Aunque las historias del Deportivo Alavés y del Getafe son bastante dispares, lo cierto es que, si se echa un vistazo a sus respectivas trayectorias desde comienzos de siglo, ambos clubes comparten varias semejanzas. Muchas de ellas, además, están alejadas del presente más inmediato, pues, en este sentido, también son muy similares sus objetivos para la actual temporada, el estado de forma en el que llegan a su enfrentamiento de mañana o, incluso, la tarea pendiente que uno y otro tienen con el gol.
No obstante, esto último no es relevante en esta ocasión, en la que se pretende ir más allá de la actualidad. Para empezar, tanto albiazules como azulones son lo que son hoy en día gracias, en parte, a la influencia que tuvo en ellos José Bordalás. El técnico pasó primero por el banquillo del Paseo de Cervantes y, pese a solo permanecer una campaña al frente del equipo babazorro, dejó una huella imborrable en el aspecto deportivo y personal.
Sin ir más lejos, el cántico “Es que yo sin ti, Bordalás, no sabría cómo subir. ¡Llévame a Primera, llévame a Primera!”, que retumbó durante meses en Mendizorroza, lo dice todo. El alicantino se ganó a la afición alavesista, reticente en un principio, a base de pura dedicación y compromiso y, asimismo, logró devolver al conjunto vitoriano a la máxima categoría, la cual no se pisaba desde el ejercicio 2005-06.
Ahora bien, tal éxito no obtuvo recompensa y, poco después de terminar el curso, Bordalás se vio obligado a dejar tierras gasteiztarras para dejar su sitio a Mauricio Pellegrino. Sin embargo, su etapa alejado de los terrenos de juego no duró mucho, pues el Getafe, quien, recién descendido, ocupaba la penúltima posición de la división de plata, llamó a su puerta con el objetivo de revertir la situación. Algo que consiguió el entrenador valenciano, que acabó certificando otro ascenso, aunque este mediante el play off, a la élite.
Otra similitud está relacionada con la Copa de la UEFA -actual Europa League, en la que ambos equipos vivieron varias de las mejores noches de su historia. En este sentido, el Alavés (2000-01) llegó hasta la gran final del Westfalenstadion, donde cayó de pie frente a un todopoderoso Liverpool -previamente, además, había vencido a otro titán como el Inter de Milán-; y el EuroGeta, por su parte, compitió cara a cara ante el Bayern de Múnich, que, tras el empate a uno en el Allianz Arena, se hizo con el billete para las semifinales gracias a un doblete de Luca Toni en los últimos cinco minutos de la prórroga en el Coliseum Alfonso Pérez.
Eso sí, los azulones también saben lo que es disputar finales. En concreto, jugaron dos consecutivas de la Copa del Rey, pero, al igual que el Glorioso, no tuvieron suerte. Ellos perdieron contra el Sevilla (2006-07, 0-1) y el Valencia (2007-08, 1-3) y la escuadra albiazul no pudo con el FC Barcelona (2016-17, 1-3) en el Vicente Calderón, que se despidió con más de 20.000 seguidores babazorros en sus gradas.
17 años en la élite
Por otro lado, el Alavés y el Getafe comparten también el número de temporadas en Primera División. Uno y otro suman 17 cursos en la máxima categoría, pero cabe recordar que los de los vitorianos no han sido de forma tan consecutiva. Sobre todo, si se tiene en cuenta que los madrileños debutaron en la élite en 2004 y, desde ese momento, solo han dejado de formar parte de esta en una ocasión.
Asimismo, pese a la igualdad en la cifra, lo cierto es que el conjunto getafense cuenta con un amplio colchón en la clasificación histórica de LaLiga respecto a los gasteiztarras. Específicamente, el club del Coliseum ocupa la vigesimotercera posición con 769 puntos mientras que, después de superar hace muy poco al Levante, el de Mendizorroza está vigesimosexto con 609.
Para finalizar, entre los distintos futbolistas que han vestido ambas camisetas, el más destacado es Cosmin Contra. El lateral rumano fue uno de los hombres clave de Mané para conseguir la clasificación a la Copa de la UEFA y, posteriormente, plantarse en Dortmund -lugar en el que se destapó como uno de los mejores carrileros del continente-; y también lo fue en Getafe, donde permaneció primero como jugador entre 2005 y 2010 y, más tarde, como entrenador durante dos campañas incompletas.