- Con la vuelta a la competición ya a menos de tres semanas vista, el capitán del Deportivo Alavés, Manu García, quiso lanzar ayer un aviso claro de los posibles riesgos que va a tener esta resolución de la temporada a velocidad de vértigo y la necesidad que tiene el equipo de entrar en dinámica competitiva muy rápido para no arriesgarse a verse envuelto en una espiral de negatividad que ponga en riesgo el objetivo de la permanencia. Por eso, el vitoriano no dudó a la hora de calificar como "una final" el duelo de reinicio del curso contra el Espanyol, ya que considera que arrancar con un mal resultado podría conducir a incrementar el estrés del colectivo y a poner en riesgo el objetivo de la permanencia a las puertas de celebrar el centenario del Glorioso.
"El primer partido ya será fundamental para nosotros y va a marcar mucho el objetivo, si lo logramos o si se complica. Salir reforzado o derrotado te puede marcar todo en cadena. Vamos a tener que ser fuertes mentalmente y es fundamental dar una buena respuesta en ese primer partido. Contra el Espanyol va a ser una final y va a marcar mucho para el objetivo", indicó.
No en vano, en estos momentos para Manu y para todos el mundo del fútbol las incógnitas prevalecen después del confinamiento: "Venimos de estar parados un tiempo muy largo, el trabajo no es todavía normal y no vamos a tener amistosos. Todo es una incógnita. Es una situación nueva y no sabemos cómo vamos a responder. Necesitamos sacar tres o cuatro partidos en un espacio de tiempo muy corto. Cada victoria o derrota va a marcar el siguiente partido, que viene muy pronto. Esperemos dar un cambio mental porque la competición está ahí y vamos a tener mucha tensión. Va a ser muy importante empezar bien porque los primeros resultados van a marcar. Hay que tener mentalidad competitiva desde ya".
Entre las cuestiones novedosas, el hecho de jugar sin público, una cuestión que el capitán alavesista considera como una desventaja clara para el Alavés por la relevancia que tiene Mendizorroza en su rendimiento. "Jugar sin público es algo muy triste y nos debilita claramente. Siempre le hemos dado mucha importancia a la capacidad de Mendizorroza de incrementar nuestro rendimiento y eso va a ser un hándicap que debemos superar", incidió.
El vestuario alavesista se vio fuertemente golpeado por el virus, pero de momento no hay miedo en el equipo. "Cuando entras a jugar eso se olvida. Confiamos en no estar contagiados y que todo vaya bien, aunque la realidad es que no tenemos seguridad. Nos hemos mantenido unidos y tranquilos, cerca de los compañeros infectados y su recuperación ha sido buena. No percibo miedo porque las pruebas han salido bien, pero estamos a la expectativa de los test después del trabajo en grupos porque si hay contagios el final de la temporada estaría en riesgo. No tenemos seguridad y es un riesgo que nos está tocando asumir porque no hemos tenido mucha capacidad de decisión", continuó el centrocampista.
También, como capitán, le ha tocado lidiar con las complejas negociaciones para la reducción salarial de la plantilla: "Nos ha quitado muchas horas y no ha sido agradable. Lo importante era mantener la plantilla unida porque desde el primer momento creíamos que se iba a reanudar la competición y los compañeros han respondido muy bien".
Una unidad que considera fundamental en el objetivo de conseguir la salvación y así celebrar el centenario del club en Primera después de su renovación. "El único pensamiento que tengo es que celebremos el centenario todos juntos, afición, equipo y jugadores. El mayor aliciente de esta plantilla es salvar la categoría en estas circunstancias para volver a ver Mendizorroza lleno el año de nuestro centenario y en Primera", concluyó.
"Celebrar el centenario en Mendizorroza todos juntos con la afición es el mayor aliciente"
Jugador del Deportivo Alavés
"No percibo miedo y confiamos en no estar infectados, pero no tenemos esa seguridad"
"Todo es una incógnita porque nadie puede saber cómo va a responder cada uno"