juan Carlos Mandiá regresaba ayer a la oficina de trabajo de un entrenador, que no es otra que el césped de los entrenamientos, e Ibaia recibió a su nuevo inquilino con un gélido anticipo de lo que le espera a lo largo de los próximos meses. Faltaban diez minutos para las nueve de la mañana cuando el técnico gallego hacía su irrupción en la ciudad deportiva alavesista haciendo de copiloto de un Sendoa que fue su pupilo en el Hércules y que ahora ejerce de particular cicerone, desentrañándole las particularidades del club y de la ciudad y también de la carretera que va a recorrer casi todos los días a partir de ahora.

Para empezar, una reunión de trabajo con los que a partir de ahora serán sus colaboradores más directos, ya que el técnico lucense no ha venido acompañado de sus ayudantes habituales, especialmente de un Quique Sanz que ha estado a su lado en Hércules, Tenerife o Racing y que ha sido un apoyo fundamental en su trabajo. De la mano de Javier Zubillaga, Mandiá conoció al cuerpo técnico al completo, con el que estuvo reunido durante casi una hora antes de entrar en el vestuario y presentarse a los que ya son sus nuevos pupilos. Para algunos, como Óscar Serrano, Pepe Mora o Toti, los métodos y las particularidades de este entrenador son ya conocidos. El primero coincidió con él en el Racing y los otros dos en el Hércules el pasado año.

En su primer entrenamiento, Mandiá dejó claro que es un entrenador al que le gusta hablar con los jugadores y también incidir verbalmente cuando es necesario corregir errores o solucionar problemas. Atento a todo y a todos. Charlando con unos y con otros. Y haciendo un ejercicio de visionado rápido de fútbol, de las características de sus jugadores y de lo que puede esperar de ellos.

Está claro que no se pueden esperar milagros y que el Alavés se transforma en un equipo distinto de la noche a la mañana, pero en sus primeros ensayos se pudo comprobar que el técnico de Alfoz tiene ideas diferentes para componer la alineación a las que manejaba su predecesor en el cargo. Mandiá parece decidido a apostar por el sistema 4-2-3-1 en su andadura en Vitoria y ayer comenzó a realizar unas primeras pruebas que sirvieron para comprobar que el sábado en Riazor se puede producir alguna novedad importante.

Así, en sus distintos ensayos, el gallego probó a Crespo en la portería, a Medina en el lateral derecho, a Schenone como pivote al lado de Beobide y arriba a Quiroga. Un reseteo para todo el equipo. Eso sí, de cara a ese estreno ante el Deportivo Mandiá tendrá los mismos problemas con las bajas que ya arrastraba de antes el equipo. Ayer se confirmó la sanción de un partido a Nano por su expulsión ante la Ponferradina, mientras que Juanma y Laborda están descartados y Mora tiene difícil recuperarse.