- Cien años de historia dan para muchos momentos especiales que el alavesismo conserva en su memoria y también para un buen puñado de goles que siguen tatuados en el recuerdo de todo aficionado albiazul. Los ascensos a todas las categorías posibles, la final de la Copa de la UEFA, la de la Copa del Rey o esos partidos memorables con dianas para la leyenda en los que se acabó celebrando una permanencia conforman esa retahíla de momentos imborrables del Glorioso.

La primera fecha reseñable fue el ascenso a la Serie A de Vizcaya, cuando el Alavés se impuso al Erandio en Ategorri el 12 de junio de 1927. En la temporada 1929-30 llegaron los dos primeros grandes éxitos del club, con la conquista del Campeonato de Vizcaya por delante del Athletic -que luego se proclamaría campeón de Liga y Copa, por lo que se llegó a bromear que El Glorioso era el mejor equipo de España- y del Arenas. Un éxito corroborado posteriormente con el ascenso a Primera División como campeón de Segunda en un curso para el recuerdo, en los que el club comenzó a forjarse su sobrenombre.

Tras esa primera etapa entre los mejores en la que el Alavés ya consiguió doblegar a los grandes, llegaron años de oscuridad tanto en la sociedad, que sufrió la Guerra Civil y la posguerra, como en el plano meramente deportivo. El equipo deambuló con más pena que otra cosa durante años, sin grandes gestas que celebrar y con más preocupación por sobrevivir que otra cosa. Como modesto, al menos se permitió conquistar la Copa Federación el 20 de junio de 1946. Francisco Méndez consiguió los tres goles albiazules para superar al Sueca en la final disputada en el estadio Metropolitano madrileño.

La siguiente gran celebración se vivió el 20 de abril de 1954, fecha del segundo ascenso alavesista a Primera. Tras una victoria en Mendizorroza ante el Escoriaza, se esperaba en el estadio la noticia de la derrota del Barakaldo en Avilés que confirmaba el campeonato liguero y el regreso a la élite. La caída fue de nuevo importante y llegaron otra vez años de oscuridad en los que la Tercera División se convirtió en una categoría tristemente recurrente que se abandonó, aunque no para siempre, con el ascenso de Las Margaritas del 26 de mayo de 1974, un 1-3 contra el Getafe con goles de Quintana, Pana y Uriarte, que sirvió para retornar a Segunda División.

Esa andadura por la categoría de plata le dio al club un renombre excepcional, llegando a conocerse al Alavés como el Barcelona de Segunda. No consiguió el ascenso por el que tanto peleó, pero para el recuerdo queda la visita del Barça de verdad a Mendizorroza y su derrota en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de 1978. El 15 de febrero de 1978, un gol de Eliseo Salamanca tumbaba a los culés, comandados por Johan Cruyff. En la vuelta en el Camp Nou se produciría la genial anécdota, cuando Valdano le pidió al holandés que dejase el balón en el césped cuando estaba mangoneando el partido a su antojo. “Con veinte años, a Cruyff se le trata de usted”, le espetó Johan al barbilampiño Valdano.

De nuevo, tras un período de esplendor, otra etapa de descenso a los infiernos. Vuelta al barro, del que se tardó años en salir. Fue en Elgoibar, el 1 de mayo de 1990, cuando dos goles de Biota sacaron al Alavés del pozo y marcaron el camino del crecimiento que vino después.

Tras cuatro intentos de ascenso frustrados a Segunda, a la quinta llegó la vencida en los recordados play off. Por el camino quedó el 8-5 contra el Real Unión en Mendizorroza del 30 de octubre de 1994 en una temporada que acabaría con el histórico regreso al fútbol profesional. Dos capítulos especiales se recuerdan de entonces. La remontada ante el Las Palmas del 17 de junio en Mendizorroza con goles de Iván Campo y Serrano con la afición coreando pío, pío, pum, pum y la consumación del ascenso el día 21 con una derrota dulce en Jaén gracias las noticias que un sonriente José Luis Compañón transmitía la derrota canaria en Gramanet.

Enero de 1998 también trae gratos recuerdos al alavesismo, con la victoria copera ante el Real Madrid con gol de Serrano el día 13 y la clasificación para la siguiente ronda en el Santiago Bernabéu el 21, cuando un gol de Pedro Riesco hizo insuficientes los dos de los blancos. Eso sí, para celebraciones, las del 3 de mayo de ese mismo año, cuando el Alavés certificaba su retorno a Primera tras 42 años de ausencia tras imponerse al Rayo en Mendizorroza con dos goles de Serrano y otro de Sívori que hicieron que La General explotase de júbilo con un hito histórico.

La dorada etapa de cinco temporadas del club en la élite dejó muchos momentos memorables. El primero, la salvación en la última jornada de la campaña 1998-99 con la victoria ante la Real Sociedad el 20 de junio en la última jornada con goles de Salinas y Magno. La siguiente campaña, la mejor en la historia del club en Primera, dejaría la victoria en el Bernabéu con gol de Azkoitia el 6 de mayo, definitiva para encarrilar la clasificación europea.

Y qué decir de la maravillosa andadura por la Copa de la UEFA, fuente de muchos recuerdos imborrables, como las eliminatorias contra el Inter de Milán o el Kaiserslautern, y la inolvidable final de Dortmund contra el Liverpool. El 16 de mayo de 2001, el Alavés fue el gran protagonista de la final más bonita de la historia del fútbol, con una remontada que se quedó sin el premio del título y el gol de Jordi Cruyff en el último minuto que forzó la prórroga y provocó que el alavesismo pensase que ser campeón era posible.

Ese mismo año, el 1 de diciembre, el equipo de Mané todavía se permitió el lujo de ser por primera vez en su historia líder de la máxima categoría, justo después de imponerse al Barcelona con goles de Llorens e Ibon Begoña.

Llegó después la oscuridad. El regreso a Primera con Piterman se celebró en Elche el 12 de junio de 2005 y el siguiente gran momento de efusividad se vivió por partida doble, pero para festejar una permanencia en Segunda. Con el club al borde del abismo, la remontada ante la Real Sociedad con gol en el último minuto de Toni Moral el 8 de junio de 2008 tuvo su continuidad una semana después, el 15, con un nuevo vuelco al marcador en Vigo para conservar la categoría.

Fue el último momento de éxtasis hasta que el 1 de junio de 2013 el Alavés dejaba atrás el pozo de la Segunda B tras imponerse a doble partido al Jaén con dos goles de Viguera de penalti. Precisamente, el cuadro andaluz sería el trágico invitado a una fiesta albiazul poco más de un año después, cuando el 7 de junio de 2014 Guzmán hacía realidad la profecía de Manu García de que el equipo se salvaría en el último minuto de la última jornada.

En 2016, el propio capitán se convertiría en gran protagonista del retorno a Primera División. El 26 de mayo firmaba el gol de la victoria en Barakaldo que dejaba encarrilado el ascenso y el 29 abría el marcador ante el Numancia para certificar el regreso a la élite.

Dos noches grandiosas más esperaban al Glorioso en su retorno a la élite. La del 8 de febrero de 2017 cuando un gol de Edgar clasificaba al Alavés para su primera final de Copa, que se disputaría en el Vicente Calderón contra el Barcelona el 27 de mayo. No menos recordado fue el volantazo a la preocupante trayectoria albiazul en el primer partido de Abelardo, con un triplete de Ibai Gómez para voltear el marcador en Girona el 4 de diciembre de 2017, así como el último momento de éxtasis en azul y blanco, el gol de Manu en el último minuto del duelo contra el Real Madrid que hizo estallar Mendizorroza el 6 de octubre de 2018.