El Pleno del Ayuntamiento de Iruña de Oca ha aprobado en su sesión ordinaria de noviembre la concesión de una subvención nominativa de 18.611 euros a la Junta Administrativa de Ollávarre, destinada a financiar las obras de reforma del forjado en la Sala de Concejo de la localidad.
El proyecto -que cuenta también con una ayuda foral de 58.033 euros para la ejecución de las obras, cuyo coste asciende a 76.645 euros- permitirá acometer la rehabilitación estructural de la planta primera del edificio, con el objetivo de garantizar la seguridad y funcionalidad de los espacios destinados a sala de concejo y despacho-archivo, contribuyendo a la conservación del patrimonio local.
El acuerdo aprobado responde a la demora en la tramitación de la documentación para la concesión de la ayuda, lo que ha obligado a revocar la subvención ya aprobada para este ejercicio y otorgar esta nueva ayuda, con un incremento de 5.420 euros, que permitirá acometer los trabajos.
Otros acuerdos
En la misma sesión, se han ratificado las bases de la campaña de fomento del consumo local, que contará con una dotación de 20.000 euros y estará dirigida a apoyar al pequeño comercio, la hostelería y los servicios del municipio.
Asimismo, se ha acordado solicitar a la Diputación Foral de Álava la corrección de errores en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), tras detectarse una discrepancia entre la redacción del Plan y la ordenación aplicable en varias parcelas del polígono industrial de Subillabide.
Por otro lado, el Partido Popular ha presentado una moción en la que solicitaba ajustar la exigencia del perfil lingüístico de euskera en el Ayuntamiento a los límites establecidos por el Decreto 19/2024, pero ésta ha quedado desestimada con los votos en contra de los representantes de PNV, PSE y EH Bildu. En lo que sí ha habido unanimidad es en adherirse a la declaración impulsada por Eudel con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebrará el próximo 25 de noviembre.
El texto aprobado destaca el “papel crucial de la comunidad en la prevención de la violencia machista, creando entornos de igualdad. La estrecha relación con el vecindario y amistades puede alertar de forma temprana, mientras que la comunidad feminista puede ofrecer apoyo y acompañamiento”.
Asimismo, recoge que "los ayuntamientos tenemos una responsabilidad directa para fomentar comunidades donde sus vecinos y vecinas, grupos y cuadrillas estén alerta ante la violencia machista; tenemos que promover una vida comunitaria que acoja, integre y proteja a quienes sufren situaciones de violencia; y también tenemos la responsabilidad de impulsar comunidades reparadoras para las víctimas de la violencia machista contra las mujeres”.
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