Vitoria. José Mourinho se cansó de decirlo antes de verse las caras con el Barcelona en la semifinal de la Liga de Campeones. Ante la sorpresa de todos, incluidos los adalides de la grandeza y señorío del equipo madridista, el entrenador del Real Madrid aseguraba que "un 0-0 es un buen resultado jugando la vuelta fuera de casa. Ni siquiera un 1-1 es un mal resultado", añadió. Una frase digna de la filosofía que el portugués ha insuflado al cuadro merengue. Si lo dice Mourinho será verdad. O no. El próximo domingo, el Deportivo Alavés podrá comprobarlo a partir de las 19.00 horas, cuando salte al césped del Ángel Carro lucense con el diáfano objetivo de superar a los locales, bien con un triunfo, bien con un empate con goles. La balanza deja un amplio terreno -al menos el mismo- tanto para la esperanza como el pesimismo. No será fácil.

Por un lado, el Lugo es uno de los dos equipos de toda la categoría -junto al ya ascendido Real Murcia- que se ha mantenido invicto en su feudo durante toda la temporada, donde apenas ha cedido cuatro empates: 2-2 frente al Deportivo B en la primera jornada, 1-1 ante el Conquense, otro 1-1 con el Guadalajara y un 0-0 contra el Coruxo.

Una estadística descorazonadora que, a bote pronto, podría ser mortal de necesidad para los intereses albiazules si no fuera porque el equipo dirigido por Álvarez Tomé también cuenta con sus propios guarismos para cimentar el optimismo. El primero es simple pero efectivo. En toda la temporada -hasta ahora 41 partidos- el Alavés no ha estado nunca dos jornadas seguidas sin marcar. El potencial atacante de Geni (9 goles), Jito (11) y Óscar Martínez (12) ha quedado refrendado de forma irremediable a lo largo de una extensísima campaña que se prolongará una eliminatoria más si el Alavés es capaz de regresar de Lugo con un resultado favorable en el equipaje.

En realidad, si temible es el bagaje del cuadro dirigido por Quique Setién en su feudo, no lo es menos la capacidad de los albiazules para ejercer de visitantes feroces cuando salen a buscarse la vida lejos de Mendizorroza. De 19 partidos disputados fuera de la capital alavesa, el conjunto vitoriano se ha impuesto en nueve, ha empatado cinco y ha perdido otros cinco, anotando 28 goles y encajando 21.

Depredador Como último punto a favor para decantar las apuestas por un posible pase alavesista aparece la capacidad del cuadro dirigido por el entrenador leonés para meter al menos un gol como visitante. De los 21 encuentros que ha jugado fuera, el Alavés ha sido capaz de anotar al menos un gol en 18 de ellos. Curiosamente, los tres únicos enfrentamientos en los que ningún jugador de la escuadra vitoriana pudo perforar la portería rival llegaron de forma consecutiva en el mes de marzo. Mirandés (1-0), Real Oviedo (2-0) y Athletic de Bilbao B (0-0) pueden vanagloriarse de haber hallado la fórmula adecuada para contener las acometidas albiazules en su propio hogar.