A lo largo de su historia, el fútbol ha adoptado multitud de expresiones provenientes de otros deportes. Una de ellas, especialmente conocida por los amantes del ciclismo, es el farolillo rojo y su origen se remonta al siglo XIX, cuando los vigilantes de los trenes galos utilizaban luces rojas para anunciar el paso del último vagón por la estación. Algo que, inicialmente, se trasladó al Tour de Francia a fin de designar al corredor más lento del pelotón a su llegada a los Campos Elíseos en París y que, en la actualidad, se emplea para hablar sobre cualquier colista.
Pues bien, este sábado, a las 16.15 horas, Mendizorroza va a presenciar un duelo entre los dos farolillos rojos de la máxima categoría. Por un lado, y actuando como local, estará el Deportivo Alavés, que ocupa la última plaza de la tabla con 22 puntos; y, por el otro, el Rayo Vallecano, a quien sus resultados le señalan como el peor equipo de Primera División -y de las cinco grandes ligas europeas- a lo largo de la segunda vuelta.
No obstante, la situación de ambas escuadras no es ni mucho menos parecida. Tras la decepcionante derrota ante Osasuna en El Sadar, el conjunto babazorro se encuentra a siete puntos de la permanencia y, por si la batalla contra las matemáticas no fuera ya lo suficientemente utópica, tampoco tiene nada a lo que agarrarse en el aspecto futbolístico. Una realidad que intentará cambiar Julio Velázquez, pero que, vista la imagen en el templo navarro, no parece que vaya a ser tarea sencilla.
Sobre todo, teniendo en cuenta no solo el pobre nivel que ha ofrecido la plantilla durante toda la campaña, sino también su decadente tendencia. Porque, pese a que el calendario aparente ser bastante favorable, lo cierto es que las cábalas no tienen sentido cuando se hacen en base a un equipo que solo ha ganado uno de sus últimos 19 compromisos ligueros y que, además, ha sido destruído sin apenas oposición en las diferentes finales (Elche, Granada y Osasuna) que ha disputado.
El Rayo, por su parte, acumula 12 encuentros sin conocer la victoria y, como se ha mencionado previamente, es la peor escuadra de la segunda vuelta con solo cuatro puntos. En concreto, los madrileños han sumado dos menos que el Granada y el Alavés (6), contra quien, curiosamente, lograron su último triunfo en la competición doméstica. Un hecho que sucedió el pasado 16 de diciembre en el Estadio de Vallecas, donde Javi Calleja dirigió su penúltimo encuentro al frente del banquillo gasteiztarra.
Ahora bien, aunque la racha de la escuadra de la franja sea muy preocupante, su situación clasificatoria, al menos de momento, no lo es tanto. Y es que, gracias a su espectacular primera vuelta -en la que llegó a competir por puestos de Liga de Campeones y, asimismo, se plantó en semifinales de la Copa-, los rayistas cuentan con un colchón de seis puntos (34) respecto al Cádiz, que cierra la zona de descenso con 28 y a falta de solo siete jornadas para que se cierre el telón.
Entonces, la contienda que enfrentará a ambos equipos en el Paseo de Cervantes se trata de una oportunidad por igual. Mientras que el Glorioso necesita ganar para apurar sus opciones de seguir en la élite y viajar a Mallorca con algún argumento a su favor, los franjirrojos buscarán un triunfo que les permita romper su mala racha y, además, dar un paso casi definitivo hacia la permanencia. Un objetivo que, seguramente, habrían logrado mucho antes si lo extradeportivo no hubiese salido a escena cuando la afición y la plantilla vivían un momento empíreo.