Vitoria - El valor de Fernando Pacheco -lleva una temporada colosal y unas últimas jornadas en las que ha sido determinante para sumar varios puntos- se incrementa a la misma velocidad que la dependencia de este Deportivo Alavés de que la portería defendida por el guardameta extremeño se mantenga imbatida. La solidez defensiva ha sido el pilar fundamental sobre el que se ha asentado el gran rendimiento del colectivo desde el arranque del curso, pero en las últimas semanas está cobrando todavía más valor. Y es que El Glorioso no cuenta, al menos en este tramo de la competición, con la facilidad para conseguir goles que evidencian otros rivales y encajar algún tanto hace que los partidos se le pongan cuesta arriba y las victorias se conviertan en un objetivo prácticamente imposible. Cuando Pacheco, perfectamente resguardado por el fenomenal trabajo defensivo de todo el colectivo, echa el candado, este Alavés es un equipo al que difícilmente se le escapa la victoria. En cambio, cuando se recibe algún mazazo, y más aún en las últimas jornadas, levantarse se convierte en una tarea excesivamente ardua ya que no se cuenta con una pegada tremebunda en la ofensiva.
El empate en Oviedo vino a corroborar esa tendencia mostrada por el equipo de José Bordalás a lo largo de toda la temporada y que se ha visto agravada en unas últimas jornadas en las que está costando mucho perforar las porterías rivales. En los once partidos más recientes en el calendario, el cuadro albiazul ha conseguido marcar siempre, pero solo en dos compromisos lo ha hecho en más de una ocasión, los dos tantos que marcó en Valladolid y los tres que le endosó al Athletic.
Tiene en estos momentos el Alavés mucha menos pegada que la que exhibió en los albores del curso y por eso es aún más importante que Fernando Pacheco sea capaz de mantener su portería a cero. Y es que, en estos momentos, la capacidad del equipo para ganar habiendo recibido un tanto en contra es prácticamente nula porque le está costando mucho marcar.
El reseñado triunfo en Valladolid es el que rompe la regla de las últimas jornadas, ya que fue el único de la serie en la que el cuadro albiazul fue capaz de ganar habiendo encajado un gol. Contra Alcorcón, Nàstic y Oviedo se dejaron pelos en la gatera al no ser capaz el conjunto vitoriano de contrarrestar los aciertos de sus oponentes.
Los números del curso en este sentido son tremendamente esclarecedores, ya que diez de las trece victorias que ha amarrado El Glorioso han llegado dejando al oponente en blanco. A la citada excepción de Valladolid hay que añadir las de Huesca y Córdoba en la primera fase del curso, aunque en el caso de los aragoneses sus dos tantos llegaron cuando los albiazules ya manejaban un 0-3 en el marcador.
Con el rosco en el marcador rival, el Alavés solo ha dejado escapar dos puntos. Once veces ha dejado Fernando Pacheco su portería a cero y diez han sido las victorias cosechadas, siendo el Leganés el único capaz de robarles un par de puntos a los vitorianos sin marcar.
Con la igualdad como premisa más evidente del futuro inmediato, para el Alavés mantenerse como uno de los equipos menos goleados de la Liga Adelante se presenta como un factor clave en sus aspiraciones de pelear por el ascenso. La eficacia en el ataque del arranque del curso parece difícil de recuperar de manera permanente, por lo que seguir afianzando el trabajo defensivo en torno a la figura de Fernando Pacheco será fundamental para un equipo letal cuando no encaja goles, pero demasiado vulnerable últimamente cuando los recibe.