La internacionalización de su proyecto era uno de los pilares sobre los que el Deportivo Alavés pretendía asentar su crecimiento de cara al futuro mediante la explotación de recursos poco habituales en el mundo del fútbol, pero dicho plan ha sufrido un importante revés al haberse roto el acuerdo de gestión que tenía con el Football Club Sochaux-Montbéliard hasta la temporada 2020-21, según desveló en su edición de ayer el diario L’Équipe, que señalaba que la relación lleva más de un mes finiquitada de común acuerdo entre ambas partes. Tras una colaboración durante la pasada campaña que concluyó con la firma de un acuerdo el pasado mes de abril para que el Grupo Baskonia-Alavés tomase los mandos de la dirección del club galo en las parcelas económica y deportiva durante tres cursos, los planes trazados desde Vitoria no han llegado a buen puerto. Ni existe la opción de hacerse con la propiedad del conjunto que en estos momentos milita en la segunda categoría del fútbol francés y que se encuentra en una situación económica muy delicada -está amenazado con el descenso administrativo cuando concluya el presente curso por no cumplir con los parámetros exigidos por la Dirección Nacional de Control y Gestión- y que pertenece al empresario chino Wang Sang Li ni tampoco se comparten los puntos de vista y las decisiones, en muchos casos unilaterales, que en los últimos meses ha tomado el que es presidente del Sochaux. Así, las dos partes han decidido poner punto final a la relación, aunque parte de la colaboración -principalmente, la continuidad de varios de los jugadores que el Alavés tiene cedidos, además del director general y el deportivo- seguirá vigente hasta el final del presente curso.

El objetivo final del Grupo Baskonia-Alavés, del que su director general Haritz Querejeta ha ejercido como líder, era hacerse con el control accionarial del Sochaux, pero la imposibilidad de acometer ese paso en primera instancia condujo a la firma de un convenio de gestión por tres temporadas. Sobre el papel, los empleados enviados desde Vitoria iban a ser los encargados de la toma de decisiones tanto en lo referente a lo económico como en la parcela deportiva, pero en ambas se han encontrado con serias divergencias con el presidente y máximo accionista del club galo, sobre todo en los métodos utilizados para la reducción de gastos y la elección de entrenadores y jugadores para la plantilla. De la misma manera, y según desvelaba el periódico Est Republicain, Wang Sang Li ha hecho oídos sordos a la opción de vender su paquete accionarial y públicamente ha expresado su preferencia de escuchar a otros posibles compradores. Según este diario, la gota que colmó el vaso fue llegó a finales del mes de noviembre tras la destitución consensuada como entrenador de José Manuel Aira: desde la gestión alavesa se apostó por Olivier Guégan, pero el mandatario puso al frente del banquillo a Omar Daf.

Querejeta se explica “En septiembre preguntamos por la posibilidad de comprar el club, pero no nos han respondido. Por lo tanto, es mejor detenerse aquí porque necesitábamos continuar nuestro trabajo en buenas condiciones y así no es posible. Había muchas cosas que no podíamos cambiar. Se había vuelto muy difícil, no teníamos autoridad sobre las cosas importantes... Así que es mejor así. Es una pena que no podamos aplicar el proyecto de desarrollo que queríamos implementar en estos tres años. Lo mejor es dar un paso atrás en los compromisos adquiridos y avanzar hacia otros proyectos mientras seguimos colaborando con el Sochaux de otra manera”, aseguró Haritz Querejeta en declaraciones a Est Republicain.

El director general del Grupo Alavés-Baskonia aseguró que el director deportivo, David Vizcaíno, va a seguir en su puesto hasta el final de la temporada y que también continuarán en el club “todos los jugadores que quiera el entrenador” y que se encuentran en el Sochaux cedidos por la entidad del Paseo de Cervantes, como son los casos de Ermedin Demirovic, Einar Galilea, Nando, Rafa Páez o Rafa Navarro.

La ruptura con el Sochaux supone la segunda vía que se le ha roto al Alavés en el proceso de internacionalización que inició en 2017 y que, hasta la fecha, está deparando más tristezas que alegrías. La entrada en el club galo suponía la gran apuesta de la entidad del Paseo de Cervantes, que arrancó su política de expansión en Croacia con su entrada en el NK Rudes, una relación que, tras poco más de un año de vigencia, se rompió al final del pasado curso para continuar en la máxima categoría del país balcánico mediante la adquisición del NK Istra 1961. En enero de 2018, el club vitoriano desembarcó en la tercera categoría del fútbol de Finlandia mediante un acuerdo de colaboración con el JS Hercules, pionero en el uso de metodología informática aplicada al balompié. Este proceso de internacionalización había vivido su último episodio el pasado mes de noviembre, con el convenio suscrito con el Kagoshima United japonés.