta, el asturiano brinda soluciones a los atacantes albiazules gracias a su excelsa visión de juego.

En un equipo donde la mayoría de futbolistas destacan más por el poderío físico que por la finura con el esférico, un jugador de las características de Manu García, a quien no le quema el balón, se convierte en un recurso extraordinario. Ayer ante el Villarreal Manu ofreció un pase claro de gol y, además, cuatro de los cinco envíos en largo que intentó llegaron con éxito al receptor. Un balón de oxígeno para un equipo que ha encontrado una alternativa en ataque más allá de los pases aéreos a un extenuado Joselu.

El joven mediapunta no esconde su sentir de que la temporada no está siendo sencilla. A pesar de que encadene dos titularidades tras su notable actuación ante el Rayo Vallecano, donde ingresó en el terreno de juego tras el descanso, Manu García ha partido desde el once inicial en nueve ocasiones. Él fue, además, uno de los jugadores más damnificados tras la llegada de Mendilibar ya que bajo las órdenes del técnico de Zaldibar apenas disfrutó de minutos. “Ha sido un año complicado. Entraba y salía. No estaba contando para el entrenador, con el nuevo empezaba a contar para el equipo y el fútbol es así. Yo nunca voy a tener palabras malas hacia nadie, el trabajo del año se refleja ahora”, apuntó el futbolista al término del partido ante el Submarino Amarillo.

Julio Velázquez, el encargado de aportar aire fresco al equipo gracias a su espíritu optimista y la fe en el trabajo colectivo, explicó en la rueda de prensa posterior al triunfo ante el Villarreal que el futbolista asturiano debe seguir creciendo en las próximas semanas: “Es una esponja y tiene una predisposición bárbara. Estoy muy contento con su rendimiento pero tiene que seguir dando pasos hacia adelante”.

Ahora, el Alavés afronta cuatro jornadas agónicas con un déficit de cuatro puntos respecto al Cádiz, equipo que delimita la permanencia y con el que el Glorioso se verá las caras en la última jornada liguera. En ese sentido, si el cuadro dirigido por Velázquez desea seguir con vida hasta que las matemáticas digan lo contrario, la sobriedad de Manu García debe vivir nuevos capítulos y no quedarse como un simple espejismo al que se aferra la parroquia albiazul. La continuidad del centrocampista asturiano en el once admite ya pocas dudas teniendo en cuenta su elegancia con el balón en los pies y su habilidad para repartir juego.

Un objetivo posible. Tras el triunfo ante el Villarreal, ya llueve algo menos para un Alavés que salvó un nuevo ‘match ball’ en la pelea por la permanencia. El equipo vitoriano no está dispuesto a rendirse tan fácil pese a que su situación sigue siendo crítica. De hecho, al término de esta jornada quedará a cuatro puntos del objetivo y aún no ha dicho su última palabra cuando muchos le daban ya por desahuciado. El Cádiz, que todavía debe visitar Mendizorroza en la última jornada y que está sumando puntos fuera de casa ante los grandes de la competición como el Barcelona y Sevilla de forma completamente inesperada, es el equipo a batir en este instante por el Alavés, cuyo calendario es propicio para, al menos, llegar vivo a las dos últimas jornadas.

Al partir desde una posición más adelantada respecto a Loum y Escalante, Manu García se puede permitir asumir riesgos con el esférico