Ojos malaveses sobre el emergente fútbol alemán
Iñaki Bea el exjugador de amurrio gestiona desde hace dos años, y desde Innsbruck (Austria), la llegada de jóvenes promesas españolas a las ligas de Europa central
Vitoria - A Iñaki Bea (Amurrio, 1978) el fútbol le ha llevado muy lejos de su Álava natal, tanto como hasta Innsbruck, la capital del Tirol austríaco. Ya cuando era profesional en el mundo del balompié todo el mundo le diagnosticaba un futuro dentro de los despachos futbolísticos. Lo que pocos esperaban es que fuese a través de la gestión de fichajes, de la apertura del mercado de Europa central para los futbolistas españoles y también del análisis de los jugadores que surjan en esa zona tan desconocida. Enrolado desde 2012 en la empresa Promoesport, el alavés se ha convertido en un intermediario en el siempre complejo mercado del fútbol.
Bea fue uno de los pioneros del fútbol español, uno de los primeros en hacer las maletas para competir en otros países. Ahora es algo más habitual, pero raro era el que abandonaba el país allá por 2009. Eran tiempos de vacas mucho más gordas, cierto es. Entonces, tras sufrir con el Murcia el descenso a Segunda B, el defensa de Amurrio hizo el petate. Lo que no sabía entonces es que era para no volver. El central jugó durante tres temporadas en el Wacker Innsbruck austríaco, un equipo de la zona media de la Bundesliga de ese país, y poco después recaló en el vestuario del SV Kickers Pforzheim, un equipo de categoría regional de Alemania donde colgó las botas. Fue entonces cuando una oferta le hizo replantearse su futuro en el país germano. "Cuando salí del Wacker Innsbruck fui al SV Kickers Pforzheim y allí no encontré motivación suficiente para seguir. Me quedé viviendo en Alemania, ya que conocí a un agente que me propuso que trabajara para él porque quería tener más entrada en el mercado español. Esta información se ve que llegó a oídos de Unai Vergara, de Promoesport, y se pusieron en contacto conmigo para plantearme una oferta". El de Amurrio aceptó y cambió su residencia a Innsbruck, donde gracias a su pasado goza de un nombre "y todo es mas fácil", explica.
En diciembre de 2012, el central se convierte en una pieza que intenta abrir el zoco de Europa central al mercado español. Vías que anteriormente era poco o nada exploradas y que Iñaki Bea conocía bastante bien de su experiencia como jugador. Así, a través de contactos, reuniones, llamadas y encuentros, Promoesport intenta encontrar nuevos destinos para los futbolistas estatales, pero también importar talento de esa zona del mapa continental. "Hacer una operación internacional en jugadores de nivel medio-bajo es bastante complicado y lo que tratamos es de ayudar a que los futbolistas tengan las mayores opciones posibles. Estamos trayendo jugadores a Austria, Suiza y Alemania, pero sin descuidar otros mercados y también en la otra dirección, llevando talentos de estos países a España. Son los casos de Ebert e Ivanschitz", detalla.
El alavés ejerce también de cicerone con los futbolistas que llegan a sus dominios procedentes de España. "La mayor satisfacción es poder vivir experiencias con jugadores, ver cómo llegan a un país nuevo y les puedes ayudar con el idioma, la vivienda, el día a día. Y, claro está, en el plano deportivo cuando ves que el chico que has traído y por el que han apostado despunta".
Ese es el lado positivo, ya que en la balanza también hay un apartado negativo. La desconfianza de los clubes hacia lo desconocido, las horas de trabajo muchas veces desperdiciadas y, sobre todo, los desplantes dentro de un mundo, el del fútbol, en el que las cuchilladas y los cambios de ideas están a la orden del día. "Una vez recorrí 600 kilómetros hasta Cottbus para hablar con el director deportivo. Llegué puntual a pesar de la nevada que cayó. Me senté, llegó el director y me dijo que la filosofía de su club era no fichar extranjeros. Me dio las gracias y me marché", se lamenta aún hoy.
bundesliga vs liga bbva Asentado en Austria y con un gran conocimiento del fútbol alemán, el amurrioarra compara las diferencias existentes entre el fútbol germano, tan de moda ahora, y el español, referente hace no tanto tiempo y ahora ahogado por la crisis. "Es cierto que los estadios se llenan y las entradas son mas baratas, pero es otra cultura. El alemán se conforma con ir a un campo de fútbol. El español quizá prefiera verlo por la tele en una terraza. Son temas de cultura. Por otro lado, sí es cierto que es más equitativo el reparto de los derechos de televisión, y eso ayuda. Pero quizá la Bundesliga sea más igualada porque no ha tenido un crecimiento en el aspecto táctico y técnico. Ha llegado Guardiola y ha pulverizado todos los registros. Un partido de Bundesliga es bonito para un espectador pero a un entrenador español le desesperaría", concluye.