Aseguraba un inolvidable programa de la televisión de los ochenta que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Y el Deportivo Alavés se encargó de confirmar ayer que esta teoría no ha perdido vigencia con el transcurrir de los años. Porque al igual que le sucedió en su estreno liguero ante el Betis, los graves errores defensivos que cometió le condenaron a sumar una nueva derrota. De nada le sirvió dar un paso adelante en sus prestaciones o estar a punto de hacer el segundo gol justo antes que su adversario. Todo se fue por el sumidero como consecuencia de unas concesiones que pagó muy caras.
De entrada el duelo ya nació torcido para El Glorioso, que debió dejar en Vitoria a dos piezas clave en sus esquemas. Tanto Tomás Pina como Lucas Pérez se convirtieron en bajas de última hora tras sufrir molestias musculares (en los isquiotibiales) en el entrenamiento del sábado y Pablo Machín recurrió al canterano Abdallahi y a Deyverson para sustituirlos en el once inicial. Junto a ellos también se estrenó Lejeune, que ocupó el puesto de Rubén Duarte.
Por si la situación no se hubiera complicado ya lo suficiente, casi sin romper a sudar, el conjunto albiazul se empeñó en empinar aún más la cuesta hacia la victoria. Su primer acercamiento a las inmediaciones de Rui Silva concluyó casi en la línea de fondo del Granada con Edgar perdiendo la pelota ante Machís. Y de ahí, de una acción que jamás debió tener la más mínima trascendencia, nació el primer gol del Granada. El venezolano ejecutó una potente patada a seguir más propia del rugby y eso fue todo lo que necesitó el veterano Roberto Soldado para dejar en evidencia a Ely. Partiendo desde su propio campo retrató en el sprint al central, incapaz de seguirle, y de un tiro cruzado batió a Pacheco.
Nada más comenzar, un jarro de agua helada que, como no podía ser de otra manera descompuso a la escuadra visitante. La estructura vitoriana, todavía en hilvanes, empezó a tambalearse y el Granada se adueñó del duelo. Con Machís disfrutando a su antojo por la banda izquierda y gozando del control del centro del campo, el Granada se dedicó a madurar el partido. Parecía solo cuestión de tiempo que llegase el segundo tanto local.
Sin embargo el fútbol acostumbra a ser caprichoso y decidió darle una segunda oportunidad a los de Machín. El siempre peleón Deyverson provocó una falta en la frontal del área y Joselu la ejecutó con potencia buscando el palo del portero. Para cuando Rui Silva quiso reaccionar, la pelota ya estaba en el fondo de la red.
Lo que se antojaba un bálsamo para los albiazules no logró, sin embargo, tranquilizarles y pese a restablecer las tablas en el marcador siguieron sufriendo hasta el descanso. Es cierto que Soldado estrelló el balón en el poste de su propia portería al intentar despejar un córner botado por Rioja, pero no lo es menos que los andaluces disfrutaron de varias ocasiones claras que solo su falta de puntería evitó que se transformaran en gol.
Con este peligroso escenario, en la pausa el técnico albiazul decidió reformular su propuesta y dio entrada a Ximo Navarro y Rubén Duarte por unos desacertados Ely y Abdallahi. El equipo pasó entonces a formar con un 4-4-2 clásico y el cambio surtió efecto. El Alavés tapó las vías de agua que tanto le habían hecho sufrir hasta entonces y, poco a poco, comenzó a inclinar el control del partido de su lado. Pacheco fue un mero espectador durante esos minutos y el Granada parecía empezar a dar por bueno el empate.
Se produjo entonces la doble acción que decidió la contienda. En el minuto 77, un centro de Rubén Duarte encontró a Edgar completamente solo en el segundo palo. El canario remató a bocajarro pero Rui Silva tocó lo justo para desviar al larguero y, ya en el suelo, golpeó con los tacos al albiazul sin que el árbitro señalase penalti. En la jugada inmediatamente posterior, se repitió la escena en el área vitoriana. Los centrales dejaron pasar un centro cruzado, Machís le ganó la espalda a Duarte y aunque Pacheco detuvo en una acción magistral su primer remate, nada pudo hacer ya cuando su rechace volvió a caerle al venezolano. Otro grave error y un duro castigo ya imposible de levantar por los albiazules que, desgraciadamente, volvieron a tropezar en la misma piedra.
Joselu
Hizo el gol vitoriano en un espectacular lanzamiento de falta en el que contó con la colaboración de Rui Silva y por él pasó todo el peligro que generó el equipo en Granada.
Rodrigo Ely
Quedó retratado en el sprint ante Soldado que propició el primer gol. Muy inseguro e impreciso como eje de la zaga en todas las acciones hasta que fue sustituido en el descanso.
2
1
Estadio Nuevo Los Cármenes.
Árbitro Del Cerro Grande (madrileño).
Granada
13. Aarón; 6. Germán (84'); 16. Víctor Díaz (90'); 17. Quini; 8. Eteki; 12. Azeez; 19. Montoro (64'); 7. Antoñín; 14. Fede Vico; 23. Jorge Molina (84'); 24 Kenedy (64'); 26. Soro.
Alavés
13. Sivera; 31. Aritz; 3. Rubén Duarte (46'); 21. Martin; 23. Ximo Navarro (46'); 26. Javi López; 27. Sergi García; 28. Pepe Blanco; 29. Borja Sainz (72'); 10. Guidetti (88').
1-0, minuto 7: Soldado. Pase desde casi la línea de fondo de Machís para Soldado que retrata a Ely en un sprint desde su propio campo y bate a Pacheco de tiro cruzado.
1-1, minuto 22: Joselu. El gallego ejecuta con potencia una falta desde la frontal del área buscando el palo de Rui Silva y el guardameta no llega a tocar la pelota.
2-1, minuto 78: Machís. Error de la defensa que deja pasar un balón cruzado al segundo palo, donde aparece Machís solo. Pacheco detiene su primer remate pero el rechace le vuelve a caer al venezolano que, de nuevo solo, envía el balón a la red.
Amonestó a Edgar Méndez (minuto 24), Battaglia (minuto 26) y Lejeune (minuto 48).
Pablo Machín El entrenador soriano continúa sin conseguir estrenar la cuenta de puntos del 'Glorioso'. Pese a la mejoría mostrada, el equipo volvió a incidir en los graves errores defensivos, un debe muy peligroso que ha de corregir de inmediato si desea evitarse disgustos. En el descanso cambió el dibujo táctico y, apostando por un más clásico 4-4-2, logró que el control de la contienda fuese vitoriano y desactivar las vías de peligro locales hasta que llegó el 'regalo' a Machís.
Contracorriente Las bajas de última hora de dos piezas clave como Tomás Pina y Lucas Pérez fueron la primera piedra en el camino albiazul. Después el grave error que propició el tanto de Soldado nada más arrancar el encuentro hizo que el camino hacia la victoria fuese todavía más empinado.
Reacción malograda El Alavés logró recomponer la situación con el tanto de Joselu en la primera parte pese a estar a merced de su adversario durante muchos minutos. Tras el descanso Machín recompuso el equipo y, renunciando a su sistema más habitual, consiguió inclinar la balanza del lado albiazul. Sin embargo, los graves errores defensivos y la falta de puntería en la acción clave propiciaron que ese esfuerzo no se viera recompensado.
Edgar tuvo en sus botas el 1-2 pero Rui Silva desvió el balón al larguero para después golpear al canario sin que el árbitro señalase penalti