Los parones internacionales son una oportunidad sin igual para recargar pilas, olvidarse de lo sucedido jornadas atrás -siempre que esto haya sido negativo- y preparar el siguiente compromiso liguero con más esmero. Sobre todo, para aquellos equipos que, como le sucede al Deportivo Alavés, no cuentan con un amplio número de futbolistas seleccionados, pues, cabe recordar, Mamadou Loum y Facundo Pellistri son los únicos albiazules que han recibido la llamada de su país durante el actual impás.

Sin embargo, el tiempo muchas veces es traicionero y lo que a priori parece una ocasión para remontar el vuelo termina siendo un hecho completamente intrascendente. Algo sobre lo que, por cierto, sabe mucho el conjunto babazorro, quien, al contrario de lo que cualquiera de sus aficionados podría esperar, ha sufrido sobremanera siempre que ha vuelto a la acción tras dos semanas -e incluso más- sin tocar el balón de LaLiga.

Para encontrar el primer ejemplo de esto último hay que remontarse al mes de septiembre. Por aquel entonces, Javi Calleja dirigía al Alavés y, tras arrancar el curso con tres derrotas consecutivas (Real Madrid, Mallorca y Valencia), se afrontó un parón de 21 días como consecuencia de la propia jornada internacional y, asimismo, el aplazamiento de la visita al Estadio de La Cerámica, donde, en diciembre, el técnico madrileño daría por finalizada su etapa como albiazul.

Pues bien, a su regreso a la competición, el Glorioso no solo no puntuó, sino que realizó una de sus actuaciones más flojas hasta el momento. Esta fue en Mendizorroza y contra Osasuna, a quien dos pequeños destellos en la primera media hora de juego, uno de David García y otro de Roberto Torres -de penalti, además-, le sirvieron para llevarse la victoria (0-2) y, al mismo tiempo, ridiculizar el trabajo de preparación realizado por la escuadra vitoriana a lo largo de las tres semanas anteriores.

Posteriormente, la cosa no mejoró demasiado. El siguiente parón -este de 16 días- se dio en octubre y, en esta ocasión, el verdugo fue el Real Betis. Los pupilos de Manuel Pellegrini se presentaron en el Paseo de Cervantes y, siguiendo la estela marcada por los rojillos, cosecharon tres puntos para su casillero, aunque esta vez, eso sí, de manera más agónica, ya que el gol del triunfo verdiblanco (0-1) llegó en el minuto 89, cuando Joaquín aprovechó un grave error de la zaga babazorra para servirle el balón a placer a Borja Iglesias.

En ambos casos, y en los que llegaron después, el Alavés disputó un partido amistoso entremedias con el firme objetivo de no perder su ritmo de competición -Sevilla (1-2) en el Sánchez Pizjuán; Osasuna una vez en Tajonar (2-1) y otra en El Sadar (0-1); y Girondins de Burdeos en el Didier Deschamps (2-1)-, pero esto, al menos a la vista de los resultados posteriores, nunca tuvo especial relevancia.

Ahora bien, el penúltimo impás de selecciones -el anterior al actual- no fue tan negativo como los dos primeros. Este fue en noviembre, cuando se pasó por la dinámica más positiva de toda la temporada; y, por entonces, los hombres de Calleja consiguieron empatar con el cuadro hispalense en Nervión, donde, hasta ese momento, ningún equipo había logrado sumar en liga. Sin olvidar, además, que los albiazules estuvieron muy cerca de llevarse la contienda.

Por tanto, el rédito obtenido por el Glorioso después de los parones internacionales ha sido de un punto sobre nueve. Una cruda realidad que este sábado será difícil de cambiar, porque el Atlético de Madrid y el Metropolitano no son ni el rival ni el lugar ideal para ello, pero que no debe intimidar a los babazorros. Sobre todo, tras la derrota ante el Granada, pues, en la situación actual, cada partido lejos de Mendizorroza es una oportunidad con mucho que ganar y muy poco que perder.

Más aún si se tiene en cuenta que, al contrario que su rival, el Alavés está centrado en un único objetivo. Y es que, pese a que el Cholo Simeone tratará de evitarlo, lo más normal sería que, con el título liguero ya imposible, los futbolistas colchoneros tuvieran la cabeza en el Etihad Stadium, donde el próximo martes se enfrentarán al Manchester City en los cuartos de final de la Liga de Campeones.

Sesión del lunes. Hasta nuevo aviso, Saúl García será el único relevo de Rubén Duarte con el que podrá contar José Luis Mendilibar para su lateral izquierdo. Esto último se debe a que, según informó el Deportivo Alavés en el día de ayer, Javi López sufre una rotura muscular en su bíceps femoral que le mantendrá alejado de los terrenos de juego durante varias semanas. Cabe recordar que, a lo largo de presente temporada, el futbolista canario únicamente ha participado en siete encuentros ligueros -cuatro de ellos como titular- y su protagonismo siempre ha llegado cuando el defensor almeriense ha estado lesionado o sancionado. Si por algún casual esto volviese a suceder, el elegido por el técnico de Zaldibar para ocupar el carril zurdo debería ser el mencionado Saúl, quien, por su parte, tan solo ha disputado tres minutos como albiazul en la máxima categoría -y fueron contra el Atlético en Mendizorroza-.