Partido loco el que se vivió en el Nuevo Los Cármenes, en el que se pudo ver dos versiones muy distintas del Deportivo Alavés en la primera y en la segunda parte, y en el que los errores, que llegaron por parte de las defensas de ambos conjuntos, fueron mejor aprovechados por un Granada que gracias a la victoria supera a los gasteiztarras en la clasificación.

Calleja volvió a alinear a los mismo once jugadores que en los duelos contra el Celta y el Sevilla, con el único cambio obligado de Javi López en lugar del sancionado Duarte. Enfrente, un Granada mermado por las bajas que demostró en el arranque del encuentro tener más urgencia y ganas de llevarse la victoria y poner tierra de por medio con el descenso que el Alavés, al que en muchas jugadas se le adivinó cierta falta de concentración o excesiva calma en comparación con un Granada más agresivo en la presión y en los balones divididos.

El cuadro gasteiztarra intentó salir desde atrás con el balón jugado, aunque de una manera demasiado previsible, ya que los laterales se quedaban constantemente sin opciones, provocando pérdidas en campo propio y que el Granada pudiera recuperar cerca del área de Pacheco.

Así las cosas, el gol local era cuestión de tiempo y Puertas, que ya había avisado anteriormente con un remate de cabeza, logró batir a Pacheco a los 15 minutos de juego. Luis Suárez entró en el área tras un eslalon en el que dejó atrás a Loum y a Moya, se encontró con Laguardia y el zaguero aragonés, en despeje defectuoso, se la dejó al diez en el borde del área, que, con espacio y tiempo de sobra para armar la pierna, fusiló a Pacheco con un disparo a media altura ajustado al palo derecho, como si de un entrenamiento se tratara.

El tanto dejó tocado a los albiazules, que por momentos parecía que, aprovechando el diseño de su camiseta visitante, buscaban camuflarse y pasar desapercibidos. Rozó el gol con un disparo de Toni Moya desde el borde del área, sí, pero sus únicos acercamientos llegaron a raíz de errores en la circulación del Granada o jugadas a balón parado. De hecho, la mejor noticia para los de Calleja, en una de sus peores primeras partes de las últimas semanas, fue llegar al descanso con solo un gol de desventaja.

ERROR CLAMOROSO

El Alavés necesitaba reaccionar de alguna manera y tuvo la oportunidad de asestar una estocada al Granada nada más comenzar la segunda parte, con una llegada de Rioja por banda, que cedió atrás para Toni Moya y el excolchonero, totalmente solo en el borde del área pequeña a puerta vacía, colocó mal el pie y no consiguió empujarla a la red cuando sus compañeros ya cantaban el gol.

La oportunidad, aunque desastrosamente ejecutada, encendió al Alavés, muy mejorado en la segunda mitad, sobre todo a partir de la entrada de Manu García, que dotó de fluidez al centro del campo babazorro y ayudó a encontrar a Rioja y a Edgar, desaparecidos en la primera mitad, mediante sus pases filtrados a la espalda de la defensa.

Las carencias de la zaga de circunstancias del Granada empezaron a salir a la luz y a punto estuvo de llegar el gol visitante en una volea de Rioja, que salvó Maximiano con un paradón en la escuadra. A pesar del asedio albiazul, tuvo que ser el propio Granada el que anotara el gol del empate, con un defectuoso despeje de Abram a centro de Rioja que introdujo directamente en su propia portería.

Quedaban diez minutos por delante y el Alavés continuaba apretando en busca de cerrar la remontada, pero el partido todavía tenía reservado un trágico giro de guion para los gasteiztarras, ya que el Granada, en su única oportunidad reseñable de la segunda parte, logró llevarse la victoria. Lo logró gracias al balón parado, en un córner que remató Abram, golpeó al palo y Arias, aprovechando una desconexión general de la defensa y la lentitud de Pacheco a la hora de reaccionar, empujó el rechace dentro de la portería.

El poco tiempo que quedaba por delante, se esfumó con faltas y pérdidas de tiempo, condenando al Alavés a sumar su segunda derrota consecutiva en liga.