Vitoria - Asociar el dinero de los jeques a los grandes clubes de fútbol se ha convertido en una costumbre en el panorama actual, pero lo cierto es que en España esa situación es una excepción única representada en Málaga por Abdullah bin Nasser Al Thani. En junio de 2010, este empresario ligado a multitud de conglomerados y miembro de la familia real de Catar y de su gobierno y con una fortuna estimada en 20.000 millones de euros, desembarcó en el club de la capital de la Costa del Sol con la intención de conducirle hacia un salto de calidad y, al tiempo, asentarse en Málaga y desarrollar allí importantes proyectos empresariales. Al Thani ha comenzado su séptima temporada como presidente del club, lo que le convierte en el más estable en el puesto de la entidad durante su andadura histórica en Primera División, pero han sido seis años plagados de vaivenes, en los que se ha pasado de inversiones millonarias a contención absoluta en el gasto, aliñados de conatos de desaparición, larguísimas estancias lejos de la ciudad y varios intentos de venta del club infructuosos. De jeque rico a jeque pobre.
“Queremos hacer un equipo que sea capaz de pelear con los grandes de la Liga”. Dicho y hecho. Al Thani desembarcó en Málaga en el verano de 2010, haciéndose con la propiedad a cambio de 30 millones de euros. Lo hizo exhibiendo músculo económico, con el objetivo de elevar al máximo las prestaciones del club de Martiricos. Solo en fichajes, se gastó 25 millones en su primera campaña, cifra que ascendería hasta los 60 en la segunda. Con Manuel Pellegrini al frente, los Cazorla, Demichelis, Isco, Van Nistelrooy, Rondón, Toulalan, Monreal o Joaquín consiguen al final de la campaña 2011-12 la clasificación para la Liga de Campeones tras ser cuartos en Liga. Hasta le pusieron su nombre a una rotonda en Málaga, aunque no tardarían en retirárselo con lo que vino después.
Llegado ese momento de máximo esplendor, la inversión desaparece de repente. De club comprador, el Málaga pasa a vendedor. Nunca se ha explicado públicamente la razón de ese cambio de tendencia, pero en el entorno del Málaga se señala a un proyecto empresarial del jeque que aún hoy sigue empantanado como el motivo. Al Thani tiene la concesión para la remodelación del puerto deportivo La Bajadilla de Marbella, pero la misma no se ha puesto en marcha desde que se pactase en 2011. Dicha obra fue el motivo para su desembarco en el club de fútbol, pero una vez concretado en proyecto nunca se ha puesto en marcha por sucesivos incumplimientos de contrato ya denunciados. En estos días, el Consistorio intenta revocar la concesión y el chino Grupo Wanda ya se ha interesado por hacerse con la licencia.
de comprar a vender Comienza entonces un proceso de venta de activos y en ese verano de 2012 el club ingresa algo más de 40 millones en traspasos. Pese a ello, la competitividad del equipo no se resiente y se queda a escasos segundos de clasificarse para las semifinales de la Champions, además de concluir sexto en España. Pero no regresaría a Europa la siguiente temporada, ya que el club estaba financieramente ahogado y las denuncias por impagos de sus futbolistas condujeron a la decisión de la UEFA de impedirle participar en competiciones continentales durante un año.
Para autofinanciarse y sanear sus cuentas, el Málaga prosiguió verano tras verano con su capítulo de ventas. Casi 38 millones ingresó en 2013, cerca de 20 en 2014 y su récord llegó en 2015 con 46,6 millones recabados en traspasos. Durante esas temporadas los gastos se minimizaron y, pese a ello, el equipo siempre ha estado más cerca de Europa que del descenso. Fue merced a una gestión interna brillante durante las constantes desapariciones del mandatario liderada por Vicente Casado, al que el catarí echó del club hace un año acusándole de administración desleal dentro de un club en el que los cambios entre sus hombres de confianza han sido una constante -Abdullah Ghubn y Moayad Shatat, sus antiguos colaboradores más cercanos, fueron acusados de espionaje- y donde ya tiene varios familiares como asesores. Después de esos cambios de hace un año, la tendencia de ingresar muchísimo más de lo que se gasta cambió en el último mercado, coincidiendo con la reaparición del ya rebautizado como jeque pobre.
Tras una de sus largas desapariciones de Málaga que hicieron circular de nuevo los rumores acerca de su marcha definitiva, Al Thani -al que le encanta mandar mensajes a través de Twitter- regresó en julio a la capital costasoleña tras ausentarse durante un mes por el Ramadán, acometió un gasto superior a los diez millones de euros en fichajes y no traspasó a ninguno de sus referentes como en veranos anteriores. Además, para mostrar su implicación con el club, estuvo por primera vez desde que es presidente en la gira europea al lado del equipo. En su primer discurso en seis años, habló de una nueva academia, reformas en La Rosaleda y de volver a formar un equipo de máximo nivel competitivo. Otro capítulo en los vaivenes desde que hace seis años desembarcara en el Málaga el jeque rico que se volvió pobre.